Roxane

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ROXANE

ROXANE



POR



SAM SCHOLL


A Ricky Lobo con profunda gratitud



La dignidad es un bien al que tienen derecho de manera natural todo hombre racional en una sociedad justa.

John Rawls



No es de extrañar que piensen que estamos todos locos.

Henry Miller



Sebastián se sentía fatigado aquel día catorce de septiembre y salió a caminar por la playa para relajarse y refrescarse. El sol pegaba fuerte y en aquellos días calurosos, prefería pegarse dos baños por día: uno en la mañana y otro en la tarde. Siempre abría la vieja puerta de su refrigeradora General Electric para tomar sendos vasos de agua, para calmar la intensa sed que lo atormentaba con la misma tenacidad que los celos de una mujer hermosa y dominadora, y aquellos vasos de agua le inflaban la panza de manera tremenda.

Luego tomaba su baño de agua tibia para relajarse y purificar su espíritu y cuando salía de la ducha se quedaba unos instantes mirándose en el espejo, calibrando su voluminosa ¡panza de agua!, así es como se veía él a sí mismo.

Su vida, tal como la llevaba, era muy similar a la de un prisionero con varias cadenas perpetuas sobre su cabeza, un convicto mariguanero y sucio, un perro de pies malolientes destinado a la silla eléctrica.

Se levantaba muy temprano y salía a recibir el sol que pujaba por salir tras las colinas salineras, y se desayunaba unos panes briollos, bien calientes, con una soda y miraba la gente pasar, buscaba en sus rostros la posibilidad de encontrar ¡alguien! que le pueda ayudar con un trabajo.

Luego regresaba a su pequeña villa, se desnudaba desalentado y se metía en la ducha y de ahí de vuelta la cama. Por horas que en su mente inquieta y afiebrada le parecían eternidades, se quedaba mirando las fotos familiares que se encontraban enmarcadas y colgadas de la pared, y pensaba, y pensaba y consumía su cerebro con pensamientos inteligentes, unas veces, otros eran cargados de sensualidad, y a lo lejos escuchaba la canción Forgets me nots de Patrice Rushen, y pensaba y pensaba, en la forma de escapar a este tormento que llamamos vida.

Luego pensaba en Laura Calder, la deliciosa chef de la televisión y mentalmente le recitaba este canto a Afrodita:

Afrodita inmortal, la del trono esplendoroso, hija engañosa de Zeus: a ti va mi plegaria; con dolores y tormentos no rindas, ¡oh, señora!, mi corazón; mas ven aquí si de lejos oíste y escuchaste mi voz, dejaste la morada paterna y, preparado el aureo carro, las fuertes olas de dos cisnes veloces y bellos, revoloteando desde el Cielo por en medio del aire, te condujeron hasta la negra Tierra, y aquí llegaste; y luego, sonriente tu rostro inmortal, me preguntaste,¡oh!, dichosa, que me afligía para que yo clamase, qué me afligía para que yo clamase, qué quería en nombre de este corazón salvaje: “¿a qué debo persuadir de que te quiera? ¿quién te agravia, Safo? Pues si ahora huye, pronto seguirá; si ahora no quiere dones, dará a su vez, y si ahora no ama, pronto amaría, quiera o no quiera; ven a mi también ahora, desátame de mis pesados dolores, haz lo que desea mi corazón, tú, que eres mi aliada de guerrera…

Cuando Sebastián se bañaba se aferraba a la cordura, porque después de ser desempleado y chiro, ya la suciedad era un signo de visible enfermedad mental como todo lo que trae consigo el desempleo y la mendicidad.

En aquellas sesiones de baño, Sebastián, sentía que recuperaba la cordura y no escatimaba la cantidad de jabón ya que le gustaba frotarse el cuerpo con abundante espuma.

Se restregaba las axilas que era el punto álgido de donde se desprendían esencias potentes de su cuerpo y las demás partes con religiosa escrupulosidad. Era como si con aquella terapia de agua y jabón, Sebastián quisiera sacarse toda la maldita mala suerte que lo agobiaba con el desempleo crónico, ya que nunca duraba más de tres meses en cualquier trabajo.

A partir de los veinte y cinco años todo el peso de la vida le cayó encima a Sebastián y su cuerpo se empezó a hinchar y sus blue jeanes ya no le quedaban.

Cuando hacía tabla, le costaba remar y se aburría en el agua cuando no había olas.

Prefería quedarse mirando el mar con una biela en la mano y disfrutando de los bellos atardeceres. Estaba cansado de las farras y su cuerpo ya no era el de un quinceañero que podía soportar el farréo hasta el siguiente día.

Sus amigos se habían distanciado de él, poco a poco, al irse metiendo en pequeñas sectas religiosas y sólo le quedaban Freddy, Iván y Mario, que de vez en cuando lo invitaban a almorzar o a ver el partido de fútbol junto con sus parejas del momento, pero a Sebastián el fútbol se la sudaba y por lo tanto sus amigos al verse rechazados se sumaban momentáneamente al numeroso grupo de personas que no entendían a Sebastián, que lo llamaban loco y que preferían no cruzar palabra con él.



La mañana anterior había madrugado, y junto con Freddy y Mario, se habían metido a Shit Bay, remando desde el edificio EL TIBURON. Las olitas de dos metros habían estado muy bien y la corriente no tan fuerte. Lo duro de surfear en Shit Bay era la remada de regreso a la orilla, era un esfuerzo tremendo y los chicos salían con el cuerpo completamente deformado por la hinchazón.

Mientras caminaba se dejaba llevar por sus reflexiones…aquello se había vuelto una pesada costumbre: caminar, respirar, sentir, reflexionar, volver a pensar, vivir, comprenderlo todo, analizarlo todo, fijarse en todos los detalles, volver a pensar, caminar, vivir…dudar de todo…y recordó un pensamiento de Theodor W. Adorno:

Aferrar la totalidad de lo real por la fuerza del pensamiento…

Aquello le parecía algo asombroso, seguramente Adorno, era un tipo de pensador sentimental tal como lo catalogaría PASCAL, y Sebastián, mientras evitaba caerse en un hueco en la vereda, mientras caminaba entre distraído, alegre y atento a lo que lo rodeaba, citó el pensamiento en cuestión:

Los que están acostumbrados a juzgar por el sentimiento, no comprenden nada en las cosas de razonamiento, porque quieren, desde luego, penetrar de un solo golpe de vista, y no tienen hábito de buscar los principios. Los otros, al contrario, que tienen costumbre de razonar por principios, no comprenden nada de las cosas de sentimiento, y buscan los principios y no pueden ver a primera vista.

Pronto llegó a la casa de su viejo amigo, Mario, que se hallaba negociando la venta de un pequeño bote con su remo y su pequeño motor.

Ayudó a su amigo a subir el bote de pura fibra de vidrio al techo del vehículo y sintió un molestoso dolor en el testículo derecho, el bote de su amigo, que estaba en venta había sido adquirido con la idea de ser utilizado para pasear en el mar con la familia o ir de pesca, pero aquellos sueños pronto se vieron truncados por la crisis económica.

Sebastian fue invitado por Mario para que lo acompañe a la casa de Víctor para dejar el bote y luego ir al banco a sacar el dinero. El negocio estaba cerrado y Mario iba a recibir doscientos dólares por el bote y el motor, pero seguía dando muestras de ansiedad, se ponía a hablar como loco sobre la deuda que mantenía con la empresa eléctrica.

Todo iba mal en los negocios de la compra y venta de mariscos. Y a veces el pobre Mario no tenía ni siquiera para comprar la comida de la semana. Algunas veces Sebastián le iba a dejar una funda repleta de víveres para que tenga por lo menos para comer algo en las noches.



Recorrieron hablando y gesticulando como locos rematados el camino que va de Salinas hasta la LIBERTAD, entre esperanzadores diálogos sobre el mejoramiento del negocio de la pesca y maldiciones sobre lo difícil que se había vuelto subsistir honradamente.

Cuando llegaron a la casa de su amigo, Sebastián se percató de que aquel individuo tenía todo el patio de su casa repleto de cosas inútiles, cachivaches que esperaban ser vendidos, y entre ellos, una gran carreta para vender hamburguesas y hot dogs. Sebastián le dijo:

- ¿En cuánto vendes aquella carreta?

- Mil quinientos dólares como precio tope…

- ¿No habría posibilidad de alquilártela con opción de compra e irte pagando poco a poco?, todo lo que quiero es TRABAJAR…

- No. Si esa carreta sale de aquí es vendida por mil quinientos dólares.



Pronto Sebastián se desanimó y no volvió a insistir y se volvió a sumergir en sus obsesivos pensamientos…reflexionar, pensarlo todo, calcularlo todo, comprenderlo todo, aprehenderlo todo, pensar, pensar, analizarlo todo, calcularlo todo, hasta el más mínimo detalle, creer en todo, desconfiar de todo, reflexionar, vibrar y sentir la fuerza del cosmos, del universo todo…, luego le vino a la mente un pensamiento de E. M. Cioran:

Siempre que pienso en la muerte me parece que moriré menos, que no puedo extinguirme sabiendo que voy a extinguirme, que no puedo desaparecer sabiendo que voy a desaparecer. Y desaparezco, me extingo y muero desde siempre.

Y mientras caminaba por las estrechas callejuelas enrarecidas y enarenadas de Salinas se entregaba completamente a sus pensamientos:



Creo que mi inteligencia y mi buen corazón se merecieron una mejor suerte.

Desgraciadamente uno viene al mundo con una ideología, ¡yo que crecí con mi idea!, que en mi caso a terminado por marcar mi vida de manera permanente.



Herr doctor Erasmo de Rótterdam consiguió con su trabajo intelectual ELOGIO DE LA LOCURA, recopilar una serie de detalles y aspectos de la vida de los seres humanos, que tienen una serie de superficialidades verdaderamente anormales.

¿Es tan malo estar un poco loco y tratar de ser una persona completamente funcional y hasta llegar a ser relativamente importante?

¿Por qué tenemos que desacreditar a las personas alegres y extrovertidas, que se salen del molde o estereotipo común de una sociedad?

No debería ser un motivo de preocupación y alarma el que una persona sea rara o diferente, que imparta clases de física, filosofía y le guste el rock and roll.

Las personas vienen al mundo con una serie pero limitada capacidad de combate, una perfecta combinación de dones otorgados por Dios para hacerle frente a la vida.

¿Es tan malo y de mal gusto combinar lo serio con lo absurdo todo el tiempo?, la inteligencia y la seriedad no deberían declararse enemiga de los aspectos risueños y de las paradojas, que una mente despierta, erudita, brillante y ¿por qué no?, algo confundida le puedan brindar a su entorno que tanto ama y que quiere convertir en un mundo de fantasía.

Sebastián no comprendía la tiranía de las autoridades psiquiátricas que amenazaban con utilizar toda la fuerza y el peso terrorista de la sociedad para reprimir y confinar en una cama del Lorenzo Ponce a cualquiera que se atreviera a gritar contra el sistema terrorista, que elevaba el respeto de la autoridad por encima de las fuerzas fundamentales de los artistas, de los pensadores, y que obligaba a sangre y fuego a raymundo y todo el mundo a inclinarse a los pies de energúmenos políticos más cercanos al terror, la maledicencia propia de los ignorantes y la salvajada.

Si la realidad de las enfermedades mentales es tan seria y un fenómeno con el cual el enfermo tiene que aprender a vivir, por qué hay que cerrarle la puerta a los enfermos que pueden ser rescatados y utilizados en beneficio de la sociedad…

No es correcto ser tan duros con las personas raras, que se salen del molde, que son inteligentes y hasta brillantes, pero que no se ajustan bien a su entorno y son motivo de malestar en la sociedad.



No utilicemos la seriedad, la inteligencia y el poder de la información como instrumentos para destruir a las personas raras y excepcionales, que tienen dificultades para adaptarse al medio.



Muchos locos brillantes pueden ser utilizados por la sociedad de manera provechosa, reciclados, lanzados al mundo de la coordinación, la eficacia y la responsabilidad sin perjudicar a nadie, solo hay que intentarlo con fe y buenos sentimientos y todo marchará sobre ruedas.



Roxy no te imaginas, ni tienes la menor idea, de cuantas veces tu recuerdo a calmado mi desesperación. Tus maneras dulces y llenas de profunda ternura han generado en mi interior grandes dosis de cordura y serenidad. El efecto es similar al de escuchar una melodía de Richard Clayderman.

En la actualidad, cada vez que negros pensamientos sobre la muerte me perturban, mi mente fuga, y en su auxilio, acude el sonido de tu voz, al defender implacablemente la existencia de Dios y un mundo más allá, después de la muerte, argumentos todos ellos tan llenos de esperanza como de ingenuidad. Y no te lo digo por orgullo o ira sino por pleno convencimiento.

Me auxilia el recuerdo de tu rostro sereno, tu voz tan densa, y tu mirada, que es como un atardecer en Punta Carnero, en el comedor de la hacienda de EL VERGEL o en Bellavista, todo aquello poseído por una bella poesía junto al mar.

En estas líneas, he querido explicarte, en qué consiste estos fragmentos. Se trata, nada más y nada menos, que de un encuentro intelectual con dos grandes escritores anglosajones, casi desconocidos, aquí en Latinoamérica, como John Updike y Saul Bellow.

Ambos se han constituido en mis pilares intelectuales. Sostienen todo el edificio de mis doce novelas, ocho de ellas registradas en DERECHOS DE AUTOR, que en algún momento tuve que volver a solicitar los respectivos certificados, porque en un acto de demencia senil mi madre los arrojó a la basura.

Al leerlos he asistido a verdaderos seminarios de literatura, que no sólo han influido en mi prosa sino que también han iluminado mi vida.

¡Cuántos errores hubiera podido evitar, cuántos problemas me hubiera podido ahorrar, de haber leído en mi adolescencia estos libros!

Obras, que por cierto, voy a hacer referencia, porque quiero dejarte algo más profundo que una serie de novelas sobre la península de Santa Elena.

No quiero que creas, que estos fragmentos se tratan de una obra biográfica sobre la vida personal de estos autores, que quiero tanto, que tanto han influido en mí, sino que más bien, se trata de un encuentro intelectual, un análisis reflexivo sobre los pocos libros que han podido llegar a mis manos.

Tengo que ser sincero contigo. Al principio yo no aprendí a escribir con ellos, sino con la constante relectura de los cuentos de Guy de Maupassant, pero, después, al entrar al mundo de Saul Bellow y John Updike, me fui perfeccionando, me fui puliendo, como le ocurrió a un Balzac, hasta llegar a la cima con su papá Goriot, hasta llegar a considerar muy seriamente, la idea de estar lo suficientemente maduro para escribir este ensayo, como tributo y agradecimiento a estos dos grandes escritores anglosajones, traducidos al español.

Además, si yo quisiera escribir sobre la vida personal de ellos sólo tendría que acudir al internet y ¡listo!

Recuerdo, que cuando me enteré de la muerte de Saul Bellow en el 2005, le escribí por internet, al profesor John Updike, sobre aquella dolorosa novedad para mí, y aproveché para decirle que yo lo consideraba a él como el legítimo heredero de William Faulkner.

Nunca obtuve ninguna respuesta del profesor Updike ni la certeza de que él haya recibido mi mensaje. ¿Es posible que existan estos casos en la vida de un autor?, ¿qué un escritor sufra por la muerte de otro, y que al tratar de compartir su dolor, con otro escritor, que considera su guía, éste ni siquiera se dé por enterado o que le de una respuesta siquiera que representaría tan poco para él y tanto para mí?

Aquí viene la parte dolorosa de mi prólogo.

He descubierto que existe una especie de guerra cultural entre los anglosajones y los latinos. Cuando –al encontrarnos en el mismo continente-, lo que debería existir es un cruce cultural.

Tal parece, que ambas culturas tratan afanosamente de excluirse con verdadera aversión en lugar de estudiarse y compenetrarse mutuamente.

Al parecer los latinoamericanos cuando estudian o presentan al lector la literatura anglosajona, sólo presentan los autores más ineptos.

No tienes idea de lo difícil que ha sido para mí escribir con la técnica aprendida en los libros sobre autores anglosajones traducidos al español. Son pocos los comentarios halagadores que he recibido. La mayoría de las veces me han dicho que mi trabajo no es literario, que deje de escribir o que es de baja calidad.

Tanto para los pintores, como para los escritores latinoamericanos, es sumamente difícil sobrevivir, ahora imagina, lo extremadamente raro y difícil, que es escribir y vivir como escritor, sin reconocer las raíces españolas, el aspecto políticamente telúrico y xenofóbico de nuestra cultura latina.

El sectarismo latinoamericano es igual de tonto que el anglosajón, y siempre se escudan en que las traducciones de la literatura anglosajona es pésima, que hay que leerlos en inglés o en francés o en ruso y que hay que viajar al exterior para realizar esos cursos. Y lo que es peor para mí, el nacionalismo anglosajón, se empecina en la idea, de que el escritor, que quiera estudiar a los escritores norteamericanos, debe por fuerza, leerlos en inglés.

Esta aberración intelectual que se atreve a llamar mediocridad a los que no concuerdan con su posición es la piedra de toque que aísla la cultura de allá que tanto necesitamos acá.



Mi primer encuentro fue con Saul Bellow y su obra CARPE DIEM, en una bodega convertida en oficina del edificio PLAZA en Guayaquil.

De inmediato me identifiqué con él, porque su erudición lo separa de su nacionalidad, su bandera, su terruño, y lo convierte en un escritor universal.

Un hombre cosmopolita, que posee todo el conocimiento del mundo en sus manos y se pasa la vida montado en un avión tras otro para recorrer todo el mundo y cuyo lenguaje puede ser tan refinado com brutal.

Definitivamente le sirvió trabajar en la confección de la ENCICLOPEDIA BRITANICA, dato que lo obtuve mucho tiempo después al leer LAS AVENTURAS DE AUGIE MARCH.

También me identifico con él, porque su intelecto ha sabido expresar en palabras, las ideas y los pensamientos, que yo no he podido expresar, y que me han descubierto un mundo de verdadera y profunda libertad intelectual.



La tragedia y el humor reflejado en Carpe Diem no siempre resulta una lectura deprimente para los que lo consumen. La tragedia de Tommy, que ha desperdiciado su vida durante tantos años a causa de haber tomado malas decisiones es algo que a muchos les ha pasado, pero que es sumamente difícil de reconocer. ¿Cómo es posible que un escritor tan exitoso comprenda tan bien la tragedia y la desgracia de un hombre tan fracasado y destruido? Eso es algo que nadie puede saberlo.

Al igual que Updike, su prosa tiene como música de fondo, los duros avatares de la gente urbana. Que es la gente que siempre pierde y con la que yo tengo que vivir, con la que me identifico.

La primera vez que me encuentro con John Updike es en el Supermaxi con su bellísima, ¡futurista!, primera novela LA FERIA DEL ASILO.

Es la realidad con la que tengo que lidiar y con la que me identifico plenamente. Al leer aquel libro de inmediato me trasladé a la época en que siendo universitario llevaba a mi enamorada a visitar a los ancianos refugiados en los asilos geriátricos.

Yo no encuentro nada atractivo en hablar de realidades con las que no me identifico. Yo no voy con la antropología nacional al campo de la literatura para crear una maravillosa novela costumbrista, sino que, más bien, hallo exquisito el profundizar en los marismas y deltas de la psicología y en la antropología universal para asistir al drama y las contradicciones del hombre urbano, del hombre de la ciudad. Tal como ocurre con mi primera novela casi autobiográfica: Llegarás tarde a la playa.

El paisaje rural, poblado por esforzados campesinos agricultores, que se agachan para desmontar la tierra, para perforarla y sembrarla; llenos de vastas y complicadas tradiciones, es algo completamente extraño para mí, con lo que yo no me he criado y que no me sirve en nada para entenderme y resolver los profundos problemas mentales que tengo, ya que los problemas golpean y oxidan a los hombres, los acaban, enferman y envejecen.

Tampoco me sirve de consuelo, el afán telúrico –y bien recompensado- de escribir sobre los suplicios y adversidades de los indígenas, con todas sus complicaciones, sus martirios y sufrimientos que, curiosamente, en vez de llevarlos a la extinción, más bien ha conseguido el fortalecimiento de su estirpe, que ya alcanza poderosas fuerzas de representación política. Uno de los grandes fenómenos históricos del Ecuador conseguido por la civilización serrana ha sido la eliminación de la clase media, que ha huido al extranjero, dejando dueños del país a los indígenas y a los políticos.

Todo esto ha sido conquistado con verdadero coraje y sangre.



Bellow y Updike, escriben una literatura más cercana a la clase media. Esta clase media silenciosa, egoísta y aburrida, que es el sustento democrático de una nación civilizada. El verdadero catalizador entre los ricos y los pobres en una sociedad democrática, rica y estable.

Los libros de Bellow y Updike, nos abren las puertas, a los tipos urbanos de la clase media, a una sabiduría-, que en Bellow, se caracteriza por la magistral representación de la vida de los intelectuales universitarios judíos- medio desadaptados como en el caso de Moses Herzog-, de las aulas universitarias; y que en Updike, se caracteriza por el rudo conocimiento de los avatares de los maestros de escuela provinciana de los Estados Unidos, como se refleja en su novela EL CENTAURO-, que logra empaparnos de múltiples experiencias, vivencias; una sopa primordial, que refleja lo que nosotros, los guayaquileños, vemos en las calles de nuestra ciudad. Es una sabiduría con la que nos identificamos porque nos da pautas para vivir y resolver nuestros más secretos y angustiosos problemas existenciales. Esto a diferencia del sordo y ciego conocimiento de los guías espirituales- los Pastores-, que nos remiten a la Biblia, y cuyas soluciones no son capaces de resolver nuestros problemas ni de llegar a los tipos de poca fe y gran intelecto.

Por esta época y con la debacle que nos dejó el sistema Presidencialista, Guayaquil está infestada de sectas evangelistas, que predican, con preocupante seguridad, toda clase de argumentos intelectualmente pobres y que en su mayoría terminan pronosticando el fin del mundo. Hemos llegado al punto de ya no reconocer a los locos de los cuerdos.



Las obras de Bellow y Updike nos proporcionan una sabiduría, que nos llega a tocar de cerca, y que nos pone en guardia, para evitar futuros problemas.

Problemas tales como estar en guardia durante la adolescencia ante posiciones idealistas y utópicas muy exageradas, como cuando se quiere cambiar el mundo o como cuando se sufre por una idea. Este tipo de lecturas proporcionan verdadero entretenimiento de alto nivel intelectual. En sus páginas va encerrado el conocimiento que se debe tener a la hora de encontrarse, frente a frente, con los aspectos más ilógicos y sórdidos que nos presenta la vida y la naturaleza humana, tan llena de tipologías sicológicas, llenas de personajes grotescos y perturbadores. Tipos locos, dementes, tanto aquellos que se manifiestan abiertamente como los cínicos, encubiertos, que están listos para clavarte una puñalada por la espalda.

Porque al final, uno logra entender, que la vida no tiene sentido, que todo es una rutina mecánica, una broma cruel, que se agrava con las enfermedades crónicas o terminales, el paso del tiempo y que al final nos deja el amargo sabor en la boca de que toda la existencia divina es una gran estafa.

El humor, que encontramos en las novelas de Bellow y Updike, es un bálsamo, un poderoso ingrediente intelectual, que en medio de nuestras miserables y rutinarias vidas de burgueses, llenas de desastres, efímeros momentos de felicidad y sufrimientos, nos alivian la pesada carga de nuestra propia existencia.

Las continuas lecturas y relecturas de las obras de Bellow y Updike nos transportan a diversos mundos, todos completamente diferentes el uno del otro. Hay que ser un verdadero estudioso de los tipos sicológicos humanos, un arqueólogo de la sociología, para dar con la huella digital que caracteriza a cada autor. Y se podría decir que esa es la finalidad de estos fragmentos: encontrar las huellas dactilares del pensamiento encerrado en los diferentes libros que conseguí de cada autor.



Soy víctima de la censura y de alguna enfermiza especie de control por parte de la prensa catódica, que se esfuerza cada día en convertirse en instrumento del terrorismo internacional, en el caso de la prensa catódica extranjera y en instrumento del terrorismo nacional, en el caso de la prensa de este país.



Cuando el amigo de Mario terminó de sacar el bote y el pequeño motor del techo de su camioneta en venta y de negarle toda posibilidad a Sebastián de ganarse la vida trabajando como vendedor de hamburguesas y hot dogs, les hizo señales para que se vuelvan a subir al auto para ir al cajero de un banco para sacar la plata y pagarle a Mario.

El sol fuerte de la mañana pegaba sobre las paredes de las villas y sobre la arena del desierto. Muchas de las villas de Salinas estaban deshabitadas o lucían un cartelito que las ponía en venta.

Sebastián sentado junto a la ventana observaba todo, y lo analizaba todo, tratando de comprender la mísera suerte que le había tocado vivir. El camino de asfalto, estrecho y sinuoso se desplegaba por delante de ellos, que iban concentrados en la conversadera sobre la pésima situación del negocio del pescado, sobre cuál shampoo era mejor para evitar la caspa y la calvicie- Sebastián sugería el Johnson & Johnson-, y sobre las reuniones de padres de familia que son agotadoras.

Sebastián completamente ajeno a aquella realidad dejaba escapar su mente por la ventana del vehículo y su mente se centraba en tratar de comprender toda la mala suerte que rodeaba su jodida vida…



Richard Nixon fue el primero en pronosticar que la tercera guerra mundial podría tener como eje el terrorismo internacional en su libro: LA VERDADERA PAZ.



Desde 1989 se a puesto de moda el grito de guerra de SACAR LA CARA POR EL PAIS, el de REPRESENTAR AL PAIS, aún cuando uno esté manifiestamente en contra de cualquier tipo de chauvinismo y aún cuando no se esté muy convencido del derrotero moral e ideológico que se ejerce en el propio país ni de su supuesta identidad.



Los indígenas se sienten excluidos y luchan por ser y tener y por conservar su identidad; a ellos tampoco les gusta cambiar y su lucha va encaminada a convertir a todos a su causa indígena y andina. El resultado de tan noble causa es que todo aquel que viene del extranjero cree que al bajarse del aeropuerto se va a encontrar con indios con plumas en la cabeza. Pero cosa curiosa, los indígenas siguen siendo pobres y comprometidos con la causa de distribuir su pobreza a todo el mundo.

Y a pesar de todo aquello, para Sebastián no existía experiencia más excitante que tirar con una indígena que vende lotería. Toquetearlas y sentir que sus nalgas se hacen agua es lo más delicioso que un hombre blanco puede experimentar. Sebastián conoció a una de estas Marías de manera muy personal en el puerto y después de emborracharla ella se lo llevó a su guarida y allí se bañaron como un ritual y jodieron maravillosamente. Mientras Sebastián la volteaba por todos los lados a ella le vibraba la chucha caliente y hablaba en quichua y se agitaba y gemía intensamente como si estuviera dando a luz y cuando Sebastián terminó dentro de su vientre y se quedaron acostados, desnudos, uno junto al otro, ella lo arrullaba en su idioma, el quichua y así pasaron toda la noche, disfrutando del uno al otro. Cada vez que Sebastián la embestía a la indígena, ella se ponía tensa y su piel ardía y se oxigenaba. Y a cada rato exclamaba: ¡uy diosito!, ¡uy diosito!, ¡uy diosito! Y sentía que terminaba y que se volvía dilatar para recibir más y más y más hasta hacerla terminar de nuevo, que era una sensación de cómo caer flotando que le consumía la cabeza y las fuerzas del cuerpo. Pero lo peor de todo era que la porquería del hombre le infectaba las vías urinarias y le hacía arder la chucha cuando orinaba.



Con el cuento de que somos un país andino, todo el poder político y económico se lo han llevado a Quito y los serranos se sienten muy a gusto sólo con sus pares y excepcionalmente con algún costeño convencido de la superioridad intelectual de los serranos y con quienes son culturalmente más afines. El resto de costeños que no son comunistas ni son adictos al centralismo comunista, simplemente no existen, son extranjeros, monos copiones y si persisten mucho en tratar de ocupar un espacio y existir se los deporta y ¡listo!, asunto arreglado.



Es una pesadilla vivir así, porque la censura no te deja defenderte de los ataques y de las tergiversaciones y manipulaciones a la que eres sometido por las fuerzas organizadas de la sociedad dentro del país en el que vives y de otros tipos de sociedad que se encuentran fuera de tu país y que se las puede considerar como el mundo.



Durante la década de los 70’s el mundo anglosajón experimentó un pequeño intervalo de locura hedonista que fue detenido por el declive del uso de las drogas como una moda nueva con la cual se podía experimentar. El uso de la heroína hizo la cagada destruyendo la vida de muchos jóvenes desubicados y generalmente la destrucción también alcanzó a sus familias disfuncionales.



La revolución hippie de los 60’s se vino abajo por la muerte de Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Janis Joplin y por los asesinatos cometidos por Charles Mason. A pesar de todo la generación de los 60’s estuvo al borde de cambiar radicalmente el sistema occidental con su oposición a la guerra de Vietnam, que era parte de una serie de guerras cuyo fin era convertir a Estados Unidos en el policía del mundo y con el espectáculo al aire libre llamado Woodstock.

En lo político también la ola de cambio fue decapitada con los asesinatos de John F. Kennedy, Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Robert Kennedy.

El eje político y militar de Washington nunca ha llegado a comprender que la riqueza de su país se encuentra en su estilo de vida y su cultura, que el resto del mundo quiere tener o de alguna manera participar en él y que el armamentismo y el afán de controlarlo todo mediante el uso de las armas y las guerras produce un efecto contraproducente. Y lo peor de todo es que este tipo de política blindada, que prefiere esgrimir el garrote en vez de la mantequilla y las letras y la cultura, genera un odio sistemático y un rechazo generalizado a todo lo extranjero, una anglofobia y un antiamericanismo desastroso que no deja crecer a las personas ni económicamente ni espiritualmente.



Luego Sebastián se detuvo y mientras miraba una fila de golondrinas posadas sobre un peligroso cable eléctrico, pensó en unas palabras de Holderlin:

Si sobre ti y ante ti no hay nada más que desierto y vacío, es porque dentro de ti no hay más que desierto y vacío. El oleaje del corazón no haría tan bella espuma y podría convertirse en espíritu sino rompiera contra el destino, esa vieja y muda roca…jugamos con el destino y él hizo lo mismo con nosotros. Nos llegó en vaivén una y otra vez desde el trono hasta la estaca en la que se apoya el mendigo…

Luego de un pequeño lapso de tiempo en que su mente quedó extraviada, Sebastián regresó a la Tierra.



Cuando finalmente llegaron al banco, Sebastián y Mario se quedaron en el vehículo esperando a que su amigo Víctor fuera al cajero y sacara el dinero que tanto necesitaba Mario para “hacerlo parir”. Tenía que invertir ese dinero muy bien, pensar detenidamente en qué iba a gastar cada centavo porque quién sabía cuándo volvería a caerle otro billete.

Mario se excitaba con las mujeres en forma tremenda cuando estaba chiro, esa era una forma de escapar de la desesperación y de todas sus angustias existenciales. De tanto sexo se le habían pegado unos hongos que inútilmente trataba de combatir con una crema de Ketoconazol.

Su vieja y maltrecha perra había parido tres perritos de raza labrador, y Sebastián se percató de que ya necesitaba un baño porque el tufo a perra sucia inundaba todo el pequeño departamento.

Sebastián cogió del suelo repleto de periódicos que tapaban pequeños charcos de meado, uno de los pequeños cachorros y lo acunó tiernamente.

Mario estuvo a punto de decirle que si quería uno de aquellos perros tendría que ser el negro porque los otros ya estaban vendidos, pero de inmediato se dio cuenta que Sebastián estaba más chiro que la pepa de una guaba.

Finalmente Víctor sacó el dinero y se lo entregó en las manos a Mario y se fueron del banco justo un poco antes de que una remolcadora de la Comisión de Tránsito los enganchase. Estos operativos de la autoridad de tránsito se habían convertido en un maldito fastidio, característico del nuevo orden de cosas, que imperaba en Salinas.

Sebastián se acomodó en su asiento y volvió a disfrutar del viaje. Bellas chicas estaban paradas por todos lados y él lo veía todo, incluso la miseria y la fealdad, se fijaba en todo, lo absorbía todo y se compadecía mucho de sí mismo por ser el poseedor de esta lúgubre sensibilidad que nunca lo soltaba y que lo hacía ver todo sobre la Tierra con unos ojos dotados de una rara melancolía.

Luego, mientras escuchaba las voces de sus amigos que se enfrascaban en una conversación sobre lo lento que servía las hamburguesas el Pavo, Sebastián se fue alejando en su mente y se volvió a perder en sus pensamientos…



Oppenhaimer habla de que las democracias necesitan con urgencia instituciones fuertes y no hombres fuertes que oscilan como un péndulo implementando con sus acciones políticas de izquierda y de derecha. Me parece un buen argumento para desacreditar el sistema presidencialista que tanto daño le ha causado a las incipientes democracias latinoamericanas. El poder de las instituciones desgraciadamente está relacionado con el poder de las personalidades de los políticos que las crean, mejoran o que simplemente las utilizan para su provecho.







En los 80’s el estilo de vida hippie se convirtió en una actividad marginal y la libertad sexual recibió un duro golpe con la aparición del SIDA.



La censura, la crónica roja que chorrea sangre, la deportación, el fútbol y el bloqueo económico son los instrumentos que se utilizan para cuidar la imagen de una sociedad o de un país.



Al parecer la pesadilla totalitaria creada por Orwell y llamada EL GRAN HERMANO, se a puesto de moda a través de los llamados REALITY SHOWS, que no es otra cosa que verdadera basura de la televisión, empeñada en legalizar la intolerancia y la intromisión de los televidentes en la vida privada y en la intimidad de las personas, que para rematar viven encerradas y sometidas a una enloquecedora disciplina, que busca por todos los medios SACAR DEL JUEGO a todos sus participantes hasta dejar a uno solo que se convertiría en el ganador de una gran suma de dinero.



La década de los 90’s se caracterizó bajo la batuta de la familia Bush por utilizar los TALK SHOWS para confundir y embrutecer a los televidentes de bajo rendimiento intelectual y hacer parecer como algo inteligente y novedoso ventilar por televisión los conflictos explosivos y escandalosos que habitan en los hogares en especial los latinoamericanos.



Incluso la otrora sacrosanta función judicial cayó en este horripilante espectáculo surgida de la mente de Orwell y se prostituyó al mismo ritmo que los demás programas embrutecedores de una televisión que experimentaba el uso y el abuso de su nuevo poder para “controlar” a la sociedad.



George Bush, padre, y ex director de la CIA, junto con Dick Cheney, Donald Rumsfeltd y George W. Bush, hijo son los obstáculos para que la SEGURIDAD NACIONAL estadienense revelen el secreto sobre la inteligencia extraterrestre, que cambiaría dramáticamente la forma como los seres humanos conceptuamos la vida sobre el planeta Tierra. ¿Es posible que los mismos alienígenas les obliguen a guardar el secreto?



En la sociedad en la que vivo es bien visto bailar y acomodarse a los vientos de cambio. Si no cambias simplemente mueres. Y es mal vista la persona que no se adapta bien a los cambios, ya que pronto se convierte en una paria y un sujeto inadaptado que debe ser desterrado.

- ¡Saquen a ese pan que se está quemando!- es el grito de guerra-.



Desde 1989 el nacionalismo a adquirido una fuerza inaudita y todo aquel que posee un espíritu cosmopolita es merecedor de la más dura reeducación para que aprenda a amar lo nuestro. La seriedad del nacionalismo ha llegado a tales niveles de fanatismo que colindan no sólo con lo absurdo sino que también con la demencia.



Para ser un buen ecuatoriano hay que ser quiteño, serrano y comunista. Y la peor cagada de una persona con mentalidad cosmopolita es que sólo lea textos traducidos al español.



El ciudadano cosmopolita, hedonista y pacifista es candidato número uno a ser asesinado y una vez muerto a que le coloquen un puñado de tierra en la boca. Y lo peor de todo es que esta peste intelectual se a extendido al resto de naciones exaltando el racismo, la xenofobia y la peor de todas las violencias: la económica.

No hay peor crimen que el bloqueo económico. Uno puede tener todas las diferencias del mundo con cualquier persona, pero que por eso se lo aísle y se le quite el derecho a trabajar o que se lo bloquee económicamente ya es una medida propia de terroristas económicos y de criminales.



En la sociedad en la que vivo es creencia muy frecuente que todo joven idealista y soñador debe ser comunista, de tal suerte que termine hablando con la izquierda mientras se alimenta con la derecha sudorosa, ignorante y esforzada de sus padres.



La influencia perniciosa del CHE Guevara martirizado por los cazadores de la CIA y traicionado por Fidel Castro, es un poderoso efecto narcótico en la juventud, mucho más poderosa que la influencia de James Dean o de Elvis Presley.



Pero en mi caso desde el principio le tuve gusto a pensar a favor de la libertad y en una libertad auténtica no a aquella que se esconde tras la tiranía del Estado y la disciplina marcial de los militares, esa casta de hombres y mujeres que tanta desgracia le han causado a la humanidad. Ni tampoco se trata de aquella libertad que se esgrime con la única finalidad de forrarse los bolsillos de oro a cualquier precio para luego arrodillarse en misa los domingos de la manera más cínica.



El amor a la libertad por sobre todas las cosas; una libertad que es muchas; la libertad política y la económica; la libertad poética de Octavio Paz y la de Mariano Grondona; la libertad filosófica: una libertad que está comprometida con el placer y la vida despreocupada y al aire libre.

Una libertad cuyo ejercicio se vuelve verdadero liberalismo y compromiso con la iniciativa privada, que apuesta a la inteligencia personal del hombre, que trabaja y da trabajo para que todos saquen su beneficio sirviendo a los demás.



¿Existe en verdad eso que se llama DEMOCRACIA?

La democracia real y bien entendida sería la suma de todas las iniciativas privadas nacionales o internacionales afincadas dentro de un territorio nacional.



Cuando llegaron a la villa de Mario, éste se olvidó de avisarle a Víctor que sacara del techo de su auto en venta las parrillas, que Mario utilizaba para transportar el bote y se fue con ellas, lo que le causó un tremendo disgusto a Mario y otra vez se sumergió en aquellas crisis de angustia y desesperación.

Adentro de la villa, Sebastián observaba todo y era testigo de los vanos esfuerzos de su amigo por tratar de hacer funcionar una bomba para fumigar la cocina ya que se le había metido en la mente que por culpa de la perra, toda la cocina estaba llena de garrapatas.

Sebastián caminaba de un lado para otro y observaba detenidamente el piso del corredor del departamento lleno de pedazos de papel periódico que cubrían pequeños, pero apestosos charquitos de meado de perro.

Cuando Mario terminó de colgar la ropa recién lavada y de cambiarse de ropa le dijo a Sebastián que lo acompañara para ir cobrar un cheque producto de una venta de mariscos. En el último momento, poco antes de salir, a Mario se le ocurrió ofrecerle un gran vaso de cola negra a Sebastián y se lo hizo beber a toda prisa, como era su maldita costumbre.

En todo este tiempo Mario interrumpía sus labores de fumigar la villa, de colgar la ropa o de cambiarse de ropa cuando hablaba por el celular, tratando de coordinar todas las cosas al mismo tiempo. Lo que más lo desquiciaba era recibir las llamadas de las madres de sus hijas que le pedían dinero para tratar de sobrevivir a la fuerte crisis económica.

Cuando estuvieron listos Sebastián y Mario se volvieron a embarcar en el volkswagen verde y se fueron para la casa de John, que quedaba en Chipipe.

En el camino Mario le repetía una y otra vez a Sebastián lo jodido de su situación y su amigo le respondía que tratara de drenar con él toda su angustia y desesperación, pero que le agradecería que lo hiciera de una manera más bien educada. Así, mientras Mario hablaba, Sebastián se volvía a perder en los vericuetos de su mente trastornada, cuando sus ojos se posaban en el paisaje sedante del desierto de Santa Elena…

Sebastián se volvió a sumergir en sus pensamientos sueltos…





No todo en la vida debería ser sufrimiento y humillación, no todo en la vida se debería ganar con el sudor de la frente de uno. Hay personas que por su inteligencia y fragilidad deberían recibir cierta protección del Estado contra las aberraciones del mismo Estado y sus orgullosos funcionarios.

Desgraciadamente hay personas en la vida que vienen al mundo con todo en contra, pero en realidad nadie sabe el drama o el crimen que se esconde tras los bastidores de la vida de cada ser humano.

No hay que generalizar. Cada ser humano es único e irrepetible y si bien es cierto que dentro de su ser se esconde una porción determinada de genes, que lo condicionan para ejercer ciertas virtudes o para dejarse llevar por ciertos defectos, el destino de cada ser humano se forja en el acontecer del día a día. A pesar de que la fuerza del destino esté por sobre todas las cosas hay cierto margen de error por el que cada hombre o mujer puede escapar a un final nefasto. Los dioses propicios nos lo permiten casi todo incluso eludir un final nefasto y no todo es tan trágico.



Hay cosas bellas en la vida que le dan sentido como hacer el amor con una mujer que lo ama a uno de veras, con quien se tiene una afinidad más intelectual que física.

Practicar el sexo como una medida para obtener placer es una de las formas de relajación y equilibrio más sofisticadas que se a dado por inventar el hombre dentro de la sociedad.

Actividad que en estos momentos me es imposible porque sufro de varicocelis en las bolas. Es un problema de mala circulación que si me descuido me puede degenerar en una trombosis.



El sexo es una práctica que de generalizada pasa a convertirse en el privilegio de unos pocos cuando en la sociedad cae el telón de acero y cada esquina de cada barrio se llena de viejas chismosas y moscones políticos que reciben pensiones y privilegios del Estado para informar vida y milagros de la vida privada o de los comentarios políticos de las personas de su barrio.



Entre los placeres de la vida se encuentran el escuchar una buena música y alimentarse con un buen plato de comida masticado con verdadera hambre; disfrutar del amor incondicional de los hijos; ayudarlos cuando se meten en problemas; educarlos y adiestrarlos para que no cometan los mismos errores que los padres. Los hijos son una prolongación de uno mismo en el tiempo y qué padre no a experimentado que se le desgarra el corazón cuando se pone a imaginar que futuro le va a tocar vivir a su prole.



No sé ni cómo te llamas ni puedo saberlo, tu amor me es prohibido, pero por las noches tu vientre maduro danza desnudo y visiones oscilantes por el reflejo de una llama empañan mi mente, ¿quién eres me pregunto? La sangre roja y ardiente como un río de lava explota con tu recuerdo danzarina erótica de mi mente…quisiera ser tu almohadita de Bob Esponja para que apoyes tu cabeza fatigada obre mi pecho y escuches la armonía de las esferas, ¡qué felicidad tan extraña!, saber que con sólo girar la cabeza puedo verte y ¡sigues ahí sentada!, si tan sólo tuviera el valor de dirigirte la palabra, entrar, finalmente, en tu mundo y empaparme de todo conocimiento sobre tu existencia…saber que estás ahí es todo lo que necesito para ser feliz en este mundo…



Hoy la arena amaneció blanca y crema, el mar era una piscina, perros cholos corren felices por la playa, el viento sopla con fuerza y azota los rostros de los paseantes que caminan cogidos de la mano…

Reconozco que me quita seriedad el no poder controlar los ataques de risa y de eso se valen para contra argumentar mis detractores así que tengo que averiguar la forma de sacar provecho a esa desventaja…



El negocio de la guerra sobrevuela amenazadoramente sobre la cabeza de los ecuatorianos.

Esta peste apocalíptica sólo puede ser neutralizada definitivamente si se legaliza completamente el uso de la yerba. Aunque se han dado los primeros pasos la presión que ejerce sobre los gobiernos la industria armamentista es indetectable porque como buena conocedora de la política se esconde tras los orgullos inflamados del comunismo y sus valores, del nacionalismo y de todos los valores culturales comprometidos con la narcopolítica.



El negocio de la guerra mediática es la más fuerte expresión del terrorismo internacional: el nacionalismo.



Los valores tradicionales ya no se los esgrime de manera racional, respetuosa y en última instancia opcional sino que se han blindado con la fuerza de una ética que más parece terrorismo moral y fanatismo.



Barack Obama nos engañó a todos al hacernos creer que un cambio era posible, pero todas las evidencias señalan que los Bush siguen en el poder. Mientras esta situación continúe el verdadero desarrollo intelectual y económico de Latinoamérica estará detenido al tiempo que sigue alimentando el voraz Leviatán del comunismo y del marxismo cubano. Si esa maldita isla no cambia nunca vamos a cambiar los demás y permaneceremos secuestrados por las fuerzas de la oscuridad y del secretismo.



Cuando llegaron a Chipipe, ahí los estaba esperando John y otro amigo e intercambiaron un caluroso diálogo por la forma como se demoraban las cosas, ya que Mario tenía que cambiar los pistones de su volkswagen que estaba a punto de fundirse.

En cada cambio de velocidad que hacía la máquina se escuchaba una explosión, y Sebastián era sacado de la profundidad de sus pensamientos para, temporalmente, volverse a fijar en la calurosa realidad en la que vivía…

Cuando llegaron y John fue a retirar el cheque, el valor con que venía lleno era seis dólares menos del valor pactado, y Mario se resignó, se controló y no dijo nada. De inmediato puso en marcha el motor de su volkswagen y lo dejó a su contacto de negocios y a su amigo y se fue con Sebastián a la ventanilla del banco más cercano para cambiar ese miserable cheque.

Mientras esperaban a que se vaciaran los turnos que precedían la operación de Mario, ambos amigos se sentaron a tomar un asqueroso refresco de dieta…

De pronto Sebastián se percató de una preciosa señorita sentada en el banquito de un parque que conversaba con otra amiga.

Mientras Mario le seguía renegando de la vida y haciéndole un doloroso recuento de todas sus desventuras, Sebastián lo interrumpió y le dijo al oído:

- Mira allí al frente ¡que linda chiquilla, sentada, conversando tranquilamente con su amiga! ¡Pero mira qué perfecta naricita que decora aquel bello rostro de ojitos hundidos y mira qué linda boca por la cual salen misteriosas palabras que mi oído no alcanza a escuchar!

Su melenita negra estaba bien peinada con una raya en medio y los bordes de su pelo lacio le llegaban elegantemente hasta el fino cuello. Sobre sus delicados pero abultados pechos colgaba una pequeña y delgada cruz de plata.

Sebastián no pudo reprimir el deseo de acercársele, aunque tímidamente y le dijo:



- Disculpe la molestia…

- ¿Sí?

- Espero que me disculpe, pero es usted la señorita más linda que he visto en toda mi vida…

- Muchas gracias, no es ninguna molestia.

- Disculpe, ¿cómo se llama?

- Roxane…

- ¡Gracias!



Y Roxane le tendió la mano y Sebastián aprovechó la oportunidad para agacharse y depositarle un tímido pero fervoroso beso entre sus nudillos, que la hizo vibrar desde la punta de su delicado pié hasta la más fina hebra de cabello. En ese momento a Sebastián se le vino a la mente un pensamiento de Marvin Harris:

Debido a la selección natural, se puede decir que los organismos se adaptan a las necesidades y oportunidades existentes en su medio ambiente. Las fuertes presiones sobre los discos cartilaginosos entre las vértebras producen hernias, alineamientos defectuosos y “dolores de espalda” específicamente humanos. En algunos primates, las hembras en celo muestran hinchazones policromas en la región del ano y de la vagina.

Mientras Sebastián se alejaba de Roxane se olvido de aquellos pensamientos raros y su prodigiosa mente se sumergió en un delicado poema:

Hoy al verte

Me muero de ganas por conocerte

En mi mente

Te pinto al óleo desnuda, tranquila, juguetona, traviesa

Como una canción de Billy Ocean

Envuelves mi cabeza con perfume

E ilusiones

Eres perversa e inquieta como una ola

Pero te rindes cada noche, cuando

Antes de bañarte te bajas los calzones

Cuando me abres tus glúteos en medio de la noche

Ayer te confisqué un beso, corazón

Hoy me envuelves en tu ternura, ardes cuando te penetro

Me hablas en quíchua cosas que no entiendo

Me vuelves loco de amor sin razón

¿qué es lo que quieres de mí, me pregunto?



Al día siguiente Sebastián madrugó y en medio de duro frío se bañó, se acicaló y se perfumó, luego fue a la cocina y cascó dos huevos y se los preparó revueltos en la sartén apenas untada con aceite de oliva, y salió de su casa a las siete de la mañana para acudir a la casa de Freddy para ir a una compañía que les iba a dar unas cajas de cloro para salir a venderlas en Milagro.

Pasó por el malecón y cuando sus ojos se depositaron en Shit Bay, su corazón le latió más aprisa. En el lejano punto se podían ver grandes espumarajos, lo que quería decir que estaban reventando las olas.

Aquella mañana, Freddy se había levantado a las cuatro y se había ido a Paco Illescas a correr unas olitas en medio de la penumbra. El agua estaba helada, pero las olitas pronto lo hacían entrar en calor a cualquier surfer.

Al principio con movimientos un poco torpes lograba remar unas olitas y se montaba en ellas para sentir bajo los pies cómo la fuerza de la ola lo empujaba a toda velocidad hasta la orilla.

Cuando Sebastián llegó a la villa de Freddy y lo empezó a llamar con impaciencia, pero pronto se percató de que su amigo había salido, ¿pero adónde?

De pronto tuvo un presentimiento y se encaminó a Paco Illescas, de todas formas no tenía nada que perder con intentarlo.

El sol de aquella mañana empezaba a despuntar con mucha fuerza por lo que cuando Sebastián llegó al punto, estaba todo sudado y sus rodillas temblaban por el esfuerzo de caminar un largo trecho sobre la arena.

Al fondo, en la punta, se encontraba Freddy, que en ese momento se encontraba remando una olita de metro y medio, y luego la bajó todo tambaleante para luego dirigirse a la orilla donde lo esperaba su amigo.

El tiempo no había pasado en vano para Freddy y Sebastián, y ambos hacían gala de una pequeña barrigota, y Freddy siempre bromeaba preguntándole a su amigo sobre cómo hacía para ponerse las medias y que si él también usaba un banquito.

Cuando ambos amigos se dirigieron a las puertas del condominio San Lorenzo, Sebastián se llevó una linda sorpresa, que casi lo tumba patas arriba: sentada en las escaleras se encontraba Roxane. Estaba envuelta en una gran toalla que la protegía de los incipientes rayos del sol mañanero y de las fuertes corrientes de aire frío.

Sebastián se acercó a saludarla y ella le ofreció su delicada mejilla. Por segunda vez nuestro héroe depositó un delicado beso en la piel exquisita de aquella muchachita tan dulce. Antes de iniciar la conversación Sebastián pensó en una cita de C. Levi-Strauss:

Para buen número de tribus, el prestigio social de un individuo está determinado por las circunstancias que rodean ciertas pruebas a las cuales los adolescentes deben someterse en la pubertad…en el estado de embotamiento, debilidad o de delirio en que los dejan estas pruebas y ejercicios, esperan encontrar comunicación con el mundo sobrenatural…

Definitivamente debo admitir que no sé reaccionar más que con un perplejo silencio cuando me responden de manera irracional. La Lógica y la claridad mental forman parte inextricable de mi vida y de mis pensamientos y todo lo irracional me deja mudo, confundido y ¡hasta asustado!

Luego Sebastián repasó rápidamente mentalmente ciertos pensamientos sueltos:

¡La realidad está gobernada por Dios!



Si esto fuera cierto no existiría tanta miseria en el mundo, más bien da la impresión de que todo está perdido y que o Dios ha muerto o nos ha abandonado.

¡Nada!, ¡no puedo dormir!, ¡por culpa de tu amor, a este paso voy a terminar asilado en la casa de la risa!

Todo desorden mental originado por una relación sentimental fallida o insatisfecha es una herida que con el tiempo se va curando. Para todo hay tiempo en este mundo: para llorar por un amor y para olvidarlo también.

Caminando me encuentro con una pareja de enamorados, se besan tan apasionadamente, que ella parece una muñeca en las manos de él, ¡una muñeca que está a punto de ceder! Es una sensación rara contemplar el amor de otros como algo tan fresco y vital cuando en nosotros ya está casi extinto.



En la actualidad los matrimonios duran dos o tres años u al final con hijos o sin hijos se acaba todo y viene el divorcio.

La isla de Creta: “¡isla de cien ciudades!”

¡Me quieren volver loca!

Los secretos matan, las conspiraciones matan, el mayor peligro de un gobernante son los conservadores que se aferran a sus privilegios y no quieren ningún cambio.

¡Así crecimos!



La estupidez humana nunca es inocente sino más bien malintencionada. El orgullo irracional por su estúpida raza y su maldita cultura, que por otro lado nunca nos a traído nada bueno, sólo se merecen mi mayor desprecio.

¡No me gusta que me hagan sentir que estoy loca!

¡Avancen para atrás!

She is my boyfriend!

¡Un bruto que embiste todo lo que es rojo!

¡Oye chiquito, no haga relajo, chiquito!

¿Acaso que soy un perro?

¡El problema surge cuando se retracta!

¡La peor cagada de una mente cosmopolita es que sólo pueda leer textos traducidos al español!

¡Creo que me va a dar algo!

¡Usted está loca de remate yo no soy gringa, soy del pueblo!

¿Y ahora, tú, por qué eres mentirosa, vuelta?

¡Disck jockey, disck jockey!, ¿qué le pasa?, ¿ya está borracha?

¡Dicen que hay un Liberache en la Comisión de Tránsito!

¡Ya me viene a joder a mí, sí viste!

¡Va a traer a la jefa para acá!

¡Todos vamos a salir de aquí profetas y locos!

¡La espera ya es de todos!



El bombardeo radial es una técnica de tortura de refinados procedimientos y muy difícil de comprobar por medios legales. Todo lo que queda para enfrentar el terrorismo latinoamericano es la herramienta del terrorismo internacional.

¡No hay nada más efectivo para curar la alegría que la presencia de un policía negro mal encarado!

¡Estamos intoxicados!

¡Menudo problema!

¡Yo salgo a comer a las doce!

¡Yo no tengo la llave para entrar en esa carpa!

¡Qué suerte la mía, hasta los perros tiran libremente en la playa!, ¡juegan y retozan, y se aman, tierna y dulcemente!, ¡también se persiguen en zigzag!

¡Qué suerte para desgracia!, ¡no puede ser que pensando en la una termine preñando a la otra!

Tenemos que sacrificar a nuestra pobre, crujiente individualidad-que quizá sea sólo(desde un punto de vista analítico) una persistente megalomanía infantil, o (desde un punto de vista marxista) una pequeña y asquerosa característica burguesa- a una necesidad histórica. Y a la verdad. Y esto sólo es verdad cuando causa más desgracia y angustia a los seres humanos de modo que si proporciona algo distinto al mal, sólo será ilusión y no verdad. Saul Bellow.

¡Le gusta la tostadita!

¡No te olvides de los papeles!, ¿¡qué papeles!?

¡No quiero ser tu abuela ni tu madre, quiero ser tu mujer y la madre de tus hijos!

¡Te van a colgar de las pelotas!

¡Mira!, ¡la carga desnuda!

¿Cómo se puede ser serio si se lleva por naturaleza la vibra del humor y de la risa por dentro, bien profundo en el alma?

¡No hay nada más chévere que ver junto a tu hijo a los locales surfear mientras se escucha la música de COLDPLAY!

¡Cuando haces el bien sin mirar a quién no es fácil elegir el bando por el que tienes que luchar…estás irremediablemente ubicado en el centro de la contienda, ¿por qué no podemos trabajar en armonía, felicidad y Santa paz?

¡Todo lo que digo lo utilizan en mi contra!

¡No hay nada más lindo que escuchar a lo lejos la risa de un niño!

Toda la noche dormí con Jerry-el gatitto-, se acurrucaba en la colcha, luego se estiraba y se volvía a dormir tapando la nariz con sus peludas manitas!

¡Ella a todo le dice que sí!

¡Y te me vas!, ¡por longo!

¡Crees que nos puedes engañar a todos!

¿Este remedio me lo tengo que tomar o me lo tiro encima?

¡Ya me dejó rayado!

¡Se engañó así mismo y nos engañó a todos!, ¡y tú toma por eso!

¿A dónde vas mujer?, ¿para qué tanta afán y apuro?, aquí los relojes no tienen manecillas ni existe la premura, tampoco hay caos ni congestión…

¡Me enamoré de una prostituta!

¡Ah, sí!, ¡las cartas!, ¡ya todos estamos en el manicomio!

¡Dame dólar para comerme un aguado!

¿A usted le gusta hacer cosas locas e impulsivas?, ¿por qué no se casa?

¡Vuelve a atacar la dimensión desconocida!

¡Y voy a andar de pelo suelto!, ¡y voy!

El verdadero desastre del planeta Tierra es que nunca se prestó verdadera atención al problema real, al nudo gordiano de la falla maestra como factor que impide la paz mundial: que no hay traducción mala sino que nunca hubo las suficientes traducciones de textos para que nos comprendamos todos…

Cuando Sebastián regresó a la Tierra, enfocó su mirada en la preciosa muchacha, que se hallaba frente a él y le preguntó:

- ¿Qué hace por aquí tan de mañana?-le preguntó con hilaridad Sebastián-.

- Me gusta venir a ver a los surfers. Este es un rincón apartado y no hay mucha gente.

Freddy le preguntó:

- Mi amigo y yo nos vamos a pegar un viaje a Montaña para vender unos cartones de cloro, ¿quieres venir?

- Bueno, ¿por qué no?- contestó la preciosa chiquilla mientras miraba con una suavidad muy provocadora hacia el ruborizado rostro irlandés de Sebastián-.



Freddy había estacionado su pequeña chevrolet en una esquina y los tres muchachos subieron al vehículo para poner rumbo a la fábrica de cloro de su amigo para retirar las cajas que iban a vender.

En el camino Freddy le preguntó a Sebastián si tenía yerba y éste se puso un poco nervioso porque se lo preguntaba delante de aquella chica y no sabía cómo ella iba a responder. Pero ella dijo:

- Yo tengo un poco.



Y Sebastián respondió:



- No te preocupes, no utilices de la tuya…



Y sacó de su billetera un batecito y Freddy aplastó el encendedor automático de su chevrolet y luego se lo pasó a Sebastián y éste lo juntó al borde de su pequeño cigarrillo y empezó a exhalar humo de los orificios nasales.

Roxane se mostraba impaciente porque Sebastián le pasara el porrito y darle unas cuantas pitadas, y finalmente le tocó el turno a Freddy y mientras manejaba recibiendo todos los rayos del sol de aquella fría mañana se lo terminó de fumar bajo la enojosa y a veces sorprendida mirada de uno que otro transeúnte, pero eso a Freddy no le importaba en lo más mínimo.

Mientras viajaban por la carretera, Freddy encendió la radio y en silencio escuchaban la bella melodía I’d really love to see you tonight de England Dan y John Ford Coley.

Sebastián estaba a punto de explotar de tanta felicidad al estar junto a esta chiquilla tan linda. Y ella se volteaba para verlo cantar con tanto sentimiento aquella melodía tan romántica.

En el camino Freddy logró divisar a Cristina, una muñequita de pelo negro que más parecía una figurita de porcelana china, caminando junto a la carretera, en zapatillas, traje de baño azul y con una camiseta negra que decía: SHANGAI GIRL.

Freddy disminuyó la velocidad, se acercó a la preciosa chica y le dijo:

- Hey Shangai girl vamos para Montaña, ¿te quieres subir?

- ¡Hablen, hablen!, ¿se van para Montaña?, ¡entonces nos vamos para allá!



Cuando Cristina se subió a la camioneta fue presentada a Roxane y los cuatro muchachos siguieron el camino hasta llegar a la fábrica del amigo de Freddy y mientras él entraba a concretar su asunto, ellos se quedaron afuera, escuchando la linda música de la radio, que en ese momento tocaba AT SEVENTEN de Janis Ian.

Como Freddy se demoraba, Sebastián armó otro pitillo de yerba y Cristina se emocionó mucho porque aunque no buscaba los momentos para fumar, sí le encantaba el efecto disipador de la yerba. Roxane le preguntó con ironía:

- ¿Te vas a fumar otro?

- Nos vamos a fumar otro-respondió enfático Sebastián-.

- No te preocupes, Roxane-dijo Cristina-, si no quieres yo me fumo tu parte…

- Mira a la otra-dijo Sebastián- te pica el cerebro por fumarte un porrito, ¿no?



Así que se lo encendieron con mucho miedo de que alguien de la fábrica saliera y los descubriese o de que algún policía pasara por ahí en ese momento y los pescase in fraganti.

Cuando se terminaron de fumar el pitillo de yerba se pusieron locos de contento porque en la radio se escuchaba Does your mother know del grupo ABBA y como estaban recontra grifotes la música les agitaba el cerebro y cantaban a todo pulmón y se agitaban dentro de la pequeña camioneta.

Después de un rato apareció el dueño de la fábrica y más atrás Freddy, pero no vino con las cajas de cloro prometidas sino con unas cuantas muestras y con un pequeño balde de goma. Con eso no se iba a justificar el viaje a Montaña, pensó Sebastián.

Cuando entró en la camioneta Freddy les confirmó a los chicos la mala noticia de que les habían fallado con el cloro y que en vez de ir a Montaña, irían a una pequeña colina a buscar a un pusher para comprar más yerba.

Así que se encaminaron para allá.

Las chicas iban locas de contento porque estaban paseando, pero para Sebastián las cosas ya no iban tan bien porque el proyecto se vino abajo y los dólares que esperaba ganar se le esfumaron de la mente.

La pequeña chevrolet de Freddy hizo un sinnúmero de zigzags y finalmente se salió del desierto para subir por una pequeña colina llena de arbustos que al final del camino terminaba en la estación de una serie de pequeñas busetas de color rojo que servían de transporte intercantonal.

Entonces las chicas se serenaron y dejaron de armar bulla porque estaban en una zona roja y no era prudente llamar la atención. En aquel ambiente lleno de malandros se empezaron a poner paranoicas y temían ser vigiladas por todos lados y que se presentase la policía en cualquier momento. Pero Freddy se comportaba con la tranquilidad de quien se encuentra en su propia casa e iba y venía de un lado para otro conversando con los pushers de la yerba mientras esperaba que le llegara su dólar de marihuana.

Sebastián y las chicas se quedaron sin resuello cuando después de un largo rato apareció una camioneta del Municipio de JUSTICIA Y VIGILANCIA, que representaban ese nuevo fascismo que azotaba junto con la Comisión de Tránsito a toda la Península y no dejaban trabajar a nadie. Para rematar llegó en el momento en que la yerba ya había llegado y Freddy se encontraba probándola junto con los demás pushers con un tremendo cigarro en la mano.

Las chicas le querían hacer señales de que ya nos largásemos de ahí, pero él actuaba como si no pasara nada y seguía allí, departiendo alegremente con sus amigos delincuentes.

Cuando finalmente entró a la camioneta las chicas le protestaron a viva voz por su comportamiento tan imprudente, pero él les respondió que ni siquiera a la policía le paraba bola mucho menos se iba a preocupar por una camioneta del Municipio. Y Cristina le preguntó:

- ¿Y no te da miedo que ellos te denuncien?

- Ese no es asunto de su incumbencia, el narcotráfico no es de su incumbencia, a ellos sólo les interesa la plata que vienen a cobrar.



Sebastián estaba cabreado porque Freddy había puesto a las chicas en riesgo y porque no iban a viajar a Montaña, pero se quedó callado royendo su malestar interno, él ya conocía cómo era Freddy porque había trabajado de chofer con él cuando repartían por toda la Península materia prima para las industrias y era la misma historia con la fumadera y la cagadera de risa, yendo de un lugar a otro, y a veces metiéndose en contra vía y cagándose de risa todo el tiempo, sólo que en esa ocasión era Sebastián el que estaba al volante.

Luego Sebastián y Freddy se habían metido a trabajar en una procesadora de fruta para exportación y por andar con la fumadera y la cagadera de risa casi queman el motor de la banda de la procesadora de fruta que transportaba la pulpa cortada en trocitos y que la convertía en fruta congelada, lista para ser exportada. El mecanismo que controlaba aquella banda que transportaba la fruta procesada por las hábiles manos de las operarias…debía ser manejado con mucho cuidado cuando se congelaba la banda transportadora porque por el efecto del frío se podía romper en mil pedazos, entonces Sebastián, todavía medio grifote, le dijo al jefe:



- La verdad es que usted me explicó tan rápido todo este asunto de cómo encender y operar este artefacto que no se me retuvo en la mente…



También Sebastián había trabajado con Freddy como chofer de una huevito para una distribuidora de computadores, pero no duró mucho tiempo ya que los hijoputas de la Comisión de Tránsito se le llevaron la camioneta, que supuestamente, estaba mal estacionada con una grúa y eso le costó sesenta y cinco dólares a la compañía y Sebastián se quedó fuera del camello.

Durante las tres semanas que Sebastián trabajó en aquella distribuidora la pasó super chévere con Freddy, fumando yerba todo el tiempo, mientras conducían por toda la Península, repartiendo equipos electrónicos y sólo parando para almorzar un chaulafán de a dólar.

Cuando llegó la hora del almuerzo, Freddy se regresó a su casa y en el camino se quedaron Sebastián y Roxane, ya que ella quería invitarlo para que conociera dónde ella vivía.

Se trataba de un lindo departamento medio rústico y medio moderno, ubicado en un edificio atrás del Miramar. Ella le preguntó si quería que le cocinara algo y Sebastián reflexionó mucho la respuesta aunque las tripas le sonaban por el hambre que producía el efecto secundario de la yerba y luego de una larga pausa le dijo que sí.

En el rostro de Roxane se dibujó la felicidad y sacó de la refrigeradora una gran pizza congelada a la que le quitó el plástico que la cubría, para luego meterla en el horno microondas. Luego se dirigió al toca cedés y puso una suave y romántica canción de Johnnie Matis.

Sebastián se relamía de gusto con la vista panorámica de aquel edificio, desde donde se podía ver Shit Bay escupiendo abundantes espumas blancas lo que era señal segura de que todavía había buen oleaje.

Roxane estaba en la cocina canturreando como lo hacía la madre de Sebastián cuando se hallaba concentrada con algo entre las manos. Después de unos veinte y cinco minutos sonó el timbre del microondas y Roxane lo llamó al comedor para que se sirva, entonces, Sebastián le preguntó:

- ¿Vives sola?

- Por ahora sí, estoy de vacaciones. Esta pizza está buenísima, tiene de todo, jamón, queso, peperoni, champiñones, de todo…



El aire acondicionado de aquel departamento funcionaba a toda potencia y el frío que lo envolvía a Sebastián lo hacía combinar en sus pensamientos toda clase de sensaciones que se mezclaban con las pinturas modernas colgadas en la pared, la música de Johnnie Matis, los suculentos y humeantes pedazos de pizza, la belleza extraordinaria de Roxane, que le ponía duro el miembro, la vista panorámica del departamento, la pintura blanca de las paredes con esa mezcla entre rústico y moderno con esas vigas de gruesa madera enlacada pegadas en el techo y que le daban forma a la pequeña chimenea de estilo español.

Mientras Sebastián comía aquellos deliciosos pedazos de pizza sintió el pequeño pie de su linda amiga, que primero lo rozó en el empeine y que luego se fue posicionando sobre sus canillas.

No hay nada que incite más al sexo que una buena comida y unos cuantos tragos de vino. Entonces Sebastián hizo algo revolucionario: le tomó de la mano a su amiga y se la llevó a los labios. Y ella se lo quedó mirando con una expresión llena de dulzura y dudas en el rostro, como si no supiera cómo satisfacer a su lindo amigo, y después de vacilar un rato, le preguntó:

- ¿Te quieres bañar?, me imagino que has de estar fastidiado con todo ese calor de allá afuera…

- ¿Estás segura de que no llegará nadie?

- No.



Su negativa fue definitiva y en sus ojos Sebastián pudo ver el fuego del infierno que ardía en sus entrañas.

Cuando Sebastián terminó de comer se fue al baño y se desnudó poco a poco. El frío del aire acondicionado le recogía el escroto y lo desacostumbrado de todo aquello hacía que se moviera en cámara lenta.

De pronto entró Roxane desnuda al baño y se le sentó en las rodillas y se lo quedó mirando a los ojos y le dijo:

- ¡Tienes bonitos ojos!, ¡casi no me había fijado en ellos!



Sebastián le empezó a besar en las manos y luego en el cuello y era una delicia sentir, sí, sentir el roce de sus labios en el suave y dulce rostro de la muchacha. Era una experiencia casi mágica besar sus pezones, escuchar sus tímidos quejidos…de pronto se levantó de la tapa del servicio con ella envuelta en la cintura y rodeándolo con sus piernas, y se metió a la ducha.

Bajo el agua la penetró varias veces de manera incesante y con mucho amor. Sebastián no paraba de besarle los pequeños pero abultados senos de su amante y ella se desesperaba y gemía cada vez que era penetrada.



Al día siguiente, Sebastián se levantó temprano no de madrugada y acudió a la puerta de su villa donde alguien tocaba suave, pero insistentemente. Cuando Sebastián abrió la puerta se encontró con su viejo amigo don Jaime, que venía para ofrecerle un trabajo como administrador de un viejo edificio, que con el paso del tiempo se había convertido en hotel-en los pisos de arriba y en bodegas en los de abajo-, ya que su anciana madre había fallecido recientemente.

Sebastián lo hizo pasar y mientras don Jaime esperaba en la pequeña salita de la villa salinera, el rubicundo irlandés se terminó de vestir. Luego se fueron a tomar unos capuchinos en un bar restaurant de CASA TOSI, y empezaron a conversar sobre el negocio: todo lo que tenía que hacer Sebastián era cobrar la renta del edificio, entregar un recibo y depositar el dinero en un banco, y anualmente pagar el impuesto al Municipio, eso era todo.

Después de que se tomaron sus capuchinos se fueron a ver el viejo edificio y entraron en el hotel para que la encargada conociera al nuevo cobrador de la renta. Luego Sebastián quedó libre y don Jaime lo dejó en su villa.

Ni bien llegó, el fornido y barrigón muchacho se metió al baño y se duchó, luego se metió dentro de un traje de baño, cogió su tabla Mark Richards, de dos quillas, y sin desayunar, se fue caminando para coger olas en Shit Bay.

Cuando llegó hasta el edificio EL TIBURON se metió al agua y empezó a remar el largo, largo trayecto hasta coronar las peligrosas rocas de Shit Bay. Mientras remaba iba pasando por en medio de asombrados turistas que se estaban bañando satisfactoriamente bajo el fuerte sol de la temporada y volvían sus cabezas para ver a este tipo raro que se dirigía con su tabla hasta la punta más extrema de Salinas, junto a una base militar.

El punto estaba preñado de olas que se paraban hasta alcanzar la altura de dos y tres metros, y por el efecto del viento, se paraban y se cerraban violentamente, y el pobre Sebastián tenía que remar y remar la maldita espuma que lo empujaba peligrosamente contra las rocas, pero este viejo surfer, ya era un veterano de Salinas y sus hombros tenían las credenciales como para resistir el embate de las tandas de barredoras.

Cuando finalmente el rey Neptuno le dio una pequeña tregua, Sebastián logró coronar la punta del point y se quedó ahí, flotando y remando, remando y flotando, y con la mirada en el horizonte en busca de la llegada de las mama rusas.

Su mente estaba completamente concentrada y fija en las diferentes sensaciones y posibilidades estéticas, que el mar le ofrecía. El frío del agua le penetraba hasta los huesos, desde la cintura para bajo y los fuertes rayos del sol lo quemaban desde la cabeza hasta la cintura.

Cada vez que la corriente lo arrastraba, se volvía a acostar sobre la tabla y volvía a remar para colocarse en la posición correcta para cazar una buena ola salinera.

Cuando empezaron a llegar las olas, Sebastián se lanzó en la búsqueda de la más grande de toda la tanda y rebasó las paredes de agua de las dos primeras para encontrarse de frente con una bestial pared de agua, que, en la medida que se iba acercando, se iba enconchando, por lo que el hombre se viró, la empezó a remar y se fue en ella a toda velocidad.

Así se mantuvo hasta que el sol comenzó a declinar y completamente agotado empezó a remar de regreso a la orilla. Todavía había luz cuando pisó arena y sus ojos se alegraron al ver a Roxane, sentada en la arena, envuelta en una toalla y con sus ojos protegidos por unas gafas muy punk, y ella le dijo:

- Te va a dar cáncer en la piel por exponerte de esa manera al sol…

- Mi piel no tiene ningún problema con el sol…mi piel ama al sol…mi problema es con el frío…¿cómo así estás aquí?

- Te ví con el telescopio del balcón cuando venías para acá y me vine a esperarte, ¿tienes hambre?

- Estoy que ladro de hambre, ni siquiera he desayunado…

- Vamos para invitarte un plato de comida, ¿qué quieres comer?

- Yo te llevo, conozco un lugar donde preparan unos gigantescos lomos a lo pobre con arroz y menestra…

- ¿Unos qué?

- Lomos a lo pobre, ¿nunca has escuchado de ese plato?

- En Quito no conocemos esa clase de plato, ¡lomo a lo pobre!, ¿y por qué le llaman así?

- No tengo la menor idea, pero sé que te lo sirven con una tremenda sábana de carne, que te cansas y te terminan doliendo las mandíbulas de tanto masticar…

- ¡No me digas!



Cuando la linda parejita llegó cerca de la casa de Iván empezaron a oler el tufo de las carnes asadas y ya la oscuridad de la noche empezaba a cerrarse sobre las calles de Salinas. Durante todo el trayecto, Sebastián se cansaba de cargar la tabla y no paraba de pasársela de un brazo al otro, así que se sintió aliviado cuando llegaron al pequeño establecimiento pobremente iluminado con un foquillo y se sentaron.

La dulce serranita le pidió al cocinero, que era también el mesero, dos platos de lomo a lo pobre y se volvió hacia su amante.

Sebastián tiritaba de frío que se hacía más molestoso por el pantalón de baño mojado, y Roxy pronto se percató de su malestar y le tendió la toalla para que su hermoso amante cubriera sus poderosos hombros y espaldas con ella y se cubriera un poco del frío de la noche salinera. Ella estaba contenta por ser la segunda vez que le daba de comer a este hombre tan simpático y que la había amado tan dulcemente hasta hacerla estallar varias veces la noche anterior.

De pronto apareció de entre la penumbra, Iván, el amigo de Sebastián y lo saludo:

- ¡Habla mi pana!

- Te presento a mi enamorada Roxy…

- ¡Hola!- saludó la chica con la gracia y el acento de las quiteñas aniñadas de EL BATAN-.

- Hola, mi amiga, ¿cómo le va?, ¿están probando la especialidad de la casa?

- Aquí me trajo su amigo que se muere de hambre…

- Ni siquiera he desayunado- acotó Sebastián-.

- ¡Vaya ahí!, ¡yo les pongo las cervezas y me voy porque tengo que trabajar!



Iván prácticamente vivía de las rentas de los alquileres de los cuatro departamentos de su gran villa, pero además para redondear su presupuesto preparaba y vendía tarrinas de comida a los empleados del Mi Comisariato. Con ese dinero tenía que ayudar a su hermano que recientemente había sufrido un derrame cerebral, que le había paralizado todo el lado izquierdo del cuerpo y parte del lado derecho de la cara.

Al principio el pobre muchacho estuvo al borde de la muerte y cuando Sebastián lo fue a visitar, ayudaba a Iván a levantarlo de la cama, para que las enfermeras cambien las sábanas orinadas y lo sentaron en una silla de ruedas muy criolla y lo llevaron a hacer fila para esperar su turno para el baño y mientras tanto Iván le pidió a su amigo que le leyera unos textos de las doctrinas de los Testigos de Jehová. Todo eso había sido muy penoso. Después del baño del enfermo, Sebastián sintió un gran alivio cuando lo sacó a pasear al soleado patio ya que estar en aquel pabellón repleto de enfermos lo deprimía sobremanera, y cuando lo sacó al enfermo al soleado patio, le susurraba al oído a Lalo que silbara para que se recuperara más rápido y que tenga fe y esperanza ya que todo aquello era una maldita pesadilla, pero temporal, un mal sueño y que pronto se recuperaría y se irían a la playa y correrían buenas olas en Canoa.

Todos aquellos recuerdos surcaban la mente de Sebastián mientras comía en silencio al tiempo que asentía sin escuchar verdaderamente a las palabras de Roxi, que le hablaba sobre lo lindo y lo tranquilo que le parecía la vida nocturna de Salinas. Y Sebastián le preguntó cuando su mente aterrizó nuevamente sobre el restaurant:

- ¿Y por qué no te quedas a vivir aquí?

- ¿Te gustaría que me quedara a vivir aquí, en la playa?, ¿contigo?

- ¿Crees que te dejarían tus padres?

- Les daría un ataque al enterarse que dejo de estudiar en el AMERICANO, para venir acá a estudiar en EL RUBIRA y a VIVIR contigo.

- ¿Crees que te desheredarían?

- Mi papá se resentiría muchísimo, pero mi madre me protegería hasta el último día de su vida…

- Sería una gran conmoción.

- Sí, lo sería.

- Entonces no te voy a pedir que te quedes conmigo, aquí, en Salinas.

- ¡Estás loco!, ¿y tú?, ¿por qué no te vienes a vivir conmigo a Quito?

- El frío me destroza y allá no hay olas. Nunca podría vivir sin correr olas.

- ¿Las olas serían más importantes para ti, que vivir con la mujer que amas?

- No lo sé…de todos modos no lo dije tan en serio, pero me fastidia la idea de no volverte a ver cuando se acaben tus vacaciones.

- ¿Tanto así?

- Me gusta verte cada vez que salgo del agua, en verdad eres super linda y tu dulzura me marea, es como una droga que siempre me deja insatisfecho. Hoy al verte en la arena cuando salí del agua sentí que el corazón me brincaba en el pecho.

- ¿Tanto así?

- ¿Qué tal está tu lomo a lo pobre?

- Prefiero el cebiche mixto…

- Lo que pasa es que eres una quiteña con gustos costeños, por eso te fijaste en mí…

- Un momentito, mi señor, yo estaba tranquilita, sentadita con mi amiga cuando usted vino y se presentó todo galanteador y me alborotó toda con esa mirada de chico malo…

- Dime la verdad, ¿cómo es que te apareciste en Paco Illescas?

- Pura coincidencia, ya antes había caminado por ahí y me había fijado que en ese lugar se reunían los surfers y me pareció un espectáculo tan bonito como apacible. Verlos bajar las olas es algo tan bonito, que esa mañana fui temprano para verlos y sentirme bien.



Sebastián sabía que Roxana lo amaba en secreto y ella sabía que él la adoraba y cuando finalmente pudieran consumar su pasión en Montaña, él la embestiría con tanta ternura reprimida y ella lo recibiría con tanta pasión contenida y se amarían tan completamente, tan ardorosamente, que su pasión les arrancaría lágrimas y les dolería el corazón y en la frente de ella se brotarían pequeñas venitas por la intensidad de su amor tan correspondido, tan maravillosamente fiel, respetuoso y correspondido…



- ¿Te gustaría venirte a vivir conmigo a Montañita?-le preguntó sin más ni más Sebastián a Roxane, dejándola perpleja-.

- ¿A vivir a Montaña?, ¿cuándo se te ocurrió esa idea?

- Tengo la posibilidad de ir a trabajar como asistente de obra en la construcción de un HOTEL.

- ¿Qué crees que pensarían mis padres si te dejo llevarme para allá, a la casa de la risa?

- No sé, eso es algo que tienes que arreglar con tus padres…la oferta está echada sobre el tapete…siempre e querido vivir una temporada por allá, ¿por qué no te vienes conmigo?



Después de una semana Sebastián empezó a preparar maletas para coger la chichera que lo llevaría a Montañita, en la madrugada había recibido una llamada de la constructora para que se trasladase para allá inmediatamente.

Cuando Sebastián se disponía a salir de la villa y al abrir la puerta ahí estaba su serrana, sentada en el camino de conchilla con su gran mochila a un lado. Y mirándolo a la cara le dijo:

- ¿Ya está listo mi monito?

- ¿En serio te vienes conmigo?



El camino le pareció a la linda parejita lleno de paisajes soleados, el desierto lucía maravilloso y Sebastián pensaba:

“What that fuck is going on, here?!

Pero nada de eso tenía importancia ahora. Estaban juntos. Desde que él le había ofrecido llevarla a Montaña, Roxane no le había respondido y después de mucho tiempo, él se había enterado de que ella le había solicitado el permiso a sus padres a la hora del almuerzo provocando una escena dramática en la familia, y luego se había empecinado y había llorado y también suplicado hasta que finalmente los padres la dieron por loca y se rindieron…la madre le dijo con voz trémula detrás de la puerta de su cuarto que se encontraba cerrada a cal y canto:

- ¿Pero, al menos, él se va a casar contigo?, ¿no?



Cuando llegaron, Sebastián se dirigió al HOTEL MAYFLOWER, donde un amigo que simpatizaba con Mario le había propuesto alguna vez que se viniera a pasar unas vacaciones.

El HOTEL MAYFLOWER, quedaba justo a la entrada de Montañita en la primera calle a la derecha. Lo que a Ricky le molestaba era la situación de Roxane, le preocupaba que sea una menor de edad y que Sebastián se la haya raptado. Sebastián tuvo que hablar más de una hora frente a Ricky y soltarle todo el rollo del trabajo con la constructora para tranquilizarlo.

Así que cuando Ricky se quedó tranquilo, Sebastián y su chica se fueron a dar una vuelta por Montañita. Sebastián no venía a Montaña desde hacía veinte años y lo encontró todo cambiadísimo. Cuando se cansaron de dar vueltas se apearon en una pequeña tiendita y almorzaron a las tres de la tarde unas dos latas de sardina con pan y cola negra.

Entonces Roxy le dijo a su novio en el oído, mientras le señalaba con la cabeza a una linda hippie que vigilaba a su guagua que jugaba distraídamente:

- No hay nada más triste y desesperante que ver a una madre soltera criando a su hijo sola y desamparada…

Cuando comenzaron el camino de regreso les dolían las piernas y llegaron muertos al MAYFLOWER a ducharse y a bañarse y finalmente a descansar en una mediana carpita que Ricky les había alquilado en el tercer piso.

Sebastián se quedó profundamente dormido y se despertó a eso de la media noche y descubrió a Erica sentada en el malecón, sola y con la mochila a un costado mirando el maravilloso atardecer. Sebastián tomó nota del asunto:

El sol crepuscular, anaranjado, atómico, oculto entre las nubes rosa, se funde en completa armonía y éxtasis con el azul horizonte marino.

Entre las nubes hay un hueco incandescente que brilla, sí, sí, sí, brilla con la fuerza de un Dios libertino y decadente del Olimpo, es el mismo Zeus que se apaga para siempre tras las cimas de la isla de Creta.

Sebastián le preguntó a Erica si tenía donde hospedarse y ella le dijo que estaba esperando a un amigo y no volvió a tomar más asunto y se dedicó a vigilar las varillas de hierro y los sacos de cemento que llegaban de la bodega a la construcción.

A la hora del almuerzo, Sebastián sabía que Erica iba a estar perdida por ahí sin un lugar donde descansar así que salió a buscarla y la encontró sentada media dormida e incómoda y la despertó suavemente y se la llevó al MAYFLOWER, y le pagó a Pati para que le alquilara una carpa y descansara.

Luego Sebastián regresaría al trabajo para vigilar que los obreros no regaran la mezcla de cemento y que no se robaran los sacos.

Cuando llegaron las seis de la tarde, Sebastián se sentía molido, no había un solo ganglio en el cuerpo que no le doliera y se fue al Mayflower. Roxy estaba en la cocina, pero Sebastián se fue directo a su carpa. Subió aquellos anchos peldaños de madera como si fuera un cadáver y cuando se metió en la carpa tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para sacarse la ropa, envolverse en una toalla y salir para meterse en el baño. Se encontraba en la segunda enjabonada cuando Erica entró en el baño y se le metió en la ducha. Antes haló la válvula para que se vaya la mierda que Sebastián recién había evacuado y su cuerpo se le enroscó como una gigantesca serpiente pitón en el fornido cuerpo de su benefactor, su cuerpo del color de la oliva estaba ardiendo en fiebre y le preguntó a su futuro amante:

- ¿Quieres que te enjabone la espalda?



Ella ponía su vello púbico tan cerca del miembro de Sebastián que era imposible que él no se excitara. Pero Sebastián se sentía cohibido porque sabía que Roxy estaba abajo en la cocina.

- ¡Maldita sea, me pones en un aprieto!

- ¿Quieres que me vaya?

- No sé lo que quiero, quisiera que te detengas…no tenía pensado esto, sólo quería bañarme y meterme en la cama…

- Entonces te estaré esperando en mi carpa…

- ¡Gracias!, ¡y disculpa!



Cuando Erica se salió del baño, Sebastián se sintió más tranquilo y el corazón dejó de latirle con fuerza. Cuando terminó de bañarse se secó como pudo y se envolvió en una toalla y se metió en su carpa sin antes percatarse de que en la carpa de Erica había una débil luz encendida, seguramente estuviera leyendo un libro.

Pronto el viejo y agotado surfista se fue quedando dormido y perdió toda conciencia con lo que estaba a su alrededor.

Cuando se despertó, encontró el cuerpo de Roxy a su lado y estaba inerte, así que se vistió muy despacio dentro de la carpa para no despertar a su amada, se colocó su hawaiana, se enfundó en su blue jean y se metió en sus nike’s y se fue a la planta baja para comer algo porque se encontraba hambriento. Cuando llegó a la cocina, se encontró con una linda rubia que se hallaba calentando su comida, la comida que Roxy le había dejado sobre la estufa…

- ¡Hola!- le dijo Pierina-, ¿ésta comida es tuya?

- Me temo que sí, pero si no te incomoda la podemos compartir, desde que estoy viviendo en Montaña he experimentado dos fenómenos fisiológicos interesantes: no siento sed y me lleno el estómago fácilmente.

- ¡Te has venido a vivir para acá!, por tu acento pareces guayaquileño…

- Lo soy, pero desde hace mucho tiempo vivo en Salinas y he venido a vivir y trabajar en Montaña…

- Entiendo, bueno si no hay problema podemos comer los dos del mismo plato, yo estoy esperando a un vecino tuyo, que se ha alojado en una de esas lindas carpas del tercer piso, ¿quieres fumar?

- ¿Tú tienes?

- Me queda un poco de weed…

- Yo tengo encendedor.

Pronto la cocina hippie del Mayflower se inundó, brevemente, del humo acre de la weed de Pierina y Sebastián supo de nuevo lo que es la felicidad al satisfacer dos necesidades muy arraigadas en su persona el hambre y la soledad.

Cuando terminaron de comer, Pierina se sintió muy excitada, era como si entre sus piernas tuviera un jodido yogurt y muy disimuladamente le preguntó a su nuevo amigo si aquel cuarto de enfrente estaba vacío. Sebastián pensó que la chica lo quería alquilar y para hacerle un favor a su amigo Ricky, se lo enseñó, ya que estaba desocupado y en la puerta colgaba el candado con la llave.

Cuando entraron Pierina se colocó justo detrás de su nuevo amigo y mientras él le enseñaba el cuarto que poseía un olor rancio por la humedad, ella se le acercó mucho por detrás hasta colocar su sexo sobre las nalgas de él y luego aspiró el delicioso perfume parisino que fluía detrás de las orejas de Sebastián.

A pesar de que éste estaba grifote, se dio perfecta cuenta de la situación y experimentó una fuerte erección. Su mente se disparó y en honor a Pierina, recordó un poema egipcio:

¡Flor de sam; estoy en el jardín!

Yo soy tu primera hermana;

Donde he plantado flores

Y toda clase de hierbas olorosas.

Ameno es el estanque que tu mano cavó

Al fresco soplo de la brisa del norte;

El bello lugar recibe nuestros pasos,

Cuando tu mano reposa sobre la mía

Mi corazón se sacia de alegría

Cuando paseamos juntos

La cosa más suave para mí

Es oír tu voz;

Yo vivo porque la oígo…



Y ella actuó como si le hubiera leído la mente… y le dijo:

- ¿Quieres caminar conmigo por el centro?

- Bueno…

- ¿O quieres joder conmigo en este cuarto?

- ¡Demonios, pensé que nunca me lo preguntarías!

Y de inmediato se encerraron en el cuarto y Sebastián le hacía señas de que apagara la luz y de que no hiciera bulla.

Definitivamente Pierina era una wild cherry y rápidamente se sacó la ropa y se le montó encima al pobre viejo y gordo Sebastián. El peso de su cuerpo y la excitación lo iba volviendo loco y él empezó a succionarle sus pequeños globitos con tanta desesperación que ella empezó a jadear.

- ¡Por favor no hagas bulla!

- ¡Es que me estás haciendo acabar y todavía no me penetras!, ¡oh Dios qué excelente amante eres!



Al día siguiente Sebastián se despertó con todo el cuerpo molido, miró por la ventana del cuarto y eran las seis de la mañana y no había regresado a la carpa con Roxy. ¡Repámpanos! Rápidamente subió las escaleras y se metió en el baño y se restregó con abundante espuma de jabón, y se volvió a enfundar en la misma ropa y fue directo a la carpa, donde Roxy seguía dormida.

- Cariño, cariño, despierta, me tengo que ir al trabajo…

- ¿Qué hora es?

- Las seis y media, ¿tienes dinero para el desayuno?

- Sí, pero, ¿dónde se desayuna aquí?

- Para ahorrar cómete unos panes con cola en la panadería EL TRIGAL o vete donde la señora Elena.

- Bueno, ahora, déjame dormir…

- Sí, claro, como tú digas…

- ¿Adónde fuiste anoche?

- Ahora no puedo conversar tengo que irme…

- Dame un beso de despedida…

Aquel día de trabajo fue un infierno ya que Sebastián tenía que registrar todo el material que salía de bodega y el HOTEL estaba en tal posición que tenía que hacerse ocho para recibir los materiales que le llegaban por dos distintas calles. Luego se dio cuenta de que la libreta que había llevado estaba a punto de acabarse y se fue caminando tranquilamente a la tienda de don Emilio para comprar otra. Cuando llegó lo atendió muy amablemente la señora y le ofreció una libretita con un TIKO TIKO en la portada y Sebastián le dijo entre dientes:

- ¡Pero no me dé el de TIKO TIKO, deme uno más serio!

- Usted me hace reír-le respondió la señora-, y le dio una libretita con una portada de una conejita de PLAYBOY.



En ese momento ya Sebastián comprendió que tenía que regresar al trabajo y que no tenía tiempo para poner patas arriba la tienda hasta encontrar la libreta adecuada, así que acepto a regañadientes, la libretita con la conejita PLAYBOY y se fue de ahí, exclamando un ¡Jesús!

Cuando llegó ya por la noche al MAYFLOWER, venía cenando de donde la señora Elena y subió aquellas escaleras completamente agotado hasta llegar a la tercera planta y ya en la entrada aquel hotel estaba lleno de gringos y ya en el segundo piso se dio cuenta de que algo estaba mal porque todo estaba a oscuras, así que cuando finalmente arribó, se encendieron las luces y Roxy, Erica, Pierina y dos vecinos más le gritaron ¡sorpresa volkswagen amarillo!

Con tanto ajetreo, Sebastián se había olvidado por completo de que era su cumpleaños. Roxy, Erica y Pierina estaban completamente borrachas de dulce vino y los otros dos vecinos estaban saturados de yerba.

- ¡Maldita sea, de verdad estamos veinte y cinco de enero!



Roxy se le acercó y le dijo mientras le lanzaba el aliento a vinazo en el rostro:

- ¡Ya sé lo que hiciste anoche!, ¡picarón!

- Ya lo sabes, ¡créeme que lo puedo explicar todo!

- ¡No hay nada que explicar!, ¡y por favor no me decepciones!-le gritó Pierina-, ¡anoche fuimos amantes!

A estas alturas, en un tercer piso, ¡en Montañita!, Sebastián se rindió, simplemente aceptó un porro que le brindaba uno de los vecinos, amigo de Erica y Pierina y que todos lo apodaban:”PUEDE SER” y empezó a fumar, aunque ya nada valía la pena mantener en secreto, le agradecía a Erica, que un poco más sensata, no le haya contado también a Roxy el pequeño asunto que tuvieron en el baño, cuando él se resistió a se violado después del trabajo. Luego se le vino a la mente de Sebastián este triste pensamiento:

La dificultad para tener una feliz y saludable relación sexual con una amante, radica en el problema de querer mantener todo bajo secreto. Sin el secreto la relación se interrumpe y ya no hay una amante sino más bien un escándalo, pero con el secreto las cosas no son psicológicamente tan fáciles, tampoco, porque el secreto mata y destruye la psiquis de las personas.

Luego apareció con los ojos rojos y desenfocados, entre una nube de yerba el vecino al que todos apodaban EL ANTROPOLOGO, poseedor de un degree de la universidad de Huntington. Su porte lo utilizaba para andar de un lado para el otro y después de unos cuantos pipazos ya se creía Leonardo Di Caprio en una fantasía fílmica de hashís. Se encaramaba en una saliente del techo del hotel de Ricky y le provocaba angustias a Erica, que le decía con su vocecita:

- ¡Oye bájate de ahí!

- ¿Qué tal vecino?, ¿le gusta mi weed?, la he traído directamente de New York, ¿le gusta?, oiga vecino, regáleme un jabón, y también una toalla, y hágame un hijo, vecino…

- Desde el primer momento que la fumé se me congeló el sudor y me siento más relajado, pero ahora lo que quiero es bañarme…y con respecto a lo demás estás loco de remate y no quiero saber nada más de esa locura…



Y el vecino ANTROPOLOGO le hizo una señal con la mano muy afrancesada de fin de siglo, que significaba: “adelante siga usted”…

Entonces Sebastián dejó su jodido casco dentro de la carpa y cogió, el jabón, la pasta de dientes y la toalla y cruzó hacia el baño. Cuando estuvo adentro se desnudó y se sentó en la taza para pegar su habitual cague y luego se metió en la ducha para limpiarse y purificarse el cuerpo de todas las cochinas toxinas que había expulsado su organismo con la transpiración.

Cuando ya estaba a punto de salir le empezaron a golpear la puerta como si se la quisieran tumbar…

- Vecino soy yo el ANTROPOLOGO, que le tengo un regalito de cumpleaños…

- Maldita sea-exclamó Sebastián-, primero me pides un jabón, luego una toalla, luego quieres que te haga un hijo ¿y ahora qué quieres?



Cuando abrió la puerta se encontró con Roxy y Pierina desnudas, que aprovecharon para empujar y meterse en el baño a la fuerza.

- Bueno, bueno, bueno, déjame ver si entiendo bien toda esta locura…

- No se trata de entender nada, men…-dijo Pierina-, hoy te bañas con nosotras…

- Sí, eso te pasa por picarón…-dijo Roxy-. Y las dos chicas se metieron en el baño con su amante Sebastián, mientras Erica se quedaba sola y triste bebiéndose su vasito de vino.



El sol pegaba sobre la ola y la volvía de un verde cristalino, de jade, y la espuma parecía brillar con fuego incandescente.

El tiempo había transcurrido volando como dice Manilow: “time flyes when you having fun, men”…

Unas veces Sebastián sentía preferencia por las nalgas de Roxana y en otras ocasiones por las de Pierina, para Sebastián era un gusto verlas semidesnudas cogiendo el sol matutino de la playa con sus cabellos forrados por pañuelos, sus tangas metiéndoseles entre los glúteos y oliendo el perfume de sus bloqueadores solares que se untaban generosa y seximente sobre sus blancas pieles.

Roxane era más barrigoncita, pero su cuerpo era igual de seductor que el de Pierina.

El sol pegaba sobre el hueco de la ola y ésta lo reflejaba convirtiendo al mar en un espejo de burbujas incandescentes.

El ombligo de Roxane parecía flotar en medio de una sexi pipa de grasa, ver aquello era disfrutar de un espectáculo casi obsceno. Ambas tenían las uñas pintadas de rojo.

Sebastián sentía un profundo amor por Roxane, aquel amor era bellamente correspondido con ternura, toda la ternura del mundo, pero el amor de Pierina era salvaje y exuberante, loca, loca, loca de atar y cuando Sebastián se apoyaba en ella, sentía que se le salían todos los tornillos de la cabeza y quedaba majareta. ¡Menudo problema!, su corazón estaba dividido, ¡su corazón!, este órgano de Sebastián era tan grande que ahora estaba dividido por el amor de dos mujeres, que sentían verdadero frenesí cuando se acostaban con él, por lo que Sebastián decidió irse a vivir a la carpa de Pierina durante una semana y en la siguiente con Roxane.

Algunas veces esta situación le hacía mal a Roxane y borracha le reprochaba, que no se decidiera y en otras ocasiones disfrutaba de esta poligamia porque adoraba a Pierina y porque ella la hacía partícipe de todas sus locuras. Las dos en general se habían dado a fumar demasiada yerba para el gusto de Sebastián.

Entre las dos experimentaban con Sebastián con el sexo imaginativo de tal manera que cuando Sebastián la montaba a Pierina ella le hablaba de los atributos sexuales de Roxi y lo inducía a terminar dentro de ella pensando en Roxi y lo mismo hacía Roxi al inducirlo a Sebastián a terminar dentro de ella pensando en Pierina. Hasta que en una ocasión, Sebastián cayó en la cuenta de todo el asunto y les dijo a las dos:

- ¡Estáis locas de remate!

En cambio él como todo buen patriarca a veces salía solo en los fines de semana con una botella de whisky en la mano y se sentaba en la esquina de la obra en construcción y disfrutaba de aquellas mañanas con fuerte frío y garúa mientras las olas de la punta se paraban detrás de la roca.

Una noche Sebastián se levantó del lecho, se vistió y se fue a caminar al HOLA OLA y se encontró con una Lucky GIRL y como ya se habían visto en el trabajo, porque ella le había pedido que le regale unas cañas a lo que él se había opuesto a regañadientes, incluso, se tomó la molestia de explicarle el motivo, aquella noche ella le restregaba en el rostro el haberle negado unos miserables pedazos de caña, pero él le decía que no tenía ningún poder como ella afirmaba para darle las cañitas que si por él hubiera sido le regalaba todo el jodido edificio. Pero Lucky Girl insistía…

Tal vez estaba borracha o quería sexo, Sebastián no lo sabía…

-¡Me negaste unas cañas miserables!

- En ese mismo día había recibido la orden específica de no regalar los desechos porque todo iba a ser reciclado, y arriba estaba siendo vigilidado por unos trabajadores que no estaban bajo mis órdenes…

-No entiendo, ¡cómo es eso que tú que eras el jefe y eras vigilado por los trabajadores!

- ¡Te me pareces a Barbara Straisend!

- ¡Ahora sí, recién te estás aflojando!, ¡se te ve muy cargado!

- ¿Fumas yerba?

- Sí, ¿quieres un poco?

- Sí…

- ¿Dónde estás hospedado?

- Donde Ricky en el Mayflower…

- ¿Quieres venirte conmigo?, Yo estoy más allá del Donkin Donas…

Mientras iban caminando ella le tomó por el brazo y mirando románticamente a las estrellas, ella le preguntó:

- ¿Le temes a la muerte?

- Sí, y mucho…

- ¡Por qué!

- Recuerda que soy escritor y mis fuentes literarias provienen del viejo y decadente mundo de Maupassant y Balzac…

- ¿Y?

- Ellos te enseñan a amar completamente a la vida y a temerle a la muerte, a la pobreza y a la locura…



Pronto llegaron a su departamento con un estilo arquitectónico muy hawaiano, todo de madera curada y grandes tablones gruesos como peldaños de las escaleras.

Cuando se desnudaron ella se sintió libre de mover las caderas, sensual y provocativamente, frente a él y de caminarle desnuda por entre sus narices y hacerle la paja a su nuevo amante. Luego interrumpía la paja para chuparle las bolas y el pene y de pasada le lamía el ano.

Aquella noche Lucky Ladie se sentía solitaria y le conversaba a Sebastián sobre su madre y la relación extraña que tenían y que había culminado con una entrega de dinero por correo para que ella parara un pequeño negocio, y luego la conversación saltó sobre su último amante que la dejó botada después de seis años de relaciones ininterrumpidas.

Su situación psicológica era de penumbra porque le contaba a Sebastián una serie de cosas y le daba a entender que era una hooker, pero luego lo negaba enfáticamente. Sus pensamientos eran confusos, y Sebastián no alcanzaba a comprender lo que ella quería, ¿quería sexo pero luego se desanimaba?, ¿quería conversar, pero luego, se quedaba callada esperando una respuesta a una pregunta ya hecha?

En la atormentada mente de Sebastián sonaba el timbre de la alarma, tenía que regresar al hotel para descansar un poco, al día siguiente tenía que regresar. Entonces ella le dijo:

-¿Qué te parecería la idea de darte doscientos dólares si me haces un hijo?

- ¿Acaso usted no necesita el dinero?

- ¡El dinero se lo hace!

- ¡Así de simple!, ¡pero claro para los que pueden trabajar!

- ¿Qué decides?, ¿sí o no?

- ¿No te parece un poco precipitado este asunto?, ¡no te parece algo loco, impulsivo y traído de los cabellos!

- Tengo treinta y tres años y tengo la edad justa para ser madre y todos mis problemas económicos bien resueltos con mi propio negocio…

- ¡Creo que tenemos que hablar de este asunto otro día!, ¡ahora estoy borracho!- y Sebastián se levantó a regañadientes de la cama calientita por el calor de su amante y en medio del tremendo frío de las madrugadas de Montaña, se empezó a vestir-.

- Huye, gringo, vete a dormir a tu carpita, por ahora puedes escapar, pero tarde o temprano regresarás a mí porque sólo yo puedo ver el poder que tienes y que todavía no lo descubres…

- ¡El poder!, y ¡dale con esa locura, mujer!, yo no sé de qué jodido poder me hablas…

- Regresarás a mí…

- ¿Por qué estás tan segura?

- Porque muy en el fondo sabes que soy tu Lucky one…

Y Sebastián se quedó callado, aturdido y más bien asombrado por la repentina fascinación que había provocado en aquella deliciosa mujercita…

Las noches en Montaña son tremendamente frías y silenciosas, pero su cielo no es como el de Canoa, tachonado de estrellas.

Cuando llegó al Mayflower ya se podía sentir el terrible frío que se experimenta poco antes de que comiencen a salir los primeros rayos del sol.

Cuando llegó a la tercera planta, encontró sentada en las penumbras a Erica, con las piernas cruzadas en la posición de loto y fumando un porro de yerba. Ella lo saludó:

- ¡Hola!

- ¿Qué tal?, ¿has madrugado o no has dormido nada?

- No lo sé, creo que te estaba esperando…

- ¿Necesitas algo?

- ¿Quiero saber el porqué me ayudaste sin pedirme nada a cambio?, ¿y el porqué no quisiste joder conmigo en el baño?

- ¡Es curioso!, ¡yo tampoco tengo una respuesta coherente para esa pregunta, además ahorita estoy muy borracho y cansado!

- ¡Por favor, no lo entiendo, dímelo!

- No lo sé, sólo quise ayudarte…y nuestro asunto en el baño, ¡demonios!, mi enamorada estaba abajo en la cocina, no soy tan cínico para arriesgarme a que me coja así

- A ella no le hubiera importado…

- Recuerda que eran los primeros días en Montaña, no es lo mismo que si ya lleváramos varios meses, aquí, viviendo en esta atmósfera enrarecida de manicomio…

- ¿Sabías que hay una leyenda que dice que si pasas más de tres meses en Montaña o Canoa, el clima te pone cucú, te dá vueltas el cerebro, te dejas crecer la barba, te tatúas en el pecho, todo te tiene sin cuidado y por último terminas deschavetado, corriendo desnudo por la playa…

- ¿Me estás tomando el pelo, verdad?

- ¡Es en serio!, ¿quieres fumarte un toque?

- Me quiero bañar, lavarme los dientes, desayunar e irme a trabajar…



Entonces Erica se puso de pié y avanzó agresivamente hacia Sebastián, se le puso muy cerca aunque su estatura era menor que la de él y le acercó los labios muy cerca del oído de ella y le dijo:

- ¿Quieres bañarte conmigo?, te puedo enjabonar la espalda, te puedo comer a besos, te puedo hacer acabar en pocos minutos…

- ¡Maldita sea, Erica, siempre me coges cuando estoy desmayado!

- ¡Sabía que te morías de ganas por joderme, lo sabía desde que me recogiste y me trajiste aquí!, ¿al menos te puedo preparar el desayuno?, ¿quieres huevos revueltos?, eso es bueno para devolverte las energías y ponerte bien tieso el miembro, ¿no crees?

- Igual no podemos hacer nada, para entonces, las chicas estarán despiertas y armando pendencia…

- ¡Pero me puedes joder cuando regreses o te puedo ir a buscar al trabajo a la hora del almuerzo!

- ¡Por Dios, Erica, me estás volviendo loco, ya tengo dos mujeres, ¿qué es lo que quieres?, ¿ser la tercera?

- Te prometo que si me jodes te va a gustar tanto que no querrás joder con ninguna otra?

- ¡Estamos desvariando!, ¿qué manera de hablar huevadas?, ¡basta ya!, ¿por qué es tan importante para ti joder conmigo?

- Nunca, nunca nadie ha hecho algo por mí en forma desinteresada, además me enteré de que escribes poesía erótica y cuando las chicas y yo nos fumamos un grifo dentro de tu carpa, ví que lees a Henry Miller y a mí me encanta Miller, ¿también escribes novelas de ese tipo?

- Sí, pero ahora estoy muy cansado y sí me gustaría unos huevos revueltos, ¡chica estás que ardes!

- No hago el amor desde hace tres meses porque nadie me inspiraba algunas ganas, pero de pronto llegas tú y me pagas una carpa ¡sin pedirme nada!, ¡y luego te niegas a joderme cuando estamos desnudos en el baño!, entonces realmente, quiero saber qué clase de hombre eres tú…

- Sólo uno que siempre coges cuando está o muy cansado o muy estresado- le respondió Sebastián y le dio un beso en la frente, y se metió en el baño…y sintió que Erica estuvo a punto de seguirlo, hasta pudo oír su suspiro que a Sebastián le destrozó el corazón-.



Todas las mañanas Sebastián aprovechaba la hora del almuerzo para disfrutar del show de los locales que se metían a correr el beach break y entre ellos había un niño de diez años…,¡aquello asombró sobremanera a Sebastián!, y decidió alquilar todos los días una tabla para meterse al agua durante el lunch, para ponerse a remar y hacer un poco de ejercicio.

De pronto sus pensamientos se interrumpieron cuando frente a su rostro apareció una linda danesita con una canasta repleta de trufas con avena, manjar y maní sobre el chocolate, adornadas con una flor roja, y Sebastián le compró tres a cincuenta centavos cada una. Muchas veces llegaban a la construcción, gringas vendiendo galletas tortitas, empanadas, y Sebastián las hacía subir al incipiente edificio a ofrecer sus deliciosas variedades gastronómicas a los empleados para que le hagan el gasto. Muchas de ellas lucían como tocados grandes y voluptuosas trenzas y muchas veces estaban descalzas.

Cuando terminó la agotadora jornada de trabajo y Sebastián regresó a la tercera planta del Mayflower, se encontró con la gratísima sorpresa de ver acostada en una hamaca roja a su amiguita de Salinas, la SHANGAI girl, vistiendo un straple púrpura, y una faldita blue jean, que le quedaba super ajustada, y le dejaba adivinar al espectador, sus hermosas y fornidas piernas.

Roxane le dijo en tono festivo:

- ¡Mira quién está aquí!

- Sí, ya me di cuenta, ¿cómo te va niña?

- ¡Grifota!, ¿quieres un bate?

- Primero quiero bañarme y descabezar un sueño, guárdamelo para más tarde, lo siento, pero esa es mi rutina, ¡he venido a trabajar, acá, sabes!

- Yo te lo guardo- le contestó Cristina con su adorable rostro de muñequita de porcelana china-. Y de inmediato siguió ahí acostada conversando con Roxy y Pierina sobre sus asuntos femeninos, que Sebastián no alcanzó a comprender porque llevaba la cabeza completamente saturada de sol. Aquel día el sol había pegado tan fuerte que la crema LUBRIDERM, que Sebastián utilizaba fue insuficiente y tuvo que comprar un bloqueador de sol para protegerse la piel del rostro.

Cuando salió del baño y se metió en la carpa no pudo dormir mucho tiempo porque después de un rato llegaron a la tercera planta los vecinos PUEDE SER y el ANTROPOLOGO ¡y comenzó el relajo…!

A lo lejos se escuchaba la canción SARA SMILE de Hall& OATES.

El vecino ANTROPOLOGO recién había llegado del valle de los Chillos y había recogido de entre la mierda seca de las vacas unos hongos alucinógenos que los estaba ofreciendo a todo el mundo como si fuese la experiencia intelectual más grande del mundo.

- ¡A ver, vecino, a despertarse, que aquí le traemos unos honguitos para que alucine!- gritaba estentoreamente el vecino ANTROPOLOGO-.

- No gracias, la última vez que experimenté con ese asunto me pegué un susto de muerte…

- ¿Por qué vecino?-preguntó PUEDE SER-.

- Porque me mastiqué una tapa con mermelada a eso de las siete de la mañana y eran las ocho de la noche y seguía arriba, te juro, hermano, no te lo recomiendo-dijo Sebastián-.



De pronto llegó a la puerta de la carpa de Sebastián el dulce perfume de Cristina y le ofreció compartir su batecito. Sebastián le pegó dos fuertes toques y sintió que los músculos del cuello se le relajaban y cuando sus ojos se enfocaron bien pudo ver en el rostro de la SHANGAI GIRL una expresión de ansiedad, como si ella quisiera decirle algo, algún secreto que tuviera escondido en el fondo de su corazón. Y lo que pasaba es que Cristina, Roxana y Pierina habían apostado contra Erica que Cristina lograba seducir a Sebastián y meterse en la cama con él, pero las cosas no se iban a dar así nunca porque había demasiada gente en la tercera planta del Mayflower, y Sebastián en cuestiones de sexo no le gustaba dar espectáculos.

El vecino ANTROPOLOGO estaba fumadote y frustrado porque nadie quería compartir con él su viaje en hongos, y grifote como estaba, se paró en una cornisa y decía que con aquella yerba se sentía como Leonardo Di Caprio, y Erica, angustiada, porque no le gustaban las alturas le gritaba con voz fina:

- ¡Oye bájate de ahí!



Cristina no se rendía y poniendo una carita linda, de puchero, le dijo a Sebastián:

- Tengo hambre, ¿por qué no me llevas a comer?

- ¿Quieres ir a comer algo donde la señora Elena?

- ¡Bueno!



Entonces Sebastián se vistió lenta y cansadamente y se fueron calladitos como escapando de toda la algarabía del tercer piso y se encaminaron hacia el restaurante de la señora Elena.

Cuando llegaron ahí estaba la señora Elena cocinando un delicioso seco de carne y más allá su esposo, Pocho, sentado leyendo el periódico y cuando Sebastián pidió los dos secos de carne, la señora Elena mandó a don Ignacio para que vaya adonde don Emilio a ver dos botellas de cola negra bien heladas.

Entonces Sebastián le preguntó a la señora Elena sobre la iglesia del pueblo y el motivo de que le colocaran el nombre de San Isidro Labrador.

Ella le narró la historia que uno de sus antepasados le había contado: un pescador había encontrado en una de las rocas de la punta donde todavía se acostumbra sacar pulpos, una pequeña imagen del Santo, que en un principio no había reconocido y al llegar a casa lo guardó en un gran baúl, pero más adelante lo llevó a empeñar a una casa donde vendían licores, para poder pegarse unos tragos, pero al Santo no le gustó aquel ambiente, y de manera milagrosa regresó la efigie al baúl, y desde ahí golpeaba, y cuando el pescador empezó a escuchar aquellos golpes se intrigó y cuando abrió la maleta y encontró la imagen del Santo, se quedó completamente asombrado y todavía un poco incrédulo por el misterio divino de aquel milagro.

Y esa era toda la historia del porqué le habían colocado el nombre de San Isidro Labrador a la pequeña iglesia del pueblo de Montañita.

Cristina y Sebastián comieron con gran satisfacción sus secos de carne y las colas y luego, después de agradecer, se levantaron, pagaron la cuenta y salieron a caminar por el pueblo.

Ella sentía frío y Sebastián la abrazó para transmitirle su calor, entonces, ella le propuso no regresar al Mayflower todavía sino que se metieran en otro hotel acompañados de unas botellas de cerveza.

Junto en el malecón había un hotel, el Montañita, donde la pareja se refugió del frío de la noche y de la garúa y alquilaron una habitación con parlantes para escuchar la música de fondo que ponía el disck jockey del bar del hotel.

Sebastián se metió en el baño y roleó y encendió un porro y Cristina se le unió, sentándose en la tapa del servicio, para fumar con él. Le dio varias caladas al cigarro y se fue a la habitación donde se desnudó y se metió en la cama para luego de estirarse y frotar las piernas con el rico frío de las sábanas, proceder a acostarse boca abajo dejando a la vista de Sebastián su enorme y reluciente culo blanco, bien brotado.

Sebastián le dio los últimos toques al bate y también se quitó la ropa y se acostó junto a su amiga y se tapó hasta los hombros con la colcha, pero con la mano izquierda empezó a sobar los preciosos glúteos de Cristina, y ella volteó el rostro para contemplarlo con ojos soñolientos. Luego de un rato le preguntó un poco enigmática:

- ¿Por qué no te subes encima mío y me follas?, ¿no te parece lindo mi culito?



Sebastián le acercó los labios a la frente y le depositó un beso y procedió a acostarse encima del esbelto cuerpo de aquella jovencita y Sebastián descubrió que se sentía muy suave y bien estar encima de ella. De aquel cuerpecito atlético se desprendían olorosas fragancias dulces y enigmáticas como el misterioso chocho de una virgen. Entonces Cristina le susurró con el rostro escondido entre el antebrazo derecho:

- ¡Métalo!

- ¡Eres verdaderamente deliciosa!

- Entonces métalo, que tengo la chucha bien caliente…

Sebastián la volteo a su amiga y sus ojos se quedaron frente a los de ella y no pudo contener una irresistible necesidad de besarle todo el rostro sin dejar ni un solo pequeño espacio que no tocaran sus labios. Así era Sebastián, un tipo que en su interior, desbordaba de ternura, para él joder sin sentimiento era imposible y casi antinatural.

Cristina todavía sin ser penetrada tenía las entrepiernas húmedas por el deseo y su vientre estaba hinchado por la intensidad del deseo. Sentía unos ardores en todo el cuerpo que eran verdaderamente inaguantables.

Sebastián no paraba de cocinar aquella pasión a fuego lento, besándole interminablemente, en el cuello, succionándole los pezones y lamiéndole las axilas. Todo aquello la hacía desesperar aún más a Cristina, hasta que sin poder aguantar más lo empujó y lo volteo y se subió encima de él u se ensartó la tiesa varilla dentro de su chochito y empezó a menearse hasta que su pequeña vaginita se pudo mantecosa como el contenido de una botellita de yogurt y ella sintió que las fuerzas del cuerpo se le iban en la medida en que experimentaba una serie de orgasmos.

Al día siguiente, Sebastián se despertó desnudo enredado en las sábanas de aquel misterioso hotel y el cuerpo de Cristina estaba a su lado boca abajo.

De inmediato se metió en el baño y se enjabonó abundantemente para ir al trabajo. Ni bien llegó a la construcción del hotel, se encontró con una loca alucinada, que se hallaba en cuclillas, escondiéndose de quien sabe qué enemigo imaginario y con una biela en la mano. Hablaba toda loca una serie de incoherencias y lo empezó a involucrar a Sebastián en un asunto dudoso, más bien era un escándalo homosexual, y Sebastián, estaba cansado y no tenía ni tiempo ni paciencia para soportar toda aquella mierda, los trabajadores no tardarían en llegar, así que lo cortó y le dijo en tono enérgico que no tenía tiempo para toda esa mierda y le decía al gay:

- Escuche, por favor, ya no me replete con más de esta mierda…

Luego el alucinado parpadeó y como que se hizo la luz en su pequeño cerebro, comprendió, y se puso más histérica y empezó a correr de un lado para el otro como una estrella de mar rosa completamente fuera de control.

Aquel día recibió una suave amonestación por no poner con detalle todos los nombres de los trabajadores y hasta le pidieron que les ponga su especialidad.

El día transcurría muy lentamente, la garúa no amainaba y en medio de ese frío unos alemanes, que aparentemente, recién habían salido de una fiesta tan borrachos como amanecidos, estaban bañándose en la orilla con aquella agua helada de la madrugada.

Cuando llegó la hora del almuerzo, Sebastián se fue caminando a la bodega para encontrarse con Duval y salir a almorzar juntos. Desde que había llegado a Montañita había tenido tanto sexo que empezaba a tener miedo a las mujeres. Su escroto estaba seco sin ni una sola gota de semen.

Cuando Sebastián llega a la bodega, Duval lo estaba esperando y juntos se fueron a comer donde Rosita unos churrascos con carne apanada bien buenos.

Después de comer, Duval lo llevó a Sebastián a conocer el santuario de la virgen, que se hallaba encima de la montaña y metido en una cripta. Para entrar tuvieron que sacarse los zapatos y se sentaron y se quedaron ahí, una hora completa contemplando a la imagen de la virgen que había llorado y cuyas manchas de sangre en los ojos todavía se podía apreciar.

Sebastián, pensó:

- ¡Tengo que estar loco para estar aquí, sentado, ¡contemplando!, metido aquí en este asunto!

- ¿Qué hiciste anoche con aquella hermosa chiquilla con la que te vi, caminando por el malecón?

- Me cansé de lamerle el ano, que recién se lo había lavado con jabón y cuando ya sentía que se me iba a acalambrar la lengua, ella me lamió el falo hasta ponérmelo bien duro…













FIN





















Melina

Melina
Melina

Pensamientos sueltos de Sam Scholl

* No quiero ser el mejor director técnico del fútbol, detesto el fútbol, soy enemigo acérrimo del fútbol, dejen de joder con el fútbol y no me confundan ni me hagan perder el tiempo con huevadas...
* ¡Qué estás locota rayadota!
* ¡Oye, éste, que jode y jode!
* Es increíble la paciencia de chino que uno tiene que tener para soportar tanta mierda...
* Definitivamente el tamaño y la forma del culo de una mujer dice mucho, muchísimo de esa persona y no se trata de querer emular, infructuosamente, algún tipo de filosofía de tocador de Sade, pero las señales del cuerpo están ahí, es algo que las personas cultas no pueden dejar de advertir...
* Definitivamente me quieren volver loca de nuevo. La derecha corrupta, por la fuerza de la economía, me quiere meter en el laberinto que no va a ninguna parte de la izquierda demencial para enriquecerme, pescarme in fraganti y deportarme a una prisión en el extranjero, ¿cómo demonios voy a librarme de toda esta caterva de hijoputas y vivir mi vida en forma independiente?
* ¿A qué demonios se deberán estas jodidas pesadillas?, ¿me querrán secuestrar los extraterrestres?, al final, siempre me salva la firme determinación de tener bien puestos los pies sobre la Tierra, pero, ¿por cuánto tiempo podré seguir resistiendo?
* ¡Seguimos impulsando la ilegalidad!
* ¡Alguien te mira!
* Reflexionando bien sobre este asunto, lo que hace bella a las mujeres embarazadas es el crecimiento anormal de los pechos y, lógicamente, el abultamiento en el vientre. Estos razgos son los que despiertan salvajemente el apetito sexual en los hombres, aunque muchos de ellos, no lo quieran reconocer fácilmente, al igual que sus institntos pedófilos, y todo por temor a la censura y la reprobación social...
* ¡Las cosas no se pueden quedar así!
* ¡Ahora sí, compañerito, las adolescentes rusas se deschavetaron!

Lucky Girl

Lucky Girl
Lucky Girl

Corto viaje sentimental

El señor Aghios, un hombre de edad avanzada, esclavo complaciente de las tradiciones y de la vida hogareña, siente vibrar de emoción su frágil corazón las pocas veces que el destino le abre la puerta de su jaula, cuyos barrotes lo componen el amor, el afecto y la consideración hacia su amable y venerada esposa y su raro hijo poseedor de un talento plástico incomprensible para su anciano padre.
Ahora él tiene que viajar a Venecia para arreglar un asunto financiero de poca monta, pero no por eso de escaza importancia.
En el trayecto el profesor Italo Svevo (1861-1928) nos mostrará con esa vocación literaria tan recargada de autoanálisis cómo a través del cotidiano y penoso ejercicio literario se puede llegar a entender tan bien el mundo de preocupaciones de los viejos, que siempre gira en torno a la soledad del hombre moderno y a la más completa, absoluta, desoladora y también cómica debilidad para poder concretar con éxito los más mínimos proyectos al punto de vivir siempre resignándose con alcanzar sólo pequeñas y aisladas victorias pírricas.
Durante su vida el trabajo literario de Svevo, siempre fue silenciado por la crítica, tal vez, por considerarla escandalosa o políticamente inapropiada y aunque recibió el espaldarazo del gigante de las letras, James Joyce, en ese entonces, profesor de inglés en la Academia Berlits de Triste, y que contribuyó a su difusión fuera de Italia, fue ya después de su trágica muerte en un accidente de tránsito en Motta di Lienza, Treviso el 12 de septiembre de 1928 cuando sus obras alcanzarían el pleno reconocimiento hasta llegar incluso a considerarlo el mejor escritor de Italia.

Dalai Lama

Dalai Lama
Dalai Lama

Pensamientos sueltos de Sam Scholl

* ¡Apúrese niña, que esta comida está que hierve!







* ¡Hay almuerzo!, ¡no sé, estoy loco yo!, ¿y Rosita?, ¡se fue a Nueva York!







* ¡Rosita presa y Papá Santo!







* Cuando vas a escribir un libro, una novela, específicamente, y los recursos de la imaginación están parcialmente agotados, tienes que poner mucha atención a las reacciones y a las palabras de las personas que entrevistas para conseguir material o fondos literarios...tienes que hacer toda clase preguntas provocativas y revolucionarias, que desafíen la cordura para estudiar las reacciones que acompañan las respuestas



* ¡El color rojo me da mala suerte!



* La identidad nacional no debe ser recuperada sino extraviada porque mirándolo bien, ¿a dónde nos ha conducido?, ¿qué es lo que le ha ofrecido al desarrollo intelectual y a las expectativas económicas de los países de poco peso específico en el teatro de las naciones del mundo? la respuesta es nada, sólo pobreza, miseria, marginalidad, tiranía, genocidio y migración, por lo tanto es el salir de la cueva de Platón y fundirse en las múltiples corrientes culturales de todo el mundo lo que le da una mejor comprensión y perspectiva al hombre sobre todas las cosas que lo rodean hasta llegar al fin último, la meta primigenia de todo hombre culto: comprender el sentido de la vida...

* Es increíblemente cómico el esfuerzo que hace un borracho por tratar de frentear y comprender los complicados problemas que le plantean las histerias femeninas...

*¡Pero Roger loque tienes que hacer es coger y botar la basura en lugar de regarla toda y ponerte a recogerla granito por granito...!

* ¡Por favor ya no me traígas a Andreíta porque es muy divertida pero sólo me habla de lesbianas, drogas, orgías y homosexuales y eso no me gusta!
* ¿Qué es de Arturito?, ¡bien está, ahí, luchando como Mama Lucha!
* ¡Cómo le va vecino!, ¿está subiendo a la montaña?, ¡perdón!, ¿querrá decir que si estoy viajando a Montañita?, ¡no que si está subiendo a la montaña porque lo veo todo abrigado!, ¡no, es que soy alérgico al frío!
* ¿Me aseguras que esta es una buena yerba?, ¡be carefull, colorado, this is a good stuff, recién traído del puerto!
* ¡Yo no tengo ningún problema con la marihuana, al contrario, funciono mucho mejor con ella!
* ¡En un ascensor abusaron sexualmente de una joven con problemas mentales!
* A veces forma parte de la vida de un escritor el tener que ser humillado...
* ¡Noticias que frenan!
* ¡No seas testarudo mi amor hazle caso a tus amigos y me dejo mamar ¡pero sólo los pezones! mientras te hago la paja!
* ¡Te faltó mezclarlo más mamá!
* Es como tratar de recuperar una pelota que se la ha llevado la corriente. El cerebro de mi hijo ya está tomado en gran parte por el fanatismo religioso...
* ¡Tú puedes hacerlo mejor papito mételo bien hasta el fondo, sí, papito, esfuérzate mi Rey, clávelo todo!
* ¡No se haga la paja, papito, todavía es larga la noche, mi cielo, ya verá cómo lo hago acabar en un ratito, no queme todos los cartuchos, todavía!







Emma Watson

Emma Watson
Emma Watson

Pensamientos sueltos de Sam Scholl

* ¡Siento que estoy rara!
* ¡Vive la vida loca!
*¡El problema principal estriba en que el criterio mayoritario y contundente es el no considerar como observaciones científicas el raro, pero, curiosamente acertado punto de vista de un empírico u hombre hecho por sí mismo, ¡un autodidacta!, lo que implica que su economía política es considerada no como una ciencia sino como ¡locomía!, de esa manera no se puede llegar a ningún lado...
* ¡Ahora bien, lo que queda claro de todo este asunto es que el tipo está reloco!
* ¿Qué es lo que quiere gatito?, ¡mi whisky!
* ¿Quiere un sanduchito y un jugito?, ¡bueno!
* ¡Está haciendo barrabasadas!
* ¡Ayúdame, Señor, a soportar a estos imbéciles que se cruzan en mi camino y no me dejan vivir tranquilamente!
* ¡Menuda estulticia alegrarse por los triunfos ajenos y preocuparse y desvivirse por personas a las que tu suerte le importa un bledo!
* ¡Las mujeres embarazadas poseen un encanto especial y misterioso, su eros es mucho más básico y primitivo que una modelo anoréxica de pasarela, su gigantesca barriga es una señal y un mensaje de fertilidad, esperanza y amor que no puede ser ignorado ni siquiera por el hombre más brutal e insensible!

Italo Svevo

Italo Svevo
Italo Svevo

VANESSA

Todo es oír tu voz y se altera mi corazón/¡un Buda en llamas soy!/por las mañanas y en la madrugada/te arrullas con el sonido de las olas/mi felicidad es verte dormir hasta tarde/y cuando caminas despacio y desnuda a la cocina por un antojo/un aroma especial envuelve tu cuerpo caliente y sedoso/ambrosía y rosas rojas después del baño/quiero llevarte el desayuno a la cama, todos los días/quiero celebrar contigo cada mañana el derecho a la felicidad y a la vida/Vanessa, quiero ir más allá contigo/quiero lamerte el anopara que sepas cuánto te amo/cuando llego tarde a casa/no hallo reproche en tu mirada/sólo comprensión y necesidad, porque/quieres verme, tocarme, beberme/leer un poema de Heráclito juntos desnudos en la cama/que te explique un pasaje oscuro de la Iliada ode Dante y su Divina Comedia/Vanessa, todo lo mío es tuyo

Saul Bellow

Saul Bellow
Saul Bellow

Mecanicismo contra funcionalismo-Esidad contra Suidad

Ah, si pudieras por lo menos ver

tu grandeza que es ya y que habrá de ser,

qué éxtasis de belleza-gozo-amar

trinidad a tus pies, sol-Tierra-mar

¿Pues qué, allá, te demoras, indolente,

y tomas la corteza solamente.

la superficie de la Tierra sólo,

si todo es tuyo, desde polo a polo?

Busca, oh, pues, lo que no eres, no tú, allá,

y en tu gloria descansa,

en gloria ya.

Testimonia. Tu fuerza no es fulgor.

Eres rey. Eres lo que en ti hay mejor.

Mira, pues, por delante, fíjate.

Abre los ojos, ve.

Al pie del monte de Serenidad

está tu cuna de la eternidad.

Saul Bellow

Kool & the gang

Kool & the gang
Kool & the gang

Johana

Johana

Cuando voy en la buseta
rezo por ti
pequeña flor
fosforescente
luz que brilla en la
oscuridad de mi cielo
extraterrestre
y vivo por ti
y para ti
cuando escucho una melodía
de Kool & the gang
cuando escribo una descarga
demencial
cuando sufro, también
cuando como y no estás a mi lado
todo eso eres tú para mí
por las noches vuelvo
a aquel rincón
y pregunto por ti
pero todo se ha convertido en un solar
ya nada me recuerda a ti
sólo me queda el sonido de las
makiniks
el sabor del sanduchito que me ofreces
el juguito de naranjilla
el cigarrito que me ofreces
el placer de verte sonreír
el olor de tu perfume
profundo que viene de tus entrañas
el pensamiento erótico, púrpura
que fluye de tu mente
a la mía
you are the one
the one for me

Hotel Berlin

Hotel Berlin
Hotel Berlin

HOTEL BERLIN



HOTEL BERLIN

A Rafico, Jaime e Ignacio Chiriboga,
con infinita gratitud por todo el tiempo de apoyo.


El pasado no nos sirve para nada. El futuro está lleno de afanes. Sólo el presente es real, el aquí y el ahora. Aproveche el día.

Saul Bellow

La luz sólo es una piel de la oscuridad, más delgada que la piel de un avión, más delgada que una lata de cerveza de aluminio. Hay que aferrarse a algo, a cualquier cosa.
John Updike

Detente aquí, al final del prado diminuto
donde la pared calcárea se hunde en la espuma y
sus acantilados
resisten el fragor
y el embate de la marea,
y el guijarro resurge tras el lametón
del oleaje,
y la gaviota se hospeda
un momento en su flanco vertical.

Wystan Hugh Auden

Todo nuestro razonamiento se reduce a ceder al sentimiento.

Pascal

Era la primera vez que Johnnie Pick Up viajaría fuera del país. De la mano de Tommy Robin, se subiría a un avión y volaría a Kansas. Aquel avión era un aparato metálico enorme, ¿podría elevarse por los cielos sin partirse en dos?, ¿lo llevaría sano y salvo a Kansas a él? Los motores eran unas potentes turbinas, que empujaron a la aeronave a gran velocidad por la pista hasta que, finalmente, se elevaron y Pick Up disfrutó de un suculento desayuno por cortesía de Lufhtansa: langosta regada con abundante vino blanco alemán. Una azafata patucha y rubia se le fue de bola, y no dejaba de atender los más mínimos requerimientos de Pick Up. Tommy Robin se dio cuenta del asunto, pero le dijo a su compañero que se quedara quieto porque podía ser un agente encubierto, que terminaría enredándolo en un mal asunto y sacándole información. Pick Up se relamía con aquella rubia tan apetitosa, de trasero descomunal que se mostraba tan complaciente. Estuvo a punto de desobedecer a Robin y llevarse a aquella azafata al baño y montarla de pie hasta acabar, pero una orden era una orden. Prefirió dormir y recordar su ingreso en la familia.
Johnnie había sido ingresado a la familia de los Miraglia en una ceremonia nocturna en la penitenciaría del litoral, mientras Antonio estaba interno. Había sido una noche especial para Johnnie. Le habían hecho sostener una pistola de esperma y un cuchillo de cocina y le habían pinchado el dedo con el que jalaba del gatillo, luego frotaron con su sangre vermellón la imagen de un Santo-de Vicente Ferrer-, y luego le prendieron fuego a aquella imagen ensangrentada, mientras Pick Up, sostenía en sus manos el papel, que ardía hasta consumirse completamente. Al mismo tiempo Antonio Miraglia, le decía:
- Así arderás en el infierno si traicionas a la familia.
En todo ese tiempo le hicieron jurar que defendería al clan Leone Miraglia con su vida, y que si los traicionaba, lo pagaría con su vida, ya al tiempo que pronunciaban aquella fórmula, le hacían sostener una pistola y un cuchillo y le decían:
- De la misma forma que vives de la pistola y el cuchillo, así mismo morirás.

Después de la ceremonia, don Antonio, les sirvió una gigantesca sopa menestrone a sus soldados. Aquel menestrone estaba realmente sabroso.
Como nuevo soldado de la banda de Robin, Pick Up tendría que recibir una encomienda del famoso Nick Civella, que se hallaba interno, desahuciado y moribundo en una prisión militar en Estados Unidos.
Pick Up había cumplido los treinta años y ya no tenía físico para seguir peleando boxeo patada y seguir ganando dinero para la familia Leone Miraglia. Esto fue algo que tuvo que comunicárselo a Paul Ditto y a José Leone a su debido tiempo. Pick Up se quedaba sin oxígeno y ya no duraba los tres rounds. Su cuerpo había envejecido, había aumentado súbitamente de peso. Mary Jo, le decía que estaba estrenando decadencia y se reía con esa sonrisita burlona de las mujeres asiáticas, mientras movía coquetonamente el culo cuando caminaba desnuda y en tacones por el departamento.
Paul Ditto y José Leone habrían podido negarse a dejarlo salir a Pick Up y tenerlo como carne molida hasta que se muera, pero Pick Up era querido por ser un buen muchacho, disciplinado, amigo íntimo de Tommy Robin y querido por el jefe Accardo. Así que cuando Pick Up les dijo que tenía que decirles algo serio y cuando les comenzó a hablar sobre el retiro y todas las circunstancias, en especial que quería retirarse invicto, ellos lo llevaron al hipódromo de Santa Cecilia y apostaron a los caballos, comieron tallarines, con albóndigas, hongos, salsa de tomate y hierbita y le dijeron que no había ningún problema con el retiro. Johnnie los había hecho super millonarios con sus victorias consecutivas y le dijeron que aquel asunto tendrían que comunicárselos a los demás jefes. Entonces fue cuando Nick les dijo que lo llevaran a Kansas para darle de herencia aquel viejo hotel BERLIN.
Mary Jo también le había dado un hijo, que era una mezcla de sangre irlandesa y china. A Johnnie le preocupaba su hijo. Era tan delgado, los huesos de la cadera le sobresalían y era un místico a la hora de la comida, alimento que tan duro le costaba a su padre comprarlo. Era tan delgado, que era un recuerdo para Johnnie de su propia infancia, Pick Up, contraponía a sus angustias, el recuerdo de su propia anatomía cuando era un joven. Él también era sumamente delgado, y no le gustaba tomar sopa cuando hacía demasiado calor. Su abuelo paterno siempre lo incordiaba por este asunto de la comida y la inapetencia. En una ocasión su abuelo había salido de caza con su escopeta de chimenea y había traído para el almuerzo unas palomas tierreras, que la abuela de Johnnie había preparado. Aquel plato de consomé, parecía contener en su interior a dos murciélagos negros, flotando, y Pick Up no quiso saber nada de comer aquello. Su abuelo se ponía furioso, pero al final cedía, ya que Johnnie no era su hijo y no lo podía azotar con la correa.
Cuando tenía tiempo, Johnnie introducía a su hijo en el arte del Tai box, trataba de transmitirle el único conocimiento puro y verdadero, que a él lo había convertido en un campeón. Su hijo daba muestras de no tener voluntad para hacer nada. Y Johnnie trataba de infundirle la llama de la pasión irlandesa, la fuerza en la determinación para luchar por las cosas importantes y verdaderas de la vida. Su hijo tenía la manía de reírse, soltaba una estúpida risita en los momentos en que Pick Up creía que las cosas iban en serio. Pero Johnnie se cuidaba de no reprocharle con mucha fuerza aquel defecto a su hijo. No quería herir su orgullo. Todos los seres humanos lo tenemos y muchas de nuestras nefastas decisiones se deben a que el orgullo nubla nuestras mentes. Pero las decisiones que nos llevan a la gloria también provienen de un orgullo sano, de una autoestima real y pragmática. Su hijo tenía mucha fuerza en las piernas a la hora del combate, pero sus golpes de puño eran verdaderamente débiles, así que su padre decidió ejecutar una estrategia que compense aquel defecto. Había tanto que hacer en un terreno tan adverso y tan poco tiempo. En la vida el tiempo y el esfuerzo nunca van de la mano. Todo tipo de fuerza que impulsa una acción termina por agotarse, como la vida misma, y la determinación en una persona anciana, acabada y cansada de vivir.
Otra de las cosas que Pick Up quería transmitir a su hijo era el amor por la filosofía. Pero comprendía que a los catorce años es muy difícil entender a Raymond Aron o a David Hume. Entonces optaba por comprarle libros de judo y un tipo de literatura un poco más digerible para su edad. Pero los libros y el conocimiento no despertaban ningún interés en Danni. Pasaba su tiempo absorbido por el Game Boy y de ese tipo de tecnología que lo proveía de un tipo de música que cuyo mensaje más representativo era la confrontación entre dos civilizaciones o bandos enemigos. Ese era el tipo de música que escuchaba a la hora de bañarse, ¡y cómo se bañaba!, duraba tanto tiempo en la ducha, que Johnnie a veces le preguntaba con un poco de exasperación por las veces que se enjabonaba para tener que demorarse tanto en la ducha por un simple baño.
Tal vez el problema era que su hijo era demasiado bueno. Los dioses se llevan a los niños santos. Esa era para Johnnie la explicación más plausible de que a temprana edad a su hijo le haya atacado un maldita fiebre reumática y posteriormente un hepatitis leve para luego ser seguida de una lesión fuerte en uno de sus tobillos y para rematar una arenilla en los riñones y barro en la vesícula. Los dioses se llevan a los niños santos. Pick Up creía que era nefasto ser extremadamente bueno. Pero él amaba locamente a su hijo. Nunca lo abandonaría de la misma forma que su padre nunca lo abandonó hasta que la muerte los separó. A veces le daba la impresión de que su hijo lo subestimaba. Esto fue cuando en una ocasión el chico le preguntó:
- ¿Cómo es que sabes tanto?

Ese tipo de pregunta sólo se lo hace a alguien a quien no se lo tiene como un tipo listo. A alguien de quien no se espera muchos resultados de sus facultades intelectuales. ¿Tal vez su hijo pensaba que su padre era un insuficiente mental, un tipo bruto pero de noble corazón?
Johnnie tenía una contradicción, una paradoja en este caso de su vida. Una gran parte del tiempo pasaba tratando de persuadir a su hijo para que ingrese en el mundo de la inteligencia a través del amor por la lectura y el conocimiento y el chico respondía sin interés y nunca cumplía su palabra de leer el libro que su padre le traía. Pero por otro lado su hijo lo tenía a su padre por un tipo poco listo, un desinformado, un tipo que carece de posibilidades intelectuales. En una ocasión surgió entre él y un compañero del colegio un problema de física en una materia tratada en inglés y fue el compañero del colegio quien tuvo más fe en que aquel problema podría ser resuelto por el padre de Danni, que su propio hijo. Ellos no encontraban en el libro de texto en inglés un cambio físico. Y Pick Up, después de meditar un poco sobre el asunto les dio la respuesta al decirles que cuando el sol moría en una galaxia lejana, aquel fenómeno físico daba paso a otro llamado agujero negro. Pick Up pudo ver en el rostro de su hijo la expresión, aquella expresión que combinaba sorpresa e incredulidad.
Dentro de la cabina del avión se podía escuchar la canción de Barry Manilow: TURN DE RADIO UP y todo era alegría en el corazón de Johnnie.
Tommy se arellanó en el asiento y se quedó dormido durante todo el vuelo.
Durante el trayecto, Pick Up recordaba sus tristes inicios como vendedor de hamburguesas y hot dogs, sus combates en el cuadrilátero donde demostraba una mezcla de corazón frío y el terror de la ira del Dios del Antiguo Testamento.
Cuando llegaron, un taxi con los hombres de la familia Civella, los estaba esperando- los hermanos Albert y Moe Domeniccos-, y los condujeron directamente a la prisión militar de Leavenworth. Era día de visita. Toda clase de gente rara se veía por ahí: la mayor parte estaba compuesto de madres negras y enamoradas abandonadas que iban de visita. Todo se había programado para que coincida perfectamente.
Cuando Johnnie estuvo frente al viejo, ojeroso y demacrado Nick, éste se encontraba en el pabellón de enfermería, se arregló los lentes con manos temblorosas, le tendió la mano sudada y Pick Up se la besó como lo haría con un querido familiar suyo. Éste le dijo que todo su esfuerzo, durante sus locos años como pugilista marcial, siempre invicto, había sido tomado en cuenta y que de regreso a la península, él heredaría de por vida, la administración de un hotel, el hotel BERLIN. El gran rey de Kansas pronto moriría por deficiencias generales en todo el cuerpo, ocasionadas por un largo padecimiento de diabetes, así que se despidió de Pick Up, cuatro días después regresaba a Springfield para continuar su tratamiento y finalmente fue trasladado al Menorah Medical Center donde falleció.
El viaje de regreso fue más silencioso, Pick Up iba muy pensativo. Él nunca había administrado un hotel, ¿cómo demonios se presentaría la cosa?
Cuando llegaron a la península, los estaba esperando un taxi con Tony Luca y Pepo Quintana y fueron directamente a ver el hotel que Pick Up había heredado. Cruzaron el desierto, iluminado mágicamente por las luces de Salinas y finalmente llegaron a un edificio, que se confundía completamente con las demás construcciones, la entrada pasaba totalmente desapercibida debajo de un gran neón: bajo del edificio funcionaba el Casino Lido. En una esquina del edificio se hallaba una pequeña puerta roja por la que se ingresaba, luego se subía por unos peldaños cubiertos por una desgastada alfombra roja. Aquel edificio daba señas de haber sido, en otros tiempos, la sede de innumerables eventos de gran importancia: presentaciones de artistas, convenciones de vendedores y empresarios, desfiles de modelos TOP y presentaciones en sociedad de quinceañeras. El dueño había muerto de cirrosis hepática y su esposa de cáncer cervical uterino, también. Un bello adolescente llamado Oscarín cuidaba temporalmente de los asuntos del hotel, y tenía la orden de indicarle a Pick Up, cómo funcionaba todo, entregar las llaves y hacerse a un lado. Todo fue cumplido perfectamente. Junto a la oficina de recepción había un cuarto pequeño con baño, a un lado había una pequeña cocineta eléctrica, una hamaca que olía a pezuña, una pequeña refrigeradora y una cama de cemento pegada a la pared, sobre la cual cabalgaba un colchón y una mísera sábana.
En el primer piso había una gran estancia donde siempre se reunían viejos servidores de la familia para jugar de manera interminable agotadores partidos de damas chinas.
El ambiente de humedad en aquel cuarto de la recepción en ocasiones alcanzaba los niveles de lo insoportable. La sábana se empapaba de sudor y Pick Up creía que se estaba pudriendo en vida en aquel cuarto. La primera noche lo despertó un golpeteo en la oscuridad y cuando encendió las luces se percató que había entrado un murciélago gigantesco-casi un vampiro-, a la habitación, las siguientes noches se dio cuenta que todo el cuarto se empezaba a llenar de hormigas negras, de manera inexplicable, porque él no comía en aquel cuarto; cuando llegó la temporada de lluvias los mosquitos se lo llevaban en peso, eran tantos, que cuando Pick Up los empezó a matar, pronto todas las paredes del cuarto se llenaron de manchas de sangre de los mosquitos reventados, aquel espectáculo macabro daba la impresión de que las paredes estaban tapizadas de sangre. En el baño se empezaba a acumular una capa de cebo, seguramente, de la piel muerta que se le desprendía al bañarse, pero como no tenía a nadie que le haga la limpieza, aquella capa de cebo fue creciendo en espesor cada vez más y más, hasta llegar al grosor de dos pulgadas. De pronto cogió una neumonía por bañarse con agua helada y fumar tantos cigarrillos y escupía esputos llenos de pus que salía de sus pulmones, pero nunca le dio fiebre y la enfermedad al no ser alimentada con más cigarrillos y al ser tratada con la ingesta de asquerosos vasos de Noni, desapareció, de la misma manera como vino, pero no sin antes provocarle a Johnnie una tembladera del hijueputa. Fue la primera noche en la que se mandó aquellos tres vasos y cuando se iba a acostar empezó aquella tembladera sin fiebre, que le estremecía todo el cuerpo con un frío de muerte. Rápido se cubrió con la colcha y se quedó quieto esperando a que aquel frío desapareciera al tiempo que desaparecía milagrosamente la pus de sus pulmones infectos. Aquellos jugos de Noni tenían el poder curativo para cicatrizar sus pulmones corruptos, pero aquel brebaje apestaba a diablos. Era como si le hubieran lavado las patas a un mendigo y hubieran hecho esencia.
La televisión era su única herramienta contra la desesperación y la locura. A veces se reía a carcajadas con las locuras de John Denver en la película OH, GOD, cuando interpretaba a Jerry Landers, un empleado de un supermercado de un pequeño pueblo donde nadie hace nada fuera de lugar, loco, o desacostumbrado, a quien se le presenta, Dios, interpretado por el comediante George Burns. Burns lo somete a Denver a una dura prueba, cuando lo convierte en una especie de portavoz, un testigo, un misionero, en definitiva, una labor que Denver no quería ni había buscado, y que lo pone a él y a su reputación, bajo el fuego del escepticismo de una serie de representantes de diferentes confesiones. Cuando terminó la película Pick Up recordó un pensamiento de W. H . Auden que decía: todos jugamos un papel cómico en la vida, aunque la vida no sea cómica ni tampoco un juego. Aquel pensamiento lo había leído en su poema UN VIAJE.
Las noches y las madrugadas las pasaba Johnnie, sentado, escuchando la lluvia cayendo en el techo, leyendo el periódico y escuchando en la radio la canción YOU BELONG TO ME de Carly Simmons.
En el periódico leyó una noticia interesante, publicada por el profesor Samuelson, titulada: FRANK KNIGHT, 1885-1972.

Recientemente ha muerto uno de los intelectuales más influyentes de Estados Unidos. Pero pocas personas identificarían su nombre. Frank Knight fue profesor de economía en la Universidad de Chicago durante medio siglo. No se jubiló; en el momento de su muerte, con ochenta y tantos años, su pluma estilográfica aún estaba cargada. Knight fue el fundador de una escuela de economía, la escuela de Chicago. Si él fue Abraham, Henry Simons fue Isaac y Milton Friedman, Jacob.
Aunque, que yo sepa, nunca invitaron a Knight a la Casa Blanca, es clarísima su influencia en Washington en las decisiones que tomará el secretario George Schultz sobre los tipos de cambio y en el agudo ingenio de Herbert Stein, director del Consejo de Asesores Económicos. Pero esto es sólo la cima visible del iceberg. Hasta economistas radicales, como explicaré, llevan el sello del pensamiento de Frank Knight.

UNA ESPECIE DE SÓCRATES

¿Cómo no incluyó THE NEW YORKER una nota biográfica de una personalidad tan singular? Frank Knight, filósofo profundo y técnico económico soberbio, fue también el ateo del pueblo y un sabio de la cosecha de Will Rogers. En estos tiempos, los profesores suelen proceder de la Exeter Academy o de la Bronx High School of Science. Knight pertenecía a esa generación de finales del siglo pasado y principios de éste que (como Karl y Arthur Compton y Wesley Mitchell) procedían del campo.
Él solía decir, con su voz cascada, que se había hecho economista porque le dolían los pies de empujar el arado. Quizá se acerque más a la verdad el hecho de que cuando era estudiante graqduado de filosofía en Cornell, le dieron un ultimátum:”Déjese de tanta charla o abandone la Facultad de Filosofía” Así que Knight no tuvo otra elección que dedicarse a la economía. (Y además se convirtió en una autoridad en las leyes de la charla, como lo demuestra su adagio: “La sociología es la ciencia de la charla, y en sociología sólo hay una ley:la charla mala desplaza a la buena”.)
Frank Knight era un escéptico que dudaba de la capacidad del hombre para mejorar su condición a través del gobierno. El capitalismo es, por desgracia, lo mejor de que disponemos. Así, mientras el doctor Friedman es uno de esos optimistas que creen que el capitalismo es el mejor de los mundos posibles, el doctor Knight fue un pesimista que pensaba que, desgraciadamente no era así.
No abordaré aquí el tema de determinismo y libre arbitrio. Pero si ustedes creen que el hombre puede adelantar el reloj de la evolución(que un Marx o un Lenin pueden adelantar la fecha de la revolución inevitable), deben admitir que el hombre puede observar ese reloj. De 1932 a 1945, la fe en el mecanismo del mercado para determinar los precios como base de organización de la economía se vendía con descuento.
LA CONTRARREVOLUCIÓN

La inestimable aportación de Frank Knight y de la escuela de Chicago fue recordarnos los méritos del mercado. Se trata de un mensaje al que se hacen oídos sordos en los recintos de las antiguas universidades de Gran Bretaña. Pero es, sin embargo, un mensaje cuya importancia puede entender un soviético, un yugoslavo o un checo.
Y no se equivoquen al respecto. Los rumores sobre la muerte del mercado, como los de la muerte de Twain, son bastante exagerados. En Gran Bretaña y Escandinavia gobiernos socialistas han sido desplazados del poder en el último cuarto de siglo. También en Estados Unidos oscila el péndulo. El papel de Frank Knight en esta contrarrevolución es decisivo.
Una característica básica del pensamiento de Knight es su antipatía hacia una economía mixta. Como decía él, una economía planificada es, ni más ni menos, una penitenciaría bien dirigida. Fue este elemento simplista el que acabó desilusionándome de mi ídolo adolescente. Y me temo que convirtió a Knight en un pobre profeta de los acontecimientos que habrían de producirse después de 1932, como cuando en un momento de desesperación declaró que la única elección posible era comunismo o fascismo y que, en tal caso, él prefería el comunismo.
La antipatía de Knight hacia el mundo posterior al New Deal no es distinta de la de un Herbert Marcuse. Muchos de la nueva izquierda son Knight sin el mercado.
Como ha dicho un sabio: “Las ideas de los economistas y de los fiolósofos políticos, tanto cuando tienen razón como cuando se equivocan, son más poderosas de lo que comúnmente se percibe. En realidad, el mundo se rige por poco más. Los hombres prácticos, que se creen totalmente exentos de influencias intelectuales, suelen ser esclavos de algún economista difunto... Estoy seguro de que se exagera muchísimo el poder de los intereses encubiertos comparado con la gradual usurpación de ideas.”
Aunque, como dijo también J M Keynes, “a la larga, todos estamos muertos”, Frank Knight sigue vivo.

Fue un artículo interesante. Aquel argumento de una penitenciaría bien dirigida interpretado como un asunto negativo, imposible, utópico, poco probable o deseable para que se dé en un sistema, lo impresionó, de verdad fue lo que más lo impresionó. Lo impresionó de la misma manera que cuando se enteró de que en la penitenciaría del Litoral era costumbre que todo nuevo convicto al llegar se embarrara de pies a cabeza de detritus fecales y los arrojara a todo el mundo que se le acercara, para evitar ser violado o asesinado.
Para Pick Up el verdadero sistema penitenciario era aquel que le brindaba al convicto una auténtica posibilidad de rehabilitación. Johnnie creía que los convictos eran basura, basura humana, basura blanca, negra, latina, serrana, chola, que habían llegado a conocer toda clase de degradación posible: espiritual, sexual, mental, psicológica, y esa basura era muy difícil de volver a encaminar por la vía de la legalidad, la sanidad espitirual y hasta de la cordura. Por eso él creía que se debería construir en las islas Galápagos, concretamente en la isla Isabela un gigantesco complejo penitenciario, una verdadera colonia penal-del tamaño de un estadio de fútbol o más grande-, verdaderamente militarizada, para que se aplique a los convictos un aislamiento, que sirva de base a su camino hacia la reinserción a la sociedad. La rehabilitación de un convicto necesitaba, en muchos de los casos, de terapia psicológica para los narcodependientes, que delinquían en las calles para mantener su vicio. Y también se necesitaba una cárcel tan grande para darle a cada preso la posibilidad del encierro celular, es decir, un convicto en cada celda. Ese espacio mínimo para el convicto garantizaría la posibilidad de reflexionar sin tener que lidiar con los problemas de violaciones y asesinatos que se dan en un sistema penitenciario desbordado y colapsado por el hacinamiento.
Ocasionalmente entraban clientes al HOTEL BERLIN para alquilar una habitación por el momento y eso significaba-le había explicado, Oscar, el muchacho, que antes administraba-, que luego Pick Up tendría que entrar a la habitación y cambiar la sábana, manchada de semen o sangre, botar a la basura los condones repletos de semen y limpiar el baño con cloro porque los ocupantes, seguramente habían tenido una sesión de sexo, luego se orinaban en la ducha o vertían sus secreciones en el piso. Luego Pick Up tenía que recoger la basura de los cuartos ocupados por los inquilinos. Tenía que estar pendiente de que salieran de la habitación para ir con sus grandes fundas negras y vaciar los tachos repletos de desperdicios, restos de comida, toallas sanitarias, colillas de cigarrillos, botellas vacías de cerveza, etc.
Pick Up tenía que anotar en un cuadernito de contabilidad el nombre del cliente, su número de cédula y su procedencia. Luego acompañaba al cliente o a los clientes o a la pareja hasta la habitación, tenía que subir los peldaños alfombrados de aquel rojo desgastado, les abría la puerta y luego les entregaba la llave o la dejaba sobre un pequeño velador. Todas las habitaciones estaban decoradas en la pared con un calendario con fotos de mujeres desnudas y que en la parte de arriba decía: BIENVENIDOS AL HOTEL BERLIN.
Luego volvía a bajar los peldaños y regresaba a su lectura del periódico o a escuchar la radio. Algunas habitaciones tenían televisión, otras no. La mayoría de las veces Pick Up escuchaba – mientras cenaba una suculenta sopa china WU CHI WU-, los programas que sintonizaban sus inquilinos y siempre se trataba de novelas o series medio detectivescas, medio policíacas como Barnaby Jones.
En el silencio de la noche se escuchaba el lejano eco de una televisión encendida, el ruido de las olas golpeando la orilla, el bullicio de los turistas en el malecón, los gritos de los adolescentes enloquecidos por el alcohol. A veces los inquilinos habituales discutían en voz alta sobre asuntos domésticos, problemas conyugales, de sábana o de adulterio, que se originaban por diferentes desavenencias, como por ejemplo la falta de dinero para pagar la mensualidad atrasada de los chicos. El marido le recriminaba a la esposa que ella no servía para nada y ella le respondía que él era también un inútil, que siempre perdía todos los buenos empleos, y que lo mejor que podía hacer era largarse con aquella furcia con la que tenía dos hijos.
En aquellas madrugadas Johnnie recuperaba el recuerdo de su anciana y ciega madre, siempre lavando platos, siempre con las manos heladas como el agua que salía del grifo, a veces, enferma de gripe, con una tos incurable, esperando la llegada de su hijo, que trabajaba hasta las cuatro de la mañana vendiendo hamburguesas y hot dogs. Su pelo era ya blanco, pero ella se lo pintaba de castaño y pronto las raíces de la muerte reclamaban aquella materia, que ya no servía de adorno ni para la vanidad femenina. En los últimos días aquella anciana salía al patio a caminar de un lado para otro para ejercitar los huesos y los músculos deteriorados por el tiempo, su pelo blanco, sin vida, como de cadáver, flotaba con el viento. Al final cuando el negocio de las hamburguesas le quedó chico a Tommy, éste dejó que su esposa la negra Marie se encargara de administrarlo, mientras Tommy y Pick Up se introducían en el mundo del Tai box.
Por las noches Pick Up se pasaba las horas muertas leyendo el periódico y en una ocasión encontró un artículo de Saul Bellow muy interesante y encontró verdaderamente interesante un párrafo que decía:

Si pudiera tener usted confianza en la naturaleza, no tendría que temer. Le mantendría en forma, rápido, magnánimo, inspiracional, da forma a las hojas, ondula las aguas de la Tierra. El hombre es lo principal de esto; toda la creación es su justa herencia. Usted no sabe lo que lleva dentro, una persona o crea o destruye.

Después de leer aquel texto, Pick Up se puso a meditar y hacer un repaso de los inquilinos del hotel:
En la habitación 3A, vivía un periodista, y cada vez que Pick Up tenía que entrar a realizar la limpieza-cuando el escritor salía por la mañana-, se daba cuenta que aquella habitación estaba repleta de libros, documentos tan históricos como indescifrables, botellas de rompope, recortes de periódicos, manuscritos ilegibles, folletos con información de pintores nacionales, que inauguraban una exposición en una galería de la ciudad, un archivo de metal, y libros y más libros, como si se tratara de una biblioteca. Aquel tipo se parecía al escritor Willian Faulkner, con su rostro vencido por abrumadores pensamientos, taciturno, y siempre estaba atrasado en el pago del alquiler de la habitación. De alguna manera siempre lograba sacar los fondos necesarios para viajar al exterior y se iba a Cuba, República Dominicana, Panamá, Rusia, Alemania, México...y era con esta misma facilidad que había logrado enviar a sus sobrinos a Estados Unidos para que ganen muchos dólares trabajando como jardineros y pintando las mansiones de los millonarios.
En la habitación 7Y vivía un transexual bien bonito, apodado LA GATA, que se ganaba la vida gerenciando un gran gabinete de belleza, bebía mucho, y cuando Pick Up entraba para realizar la limpieza, siempre encontraba botellas vacías de whisky, pastillas ansiolíticas de toda clase que provocaban dependencia como las xanax, valium y ativan, latas vacías de cerveza esparcidas por toda la habitación. LA GATA siempre tenía el pelo pintado de rubio y andaba siempre sola, pagaba su alquiler puntualmente y era callada y discreta cuando subía al cuarto algún chico que la quería montar.
En la habitación 2B vivía una adolescente gótica que, probablemente, ejercía la prostitución para sobrevivir. Siempre estaba con el pelo teñido de rojo y con grandes porciones de maquillaje negro alrededor de los ojos. Tenía grandes y hermosas tetas e iba ataviada de luto como si fuera una bruja de Salem, una amante del demonio con las uñas siempre pintadas de negro y los labios de azul o púrpura. Cuando Pick Up entraba a su habitación a realizar la limpieza se percataba de que su cuarto siempre olía a incienso, sobre la mesa habían libros de Ann Rice, Bram Stoker y Jules Bois, sobre vampiros, y toda clase de literatura gótica sobre seres del mundo de las tinieblas, que practicaban sus cultos en tenebrosos cementerios. En la habitación 3B vivía una ancianita poeta, que se mantenía con una pensión del seguro social, y como único compañero, tenía un canarito al que le daba de comer y le hablaba con cariño como si se tratara de su hijo único. Solía escuchar la música de Olga Guillot, de Braulio. A veces se asomaba al balcón de su departamento y saludaba con la mano a los viandantes que no reparaban en su presencia, en otras ocasiones conversaba con Pick Up sobre sus recuerdos, tenía muchos, gracias a su esposo, que había pertenecido a la Fuerza Aérea, había conseguido viajar por todo el mundo. Nunca dejaba terminar sus historias y remembranzas sin pronunciar una muletilla: ¡qué viva mi Quito!. Pick Up sentía verdadera lástima por aquella dama, le recordaba a su madre y a su abuela sobre todo por el asunto de la demencia senil. En una ocasión en que se hallaba haciendo la limpieza de su cuarto, pudo leer un poema que estaba escrito y olvidado encima de la mesita de trabajo y decía así:


MACARENA

Porque nadie me ha vuelto tan loca como tú
Pídeme lo que quieras
Puedo derribar un avión
Por ti
Me enredo en tu cuerpo
Como serpiente
Para devorarte
Para protegerte
Pídeme lo que quieras
Te besaré los pies
El ano
Lo que quieras, si prefieres
Porque soy tu poeta
Caníbal
Que no rima
Pídeme lo que quieras
Y
Detonaré una bomba
Termonuclear, si quieres

En la habitación 4A vivía un extraterrestre, llamado Sebastián, cuyo verdadero nombre era XTU437 y que se encontraba en la Tierra –y específicamente en Salinas-, con una misión antropológica de observar y analizar el estilo de vida de la gente junto al mar. Era una especie de antropólogo interestelar. En la habitación 5E vivía el dueño, medio alcohólico, de un restaurant italiano, que salía por las mañanas y sólo regresaba a dormir. Cuando Pick Up fue a comer a su restorant se percató de que todos los empleados, incluso los de la cocina estaban compuestas de hermosas negras, verdaderos ejemplares de su raza. Aquellas mujeres atendían a los clientes con la misma elegancia y don de gentes de los europeos y la comida italiana era exquisita. Las pastas siempre en su punto nunca muy cocinadas y las pizzas eran lo mejor, sobre todo, las crujientes que calientitas se deshacían en la boca de los comensales que calmaban la sed con un gran vaso de vino tinto.
En la habitación 6P vivía un artista medio loco, budista y anarquista, también, que vivía de la venta de extraños e indescifrables dibujos, realizados con pluma sobre trozos de madera, a veces también escribía poemas. En una ocasión este joven chiflado lo fue a visitar a su cuarto de recepción y con aliento a licor y con los ojos enrojecidos le leyó un extenso poema de amor, medio loco y suicida y decía así:

GEO

Antes de conocerte
Entre tinieblas
Mi vida erraba
Sin rumbo, extraviado, también descarriado
Pero tú te interesaste
Por mi
Ahora, agonizo, Geo
Cada noche
Por tu amor
Y te odio
Porque eres feliz en la cama con él
Mientras mi corazón se destroza
Eres la música de mis poemas
De mi vida
Mis lágrimas se vierten en vano
Lo sé
Pero no sé qué hacer
Tengo terror
De sólo pensar
Que no me quieras
Volver a ver
No entiendo las paradojas de Dios
¿para qué te conocí?
¿por qué me he enamorado así de ti?
Si nunca serás para mi
Cada mañana
Me levanto con la esperanza
De volverte a ver
Aunque no me ames
Y
Destroces mi corazón
No quieres saber
Nada de mi
Cada mañana
Sigo creyendo en ti
Y
En mi
Me destrozas el corazón
Se oscurece mi mente
Cuando me pides que te olvide
Si tan sólo pudiera
Eliminar tu recuerdo
O el temor a olvidarte
Pero estoy preso
En aquel recuerdo de ese beso
Ayer
Aquel beso
Que era la promesa de un nuevo comienzo
Me desgarra el corazón
Resignarme
Si al menos
Me dejaras ser tu amante
Por las noches tu ausencia
Es un vacío
Me enloquece mi corazón
Me resisto
A olvidar tu rostro
A no volver a oír de ti
Con mi mente recupero el recuerdo
Me destrozo, se destroza
Al pensar
Que de tu mente
Me has borrado

Aquel loco poema era largo como la figura del mismo poeta, ininteligible como su psiquis, contradictorio y suicida como sus estados de ánimos. Este muchacho era un poco loco y drogadicto. Por las noches salía a divertirse y emborracharse en los bares y discotecas del malecón y de la zona bohemia, y cuando regresaba, de su habitación se escuchaba salir música china, hindú y rock fuerte. Oscarín le había contado que aquel muchacho antes de que se meta en la droga, trabajaba eficientemente como cajero en una ventanilla del SRI, pero eso había sido antes de que la narcodependencia lo destruyera por completo. Luego, renunció, se dejó crecer la barba como talibán y andaba por ahí fumando yerba con los ojos desorbitados y enrojecidos. Había conseguido trabajar atendiendo un surf shop en Urdesa, pero el dueño, que era su primo, murió ahogado en la playa de Sunset en Hawai. Desde entonces deambulaba de un lado para otro, drogándose y sin dar tregua a su cerebro. Unas veces trabajaba pintando y redecorando los bares bohemios donde iban los artistas e intelectuales por las noches a divertirse hasta las altas horas de la madrugada.
Una noche entró Oscarín al hotel y le dijo a Pick Up, que antes que el llegara unas chicas, que ofrecían servicio nocturno siempre acudían al BERLIN, porque trabajaban abajo en el Casino Lido, y querían saber si él les iba a realizar el mismo descuento que les realizaba Oscarín. El muchacho se portó muy educado con Pick Up y cuando le presentó a Valeria, Sofía y Alexandra, Johnnie se quedó encantado de encontrarse rodeado de puras tan lindas y le dijo a Oscar, que con él el trato seguiría como de costumbre. Alexandra tenía un cuerpo musculoso como las amas de casa aniñadas de Urdesa, que se mantienen en forma en los gimnasios, y que compran su comida en lujosos supermercados. Ella se le insinuó a Pick Up, pero Johnnie le dio a entender, que en ese trato el sexo no era necesario para sellar nada, ningún compromiso. De todas formas ella le dijo:
- ¿Tú me podrías enseñar a surfear?, me muero por aprender ese deporte, pero me da miedo meterme solita al mar, ¿podrías enseñarme?
- Claro, vente una mañana y te llevo a Chuyuipe, allí las olas son pequeñas y acostadas para que aprendas sin mayores sobresaltos, pero espero que no te vayas a ahuevar cuando te caigas y te ahogues un poco, ¿okey?
- ¡Prometido!-se escuchó decir la bella y fornida Alexa-.

Aquella noche las chicas, Oscar y Pick Up celebraron tomándose varias botellas de agua ardiente y al final Johnnie quedó tan borracho que se fue a dormir a su cuarto y fue una mala idea ya que en la cama todo le daba vueltas, pero no vomitó, ya que odiaba vomitar, pero le dio una sed tremenda. Toda la noche la pasó con sed, una sed devoradora, una sed que lo volvía loco, pero estaba tan ebrio que no podía pararse y bajar al Casino a pedir una botella de agua. Aquella noche la pasó mal con todo el cuarto dándole vueltas y con aquella sed insoportable que lo torturó, especialmente, en la madrugada.
La noticia de que las chicas seguirían trabajando con tarifas rebajadas en el BERLIN, se regó como bomba en el Casino y todas las putitas comenzaron a subir al BERLIN: la negrita, un poco gordita Nori, la gringa Lola, las menores de edad y apetitosas Carlina y Tania, la gorda Carmen, la preñada Silvia y su hermosa hermana Dixie, la vieja y bonita Jovita, la loca y apasionada Clemencia y la líder del grupo y la más relajosa Mayito.
De pronto entendió Johnnie que tendría mucho trabajo limpiando con cloro los baños y mandando a lavar las sábanas con tanto y tan desaforado culéo.
Una noche la tranquilidad del BERLIN se vio trastornada con la llegada de unos estudiantes de cuarto año del colegio Almirante Illingworth, se trataba de unos evangelistas, que surfeaban y que iban de paso porque su destino era Montañita.
Aquella noche se volvieron locos con el alcohol.
Estaban alojados en todo el tercer piso y lo habían convertido en un manicomio o alguna especie de campo de batalla futurista. Los demás inquilinos se quejaban por el escándalo, pero nada los podía detener. Pick Up subió los peldaños de madera, pisando la desgastada y aporreada alfombra roja y al llegar al tercer piso se encontró con una carrera frenética de muchachos de catorce años por ver o demostrar quién estaba más loco y demente aquella noche. Había uno que sostenía en cada mano una botella de whisky y otra de vodka y gritaba a todo pulmón mientras se tiraba en la boca el contenido de las dos botellas que chorreaba por la pechera de su uniforme:
- Así es como debe tomar un hombre.

A otro el alcohol lo había convertido en un sicópata peligroso, que se metía en todos los cuartos repartiendo patadas y puñetes. Los golpes sonaban como cuando se golpea la piel de un animal: sordos, era hueso contra carne. Cuando los muchachos lo veían acercarse trataban de cerrarle la puerta, pero este tipo se las tiraba debajo de una patada y empezaba a repartir golpes. Pick Up tomó nota mentalmente de los daños y ya le pasaría la cuenta al rector de aquel colegio. Un alumno, completamente borracho y con el uniforme de parada puesto encima se había quedado dormido en la tina de un baño agarrado a una botella de whisky. En otro cuarto un grupo de estudiantes que daban la impresión de ser los más cerebros, experimentaban por primera vez, la hermosa sensación de masturbarse en grupo, mientras se comparaban entre sí, cuál tenía la picha más larga.
Johnnie caminaba por el corredor como testigo de aquel desbarajuste, lo hacía como si tuviera un arma en la mano y de vez en cuando esquivaba un botellezo, que una mano anónima le lanzaba desde la esquina de algún cuarto. De algún lado una radio con el volumen a toda potencia dejaba oír la música frenética de Rock and roll de los Led Zeppelín. Por todos lados había botellas vacías de diferentes tipos de licor, papeles higiénicos rodando de una lado para otro como serpentinas y muchachos borracho, ¿alucinados?, corriendo con las manos en alto, gritando como locas histéricas.
Pick Up pensó en ir a hablar sobre este asunto con el director de curso, pero cuando entró a su habitación, éste se hallaba borracho, jugando naipes con otros profesores y charlando amenamente.
Pick Up se rindió, mañana sería otro día y ya vería lo que haría. Cuando bajó las escaleras y se disponía a entrar a su miserable cuarto, una preciosa mujer de anchas caderas y de pelo castaño, llamada Marcela, lo estaba esperando. Se habían conocido cuando Pick Up tenía diez y siete años y ella cuarenta, ahora que él tenía treinta y tres habían pasado diez y seis años y ella tenía cincuenta y seis años y seguían siendo amantes. Caundo lo vió, su rostro se iluminó y una sonrisa de complicidad se dibujó en su rostro, ella le preguntó en son de broma:
- ¿Señor, hágame un favor, tiene que me cambie un billete de veinte mil sucres?

Johnnie sonrió, con aquella sonrisa pícara de los famosos gánsters, cuando algún negocio les sale bien, y se la llevó a su deliciosa amante para dentro, se fumaron unos porros, ella se quejó del olor ofensivo a pezuña, le dijo que aquel cuarto necesitaba una mano de mujer experta para decorar y adecentar aquel horrible cuarto y se acostaron a dormir. Sólo a dormir. Marcela era feliz durmiendo y colocando su cabeza con su preciosa cabellera de brunnette sobre el pecho de su amante. En la radio se escuchaba la canción: YOU BELONG TO ME. Por la mañana, antes de irse Marcela, con su cuerpo gastado por el paso del tiempo se quedó contemplando el cuerpo regordete de su no tan joven amante, que se reflejaba en el espejo mientras se secaba con una toalla después de tomar un baño con agua helada. Johnnie se fijó en su mirada y le preguntó.
- ¿Qué me quieres decir?
- ¿Qué sientes al acostarte con una mujer vieja como yo?
- Ya hemos hablado de eso miles de veces, para mi no eres una vieja como cualquier otra. Tu atractivo no es sólo físico, a nosotros nos une el respeto, la amistad y un deseo que no sé explicar.
- ¿Entonces cuál es el motivo por el que no te excito?
- Hace mucho tiempo que necesito que me chupen el pito para tener sexo.
- Mi cuerpo es el de una anciana, podría ser tu madre.
- Pero no lo eres, eres una mujer dulce que me necesita y que yo adoro desde hace mucho tiempo-le dijo Johnnie mientras se le acercaba, le tomaba la mano y le depositaba un beso.
- Eres tan dulce. Y me sigues haciendo el amor con la misma pasión que cuando nos conocimos.

Johnnie se acostó junto a su amante y aquel cuerpo de vieja, todo decrépito lo excitó tremendamente y le empezó a besar el cuello. En su mente no se estaba acostando con Marcela sino con alguna mujercita de aquellas que se follaba a la salida de los colegios nocturnos, y en medio de esos pensamientos, el contacto con el cuerpo desnudo y frío de Marcela lo enardecía y al montarla, sintió la angustia de ella, el miedo a ser feliz, tan feliz que los orgasmos ya no le producían placer sino auténtico dolor, un dolor espiritual, acompañado de cierta culpa que le arrancaba verdaderas lágrimas, que también eran lágrimas de amor. Entonces Marcela le decía bien bajito en el oído de Johnnie:
- Nunca te dejaré de amar...
Una mañana se apareció por el hotel Alexa. Pick Up se encontraba leyendo un pedacito de poesía de W. H. Auden que decía así:
¿Acaso la firme Autoridad se atreve a admitir
que uno puede confundir el camino hasta el tesoro
y conseguir la gloria por error, y a su amada
mediante la equivocación absoluta?
Apareció en traje de baño: su cuerpo era, o se veía, tremendamente más fornido que lo que le pareció en la visita previa. Aquella manabita era capaz de volver loco a cualquier hombre con su hermoso rostro griego y sus espaldas, piernas y hombros fornidos.
-¡Buenos días, John!, ¿estás listo para las clases de surf?
- ¿Me imagino que sabes nadar, no?
- ¡Sí!, pero no me vaya a dejar solita en alta mar porque me da miedo, ¿sí?
- Prometido, déjame ducharme y cambiarme de ropa.
- ¿Puedo esperar adentro?
- Sí, me olvidaba preguntar algo, ¿en qué nos vamos a ir hasta ballenita?
- Afuera tengo mi moto y la tabla, ¿podrías poner por hoy la gasolina?, es que últimamente ando baja, el negocio no está bueno.
- No hay problema, mi reina, mi emperatriz, mi tirana, mi dictadora, todo lo que usted quiera...
- ¡No me vacile mucho que después se va a arrepentir de cuadrar conmigo!, yo soy una mujer super exigente en la cama...
- Entra y no jodas, a ustedes las manabas no se les puede hacer una broma, ¡caramba!

Pick Up se bañó y se restregó todo el cuerpo con una vieja pero nueva pastilla de jabón PROTEX y después de secarse salió en toalla a su cuarto donde se encontraba la bella Alex, leyendo el periódico. Ella le dijo:
- ¡Cámbiese no más!, que no lo voy a estar mirando nada.
- No hay mucho que mirar en el cuerpo de un hombre de treinta y pico de años. Todo cambia con el tiempo, eso es algo que entenderás más adelante, ahora que tienes veinte, ni siquiera te preocupa el paso del tiempo, la decadencia y la vejez.
- Ahí, cállese, ni que fuera un anciano, que sólo sirva para darle de comer a las gallinas.

Cuando Johnnie se preparó, se montó en la moto con Alexa, y se fueron a ballenita. En el camino sigzagueante, el viento y la proximidad, a esta pequeña diosa del amor, hacía que Pick Up oliera el rico perfume de la piloto. No dejaba de sorprenderse con los músculos de la espalda de esta fémina. Estaba a punto de morderle el cuello lleno de pasión cuando divisaron el camino de entrada a Chuyuipe.
Cuando llegaron al final de la carretera a ballenita, se dieron cuenta que estaba repleta de surfistas, la mayoría de ellos peligrosos principiantes que le podían tirar la tabla encima al otro.
- ¿Y ahora, qué hacemos?
- Vamonos a Punta Carnero. Ahí tenemos la ventaja de que cuando terminemos podemos fumarnos un bate y ver la caída del sol.
- ¡Usted se lo fumará solito!
- ¡Bueno, yo me lo fumo solito!, ¿pero quieres aprender a surfear hoy o no?
- ¡Ya!, ya vamos, pero no se me enoje, ya vamos.

Y la linda parejita volvió a montarse en la moto para coger de nuevo el carretero.
Durante el viaje, Pick Up no pudo contenerse y le dijo al oído a la chica.
- Niña usted está tan linda que me muero de ganas de morderle el cuello. Y ella le respondió:
- ¡A ver que si se atreve!

Cuando llegaron, todo era estupendo porque la playa estaba casi desierta. A duras penas había una pareja de escandinavos que tomaban el sol y que no les importaba que unos locales los vieran acostados sobre la arena o sentados, charlando animadamente y comiendo supanes con sardina y agua de coco.
- ¡Bueno!-dijo Alexa, mientras se sacaba el short y la camiseta para quedarse sólo con el traje de baño-, ¿ahora qué hacemos?
- Nada, tenemos que meternos al agua. Recuerda que el agua es fría, así que si sientes un calambre no te vayas a quedar callada. Tienes que avisarme en seguida para salir de inmediato, ¿ok?
- ¡Listo!

Luego se metieron al agua. Ella iba remando sobre la tabla mientras recibía las instrucciones de Pick Up para hacerlo de la mejor manera posible. Él iba nadando como perrito y no se alejaba de ella.
- ¡Al principio sólo tienes que coger la espuma para que sientas la sensación de irte con la ola y le pierdas el miedo!, ¡no trates de pararte!

Alexa era persistente. Una y otra vez remaba sobre la tabla, dejando ver los poderosos músculos de sus hombros. Siempre seguía las instrucciones de Johnnie y remaba la espuma y se dejaba ir con su fuerza. Cuando Pick Up creyó que era conveniente, le animó a que tratara de pararse y ella comenzó a intentarlo una y otra vez. Pick Up le decía que no se desanime ya que este deporte era sumamente difícil.
Cuando el sol empezó a dar muestras de cansancio y la chica empezaba a temblar de frío, Pick Up dio la señal de que salieran del agua, ya había sido suficiente.
Afuera Johnnie sacó de su mochila un porrito para fumárselo con la espectacular caída del sol y Alexa, al verlo, le preguntó:
- ¿Qué está haciendo?, ¿qué es eso?
- Es para ver mejor los colores de la caída del sol y para no sentir tanto frío.

Ella se lo quedó mirando, llena de dudas, todas sus amigas le habían advertido que nunca cayera en drogas, pero para Pick Up la marihuana era algo tremendamente normal e indispensable, y su actitud, la de hablar sobre aquello abiertamente, le causaba confusión y curiosidad a Alexa, luego ella le dijo:
- ¿Me puede dejar probar un poquito?
- ¡Claro!, pero si te lo dejas pasar de boca a boca, ¿qué te parece?
- Ah, no se haga el chistoso, usted sabe que tengo marido...
- No te preocupes por eso, que primero, no se va a enterar y segundo, no te estoy pidiendo amor eterno, además, así es más fácil para ti...de lo contrario, todo el esfuerzo, lo desperdiciarás tratando de jalar el humo del porrito, y al final, no te quedarás en nada...
- ¿Qué es eso?, ¿en qué tengo que quedarme?
- Que si no fumas el suficiente humo no te quedarás amariguanada y te perderás todo el show del sol y seguirás sintiendo un frío intenso, ¿comprendes?
- Bueno, pero que conste que lo hago por lo que me dice y no por sexo.
- Estamos de acuerdo.

Y Pick Up después de dar una gran jalada al porro le juntó sus labios a los de Alexa y cuando ella abrió la boca, él le pasó el humo. Alexa se tragó todo, todo y de inmediato se dio cuenta de que algo estaba pasando en su interior. Pick Up le decía que se tranquilizara, que el efecto no cogía a la persona tan rápido, pero ella insistía en que estaba agitada, que sentía palpitaciones, y constantemente se miraba en el espejo retrovisor de la moto para ver si sus ojos habían enrojecido. Johnnie le decía que ella a lo mejor era alérgica porque nunca había visto a una chica ponerse tan neurótica por un poquito de humo de yerba.
De pronto ambos fueron testigos de una poderosa imagen: un gigantesco sol de color rojo sangre se estaba derrumbando poco a poco sobre el nivel del mar allá lejos del horizonte. Era un espectáculo colosal, como si se fuera testigo de la muerte de Zeús. Todas las cosas: la arena, las pieles quemadas, la pintura de la moto, todo, tomó un color anaranjado fosforescente, verdaderamente fenomenal.
Finalmente para tranquilizarla, cruzó con ella de la mano y la llevó al frente de la playa a la discoteca CENTURIA, y empezaron a bailar un poco.
Luego se pegaron con el bolero increible de THATS THE WAY OF THE WORLD de los EARTH , WIND & FIRE.
Bailaron bien engrupidos con aquella música que sonaba tan rica a los oídos de los chicos envueltos en una alucinación onírica de la yerba. De pronto Pick Up le puso la mano en la nalga que ardía de pasión y ella no dijo nada, pero de pronto alzó la mirada y le dijo a su compañero:
- ¡Tenemos que irnos!, tengo que irme a trabajar al Casino, ¿no estarás enojado conmigo?
- En absoluto, pero, ¿puedes manejar la moto así, grifota?
- Sí, ya es tarde y tenemos que irnos.
- Bueno vamonos.
A la noche siguiente, mientras Pick Up veía en canal dos la película EL LOCO Y LA SUCIA, con Peter Fonda y Susan George, la película se trataba de la loca fuga de la policía de Crazy Larry-interpretado por Peter Fonda, que era un aspirante a piloto de NASCAR y que comete un robo cojudo, de poca monta y en la huida se le junta dirty Mary-interpretada por Susan George-, y son bestialmente perseguidos por la policía, que es evadida de diferentes maneras por Peter Fonda en su Dodge Charger del 69, hasta que el loco y la sucia terminan muriendo calcinados al estrellarse contra un tren. Aquella noche Pick Up recibió la visita de su viejo amigo Tommy Robin y junto a él venía el diputado Eusebio, escoltado por su guarda espalda Milton, apodado “la puerca mañosa”. Pronto todos subieron a la terraza, hermosamente decorada del Berlin y Johnnie les encendió a todos unos cigarrillos de yerba. Era una cosa seria, pero también curiosa ver al diputado Eusebio, todo alto, pulcramente enternado con su elegante traje Yves Saint Laurent a rayas, con las piernas cruzadas, fumando un cigarrillo. Hablaba de mucho dinero, de permisos municipales, del toque asiático que quería para su chifa. De vez en cuando era interrumpido por Tommy, que iba anotando en una agenda todas las instrucciones que el diputado le daba. El guarda espalda Milton se encontraba al pié de la escalera de caracol, cuidando que nadie suba.
Tommy le explicó que el diputado se alojaría temporalmente en el hotel, para coordinar con Tommy la inauguración de un Chifa restaurant llamado “Tommy”. Pero también Tommy le dijo que el diputado quería que Pick Up le hiciera un favor. Cuando Johnnie le preguntó que de qué se trataba, éste le dijo que quería descuentos para sus chicas que utilizarían su hotel para servicio nocturno a los clientes del casino LIDO y luego le presentó unas chicas que aparecieron atrás de él, se llamaban: Lida, Rocío, Frida, las menores de edad Dori, Verónica, Mireya, Fabiola y la gringa Patricia. Estas chicas realizarían servicio nocturno en el Lido y Johnnie les haría el respectivo descuento por utilizar el hotel.
Johnnie de inmediato se quedó encantado con Frida, que era una cholita salinera sencillamente maravillosa. El diputado Eusebio, de inmediato se dio cuenta de aquel detalle y tronó los dedos y en un segundo Frida estaba muy cerca de Johnnie, pegándole las suaves y calientes tetas en su hombro. Eusebio le dijo a Johnnie:
- ¿Qué te parece que Frida te haga compañía esta noche?
- No hay problema-dijo Pick Up-.

Aquella noche Frida se lució en la cocina eléctrica y en la cama con Johnnie. Antes que nada de sexo, primero había que alimentarse, así que Frida le cocinó a Pick Up unas piernas de conejo, y un cuy, todo bien asado y adornado con papas rebosantes de salsa de queso y delicioso cuero. Comieron con apetito, se llenaron las bocas y los dedos de grasa animal, y bebieron abundante vino tinto para pasar los grandes bocados de comida. Cuando estuvieron completamente satisfechos se bañaron juntos y Frida le practicó el sexo oral a su amante con la boca llena de grasa y fue sensacional, lo hizo hasta ponerle la picha bien tiesa. Ella quería sentirse bien satisfecha aquella noche ya que este tipo la traía de manera irresistible. Luego se fueron a la cama, ella lo guiaba de la mano. En la radio se escuchaba la canción HOW CAN YOU LOVE ME de AMBROSIA. El sudor y la pasión de Pick Up calmaban la sed de Frida y ella le decía toda lasciva:

- Dame, dame, dame con todo, vamos puñetero, enfríame la chucha.

Frida le lamía el pene a Johnnie hasta que se lo ponía bien duro, luego se abría de piernas y aquel cuerpo caoba dejaba ver en medio una rosa roja, su vagina, y se dejaba penetrar, una y otra vez, mientras le besaba apasionadamente el cuello a Pick Up, y al mismo tiempo, le apretaba el tronco del falo hasta hacerlo acabar.
Frida le decía con verdadera pasión:
- Metelo papito, metelo, ah, ah, metelo, papito, metelo, ah, ah...

Pick Up estaba montado encima de Frida y mientras le agarraba la cabeza le decía al oído:

- ¿Vas a terminar conmigo?, ¿vas a terminar conmigo?

Y ella se sacudía y hacía un tremendo esfuerzo por acabar al mismo tiempo que Johnnie, que se sacudía y la penetraba una y otra vez por aquel pequeño y delicado hueco tan húmedo, tan suave tan jodídamente suave y rico.


Cuando Pick Up terminó, ella lo llevó de la mano, todo desfalleciente, hasta la ducha y ahí le lavó, muy cuidadosamente, su estropeado aparato. Y luego le dijo mientras lo miraba con ojos alegres:

- ¿Te gustó?, cuando quieras tener sexo conmigo, avísame, tú también me gustas, creo. No quiero que te preocupes por nada, sólo pídemelo, ¿sí?

Después de aquello Oscarin trajo más putillas, pero para trabajar en el mismo hotel BERLIN y todos los pasillos y los cuartos restantes del edificio de tres pisos se llenó de trabajadoras sexuales que se disputaban los cuartos para trabajar con los clientes que llegaban o pasaban por debajo del edificio o que salían del Casino LIDO. Todo aquel ambiente se convirtió en un espectáculo colorido, folclórico, sensual, erótico y también sórdido. Pasear por los pasillos del hotel Berlin, era como introducirse en el hotel donde vivía Al Capone, lleno de mujeres ataviadas con lencería erótica y de cuyos cuerpos emanaba toda clase de perfúmenes exóticos, violentos y provocadores.

Una noche la paz del hotel se vio alterada por un escándalo, y Pick Up tuvo que subir a una de las habitaciones. Una de las cosas que más lo irritaba a Pick Up era que lo interrumpieran cuando descansaba viendo televisión. En ese momento se encontraba viendo EL NADADOR, una película de 1968, dirigida por Fred Perry que moriría de cáncer a la próstata en la década de los 90`s El protagonista era Burt Lancaster, que para estar en la cincuentena, poseía un físico escultural. Él interpretaba el papel de Ned Merrill, hombre perdido y desamparado, que deambula en una zona residencial de clase alta de las afueras de Connecticut. En su mente flota la rara idea de cruzar todo aquel valle, nadando, por entre las diferentes piscinas hasta llegar a una casa condenada que alguna vez fue de él y su familia compuesta por una mujer chiflada por el fanatismo evangélico y sus dos hijas, que debían dinero a todo el mundo. Se trata de una película verdaderamente perturbadora, que despedaza el fabuloso sueño americano de dicha y prosperidad. Era curioso como funcionaban las cosas en el mundo: los evangelistas y los testigos de Jehová se pasaban la vida esperando el regreso de Jesucristo para que se termine este orden de cosas, pero la realidad era muy distinta si uno visitaba un hospital oncológico que atendía a niños con cáncer. En este maldito mundo las personas buenas morían y sufrían como moscas, pasaban toda clase de necesidades, mientras que los hijoputas, siempre triunfaban y mejor les iba mientras más hijoputas eran y se llenaban los bolsillos de oro. Parecía como si el mundo estuviera destinado para los malos, pero para los buenos sólo les esperaba la desgracia cuando cometían actos malos o crueles en su infancia o juventud.
Jesucristo no iba a venir a la Tierra, sino que la Tierra se consumiría poco a poco: el campo magnético que provenía del núcleo de la Tierra se debilitaría poco a poco dejando penetrar la luz solar que para el 3000, convertiría la Tierra en un lugar desértico o congelado como MARTE, esto si es que del cinturón de asteroides no nos impactaba un meteorito, que como el martillo de Dios, destruiría toda la civilización tal como la conocemos hoy. Eso era todo lo que iba a pasar. Al final la civilización de los seres humanos nos convertiríamos en interesantes restos arqueológicos de otras civilizaciones extraterrestres.
Ahora Pick Up tenía que dejar la interesante trama y ver qué pasaba. Subió las escaleras de madera forradas con aquella vieja y desgastada alfombra roja.
Un cliente no estaba de acuerdo con la tarifa que Mayito le había pedido y como ésta se negaba a darle el vuelto, el tipo le había pegado un puñetazo en el rostro, partiéndole el tabique. La bella chica había quedado desfigurada y bañada en sangre.
Cuando Pick Up utilizó la llave maestra para entrar, se dio cuenta de la escena: Mayo se encontraba desnuda, tirada en el piso, boca arriba, abierta de piernas, enseñando la raja que goteaba semen y con el rostro empapado de sangre y el tipo casi encima de ella en actitud amenazadora.
Pick Up le dijo casi reprimiendo un grito:

- Heeey, ¿qué es lo que te pasa?

El cliente, un tipo desconocido, le respondió:

- Yo no quiero tener problemas contigo, ella empezó todo. Ella me prometió sexo oral por una tarifa y cuando estuvimos desnudos se empezó a reir y se negó a chuparme el pito, es la pura verdad te lo juro.
- ¡Pero mira cómo la has dejado!, ¿qué eres una especie de maricón o algo así?
- ¡Es que ella no quería devolverme mi dinero!, ¡oye, yo no cago dinero como para andar regalándoselo a cualquier puta!
- Será mejor que te largues de aquí y no dejes que te vuelva a ver la cara por aquí...
- ¡Está bien, está bien!, ¡tranquilo hombre!, ¡yo no quiero tener problemas contigo!, ¡pero y mi dinero?
- Será mejor que te vayas ahorita, sal de aquí...
- Ya tranquilo, men, ya me voy...

Cuando Pick Up dejó pasar al atemorizado tipo se le acercó a la pobre Mayo y ésta al verlo le dijo:

- ¡Ayúdame!, ¡estoy herida!

Pick Up la cogió en peso y la levantó para colocarla sobre la cama, al hacerlo se le manchó la hawaiana de sangre, luego le dijo:
- Traeré hielo, ¡qué bestia!, estás hecha una mierda de sangre!
- Ayúdame a vestir...aquel tipo se me acercó dos veces, primero en la pista de patinaje EL PARQUE del Policentro, mientras yo estaba jugando en la máquina de SPACE INVADERS, tú sabes esa maquinita que recibe una lluvia de líneas desde arriba y tú las vas deteniendo cuando detonas pequeñas explosiones, de lo contrario los misiles que caen te destruyen las bases que están en la parte baja de la pantalla, y luego, creo que me siguió...
- ¿Te siguió?
- Sí, así flecho yo a los hombres cuando les devuelvo la mirada, me siguió a la discoteca EPICENTRO y se me acercó y me brindó un trago y me sacó a bailar y de un trago pasamos a otro, tú sabes, bailamos la música de Kool & the Gang: Celebration, Get down on it, luego un bolero con TOO HOT, y finalmente Steppin out y mi canción preferida: Ladies night, y me llevó al LIDO y estuvo apostando a los dados y yo junto a él para darle suerte, tú sabes, y de ahí paramos aquí...¡ayúdame a vestir!
- ¿Para qué?, ¿a dónde vas a ir?, será mejor que te quedes quieta hasta que se te pare la hemorragia.
- Ya vengo...

Pick Up bajó las escaleras lo más deprisa que pudo mientras la anciana poeta asomándose a la puerta le preguntaba que qué era lo que pasaba.
Johnnie no le prestó atención y siguió su camino hasta su cuarto donde había una pequeña refrigeradora con cubitos de hielo.
Cuando regresó, le temblaban las piernas por el esfuerzo de subir las escaleras a toda prisa.
Cuando Mayo lo vio le extendió débilmente la mano y le dijo con su voz aflautada y femenina:

- Apúrate, please..., creo que este hijoputa me ha roto el tabique, ¿y ahora qué voy a hacer?, ¿quién se quiere acostar con una mujer con yeso en la cara?
- No te preocupes de eso, ahora...

De pronto entró en el cuarto la chica gótica con una lata de cerveza en la mano, daba muestras de estar borracha, y le dijo a Pick Up:
- Johnnie, Tommy está abajo y te busca...
- Por favor, encárgate de esta mujer, si puedes llévatela a tu cuarto y hazla descansar hasta que yo la lleve a un médico.
- ¿A mi cuarto?, ¿por qué no mejor A TU CUARTO?
- Llévala a mi cuarto, entonces, y no la vistas, envuélvela en una toalla, pero sácala de aquí lo más rápido que puedas.

Cuando Mayito se quedó dormida, en el cuarto de la chica gótica, de pronto entró el inquilino XTU437 y le puso la mano sobre el rostro y le sanó completamente la fractura. De su mano hervía una luz azul fosforescente, que le compuso el cartílago roto y le sanó los tejidos rotos, que provocaban la hemorragia nasal. Cuando terminó la operación XTU437 salió del cuarto sin que nadie se diera cuenta de nada.
Este personaje se pasaba el tiempo caminando por el malecón de Salinas. Lo observaba todo, los gestos de las caras de los adolescentes mientras farreaban, el olor seductor de los perfúmenes de las chicas y también el de sus desodorantes, la música que escuchaban, las luces de colores con que animaban la atmósfera del entretenimiento. XTU437 tomaba nota mentalmente de toda aquella actividad. Era el mundo de los seres humanos, de su futuro, su juventud alegre y despreocupada, que vivían lo que ellos llamaban la libertad, algo completamente desconocido en su mundo de autómatas en serie, que se comunicaban telepáticamente, un mundo frío, cerebral, sin emociones, quizá el fin de todo orden fascista, que no desperdicia nada, que no experimenta con los sentidos. Un mundo sometido a un orden proveniente de la luz del intelecto. ¡Qué diferente era todo acá abajo!
La libertad en esta esquina del Universo era un grito de amor a la filosofía de Robert Nozick, era una expresión, una prolongación de la anarquía, un completo desorden: no había cojudas simples reglas que obedecer ni ninguna maldita autoridad que venerar y peor respetar. Los clientes pagaban la entrada a la discoteca y adentro se divertían a mares. Toda regla de disciplina provenía de ellos mismos, de su sentido común. Desde su interior se dictaban las reglas de hasta dónde podían llegar en su perpetua búsqueda de placer. Aquí en Salinas nadie necesitaba de la maldita seguridad y su aspecto imponente e intimidatorio. Aquella maldita seguridad que era una amenaza, una barrera de contención de los sentidos innecesaria y molesta.
XTU437 cada vez comprendía más la mentalidad de los jóvenes que odiaban el compromiso y las responsabilidades. Aquella mentalidad, tenía como principio básico una sola meta: correr olas desde la mañana hasta el atardecer y luego ir a farrear. De pronto sus pensamientos se vieron interrumpidos por una coqueta pelirroja, que se tropezó con él y se le acercó de manera confianzuda. Ella le hablaba y le pidió fuego para un cigarrillo. También le dijo que le invitara un trago. XTU437 percibió la fuerte esencia que aquella pelirroja exhalaba de su cuerpo. Parecía que antes de ir a la fiesta se había echado todo el perfume encima. Ella le dijo que se llamaba Diana y cada vez que gesticulaba, movía su cabeza de una manera especial, como invitando a Sebastián a que se colocara en la misma longitud de onda en la que ella se encontraba. Ella le estaba coqueteando, eso era evidente. Tal vez lo veía como un buen candidato para tener sexo con él en aquella noche tan divertida y loca.
Mientras tanto Johnnie bajó nuevamente las escaleras y se topó de frente con Tommy, que venía por las escaleras y le dijo:

- ¿Qué pasa, hermano, cuál es el problema?
- Un hijoputa le ha partido el tabique a una de las chicas y tú, qué te trae por aquí...
- Vengo a verte porque hay buenas olas para correr en Paco Illescas...
- Entonces vámonos de aquí, la acción comienza de noche en esta mierda, espera, espera, déjame dejar con el control a Mary Jo.

Pick Up entró al cuarto descolgó el auricular y llamó con dedos ansiosos a su esposa y le dijo que viniera a quedarse a cargo, y que de paso trajera un médico para que la llevara a Mayo a enyesarle la nariz.
Y se fueron a la playa.
Cuando se subieron al taxi se fueron rodando por los arrabales de Salinas hasta llegar a la casa de Pick Up, cogieron la tabla y siguieron su camino hasta llegar a la casa de Maxie, una amiga de los dos y de ahí se fueron directo a Paco Illescas.
Pick Up conocía a Maxie desde hacía mucho tiempo, cuando ella se quebró la pierna en un accidente de moto, donde casi muere un pequeño niño destripado por un camión que le pasó justo por encima sin tocarlo apenas, y como era amiga de Tommy, ella le pidió que la ayudara y Tommy le dio la orden a Pick Up de que la llevara en un taxi hasta Charapotó, a que un masajista le arreglara el hueso fracturado. El viaje fue realizado a toda velocidad, pero todo fue inútil porque la radiografía mostraba que el hueso estaba astillado y lo que ella necesitaba era cirugía, el implante de unos cuantos tornillos en los huesos y reposo en cama por varios meses. Desde entonces se hicieron amigos y amantes.
Las olas reventaban sobresaliendo a duras penas de un mar picado, espumoso, azul, con agua helada.
Maxie era la negrita más linda que Pick Up se había conseguido como amante. Su nariz era completamente perfecta a pesar de ser una mujer negra. No había nada más poderoso que el amor de un hombre blanco con una mujer negra: era el quebrantamiento de todos los tabúes y la experiencia sexual más intensa que ser humano alguno pueda sentir. Su cuerpo dentro del pantalón de baño, dejaba ver en su vientre la cicatriz de una cesárea. Ella dijo:
- ¡Brrrrrr, qué tremendo frío hace!, ¿no creen que es un mal momento para surfear, ahora?
Johnnie se sentó en la escalera del muro y se sacó la ropa mientras miraba las olas con mirada reconcentrada, casi hipnótica. Esa era su forma de meterse en el asunto. Tenía el pantalón de baño colocado como calzoncillo y en un momento sólo se quedó con aquello puesto.
Tommy se fumaba un porro, de pié, mientras recibía en el rostro y en el cuerpo la helada brisa marina. También miraba hacia las olas. Pero su mirada era más bien la que un contrincante le lanza a un enemigo ya conocido, al que se le conoce muy bien el estilo de pelea. Tommy había corrido incontables veces aquella ola playera de Paco Illescas y no le tenía miedo. Cuando era un jovencito iba allí a coger olas, con sus padres, y siempre se ponía tan nervioso, que todo el tiempo se caía de las olas. Su madre se reía de él y se le burlaba y le decía risueña que no importaba y que la siguiera invitando a verlo correr olas. A ella le divertía mucho verlo intentarlo una y otra vez y siempre fracasar, cayendo estrepitosamente desde aquellas alturas de vértigo. Su padre, el viejo profesor, no decía nada. No quería herir los sentimientos de su hijo, pero Tommy estaba confundido por aquella persistente mala suerte. No comprendía. ¿Cómo era posible que diera ese espectáculo? Él se conocía de memoria aquella ola, pero bastaba el hecho de que sus padres lo estuvieran observando para que no lograra coger ni una sola ola.
Pick Up se encontraba arrodillado en la arena frotando con cera la tabla y le preguntó a Tommy:

- ¿Qué pasa?, ¿en qué piensas?, ¿no te vas a meter?
- Sí ya me voy a meter. Ya me desvisto. ¡Maldita sea con el viento helado que corre, el agua tiene que estar como para que me congele las pelotas!

Pick Up se metió al agua y empezó a remar. Atrás empezaron a quedar las figuras de Maxie y Robin, alejándose como dos pequeños puntitos en la costa. Las olas se le venían encima a Pick Up y él las remaba, con todas sus fuerzas, hasta pasarlas al otro lado.
La corriente disminuía la velocidad que Pick Up le imprimía a la tabla con la fuerza de sus hombros. Más atrás se veía la fornida figura de Tommy Robin que se acercaba remando a Pick Up.
Johnnie remaba entre las olas, tapadas por una espesa y fría bruma. Aquella neblina se abrió un poco en el horizonte y dejó ver unas líneas de olas de dos metros que se aproximaban a gran velocidad.
Pick Up cogió una ola y se fue en ella. Su cuerpo de treinta añero, hinchado y pesado ya no servía para el boxeo patada, pero el surf no era tan exigente. La adrenalina fluía por el cuerpo de Johnnie, y cuando la pared se enconchó, Pick Up se tubeó. Fue tan solo un instante, un momento mágico, desbordante de toda clase de felicidad. Cuando Pick Up llegó a la orilla su voluntad estaba dividida: por un lado quería más, pero por otro lado estaba cansado. Salió del agua y se reunió con la negrita Maxie y se pusieron a conversar. Adentro, Tommy Robin seguía bajando olas de manera incansable. Una y otra vez remaba y remaba las grandes paredes de agua y las bajaba con la destreza de un orangután rubio. El cansancio no parecía hacer mella en él.
Pick Up le contó a Maxie sobre el accidente de Mayo y ella se quedó horrorizada. Su cara de espanto se transformó en una cara ceñuda, de preocupación cuando se concentró para rolear un grifito mal armado que era barrigudo en el centro. Cuando lo terminó se lo pasó a Pick Up y éste le dio fuego.
El paisaje se fue transformando dramáticamente. El mar del color azul pasó a ser de un verde esmeralda y el viento comenzó a soplar y congelar el sudor en las caras de los chicos. Adentro seguía Tommy remando y cogiendo olas sin parar y después de un buen rato, cuando Pick Up y Maxie se habían hundido en la arena por la modorra, salió Robin y se les sentó junto a ellos. Su cuerpo estaba hinchado por el esfuerzo y la carne erizada por el constante frío del agua.
Por la noche llegaron al hotel las menores de edad Tania y Carlina y se le fueron de bola a Pick Up, que se encontraba cansado, sentado en una silla, viendo un aburrido programa de televisión donde pasaban el show de los tres chiflados. Las chicas también daban muestras de estar aburridas, pero aquel aburrimiento se les transformaba en el cuerpo en calentura. Carlina lo sorprendió a Johnnie al decirle:
- Tania quiere chuparte el pito y no te lo dice por vergüenza.

Y Tania, con una sonrisa pícara en el rostro le dijo a Carlina:

- ¡Carlina, moderate!
- ¿Es verdad eso Tania?-le preguntó divertido Pick Up-.
- Sí-dijo Carlina-, a ella le encanta hacer el sexo.
- ¿Qué les parece si nos encerramos en el cuarto y nos tomamos unos tragos y luego vemos qué pasa?
- Bueno-dijo Carlina-.
- ¿Por qué no continuamos nuestra conversación en mi cuarto?-dijo Pick Up-.
- ¡Johnnie, no joda!-dijo Tania-.
- ¡Vamos, vamos que estás que te mueres de las ganas de chuparle el pito al hombre!-dijo Carlina-.

Y finalmente entraron al cuarto.
Cuando estuvieron los tres en la cama, Pick Up le leyó a Carlina un poema que le había escrito a Alex y ella batió palmas entusiasmadísima, ya que a ella le gustaban esas cosas románticas.
Pick Up leyó:

ALEXA

Tu piel arde como
Fogata salinera
No la he tocado pero la he imaginado
Blanca, y rosa como la rosa más perfecta
Todo el día me pasaría
Lamiendo tus musculosas piernas
Por las mañanas
Me seduces
Con tu dulce perfume
Una rosa de pétalos amarillos
Estalla en mi mente
Y
Te quiero llenar el
Culo de leche
¿Y usted qué me mira?, ¿qué tengo?
-me dices-
adoro tu vulgaridad
ALEXA
Tu piel arde como fogata
Playera
En aquel crepúsculo de fiesta salinera

Carlina batía palmas y gritaba:

- ¡Bravo!, ¡bravo!, ¡bravísimo!

Y Tania decía:

- Ah, verá, las cosas que escribe, pura patanada....¡Carlina, moderate!

Pero Carlina se le echó encima a Johnnie y lo abrazó hasta hacerlo perder el equilibrio y ambos se cayeron sobre la cama con las sábanas desechas. Ella lo besaba en el rostro, apasionadamente. Y Pick Up estaba un poco lerdo, pero la tenía bien apretada de la pequeña cintura. De pronto sintió que Tania le aflojaba la bragueta y le desabrochaba el cinturón del pantalón y se lo empezó a bajar y cuando saltó al aire su pene, Tania lo atrapó con los labios y lo empezó a chupar.
Luego Johnnie, con la picha bien tiesa la desnudó, apurado a Carlina, y la penetró varias veces por el ano hasta que le desgarró un tejido y la pequeña chica le embarró de sangre el pene a Pick Up. Ambas chicas se disputaban a aquel hombre y en el momento en que Pick Up se miraba, asombrado, la picha ensangrentada, Tania aprovechó para atraparlo con sus piernas y metérselo hasta dentro. Cuando Johnnie sintió su picha dentro del cuerpo del útero de Tania, era algo tan estrecho y delicioso que no pudo soportar más y se vino con todo, inundando de leche a la pequeña.
Carlina dijo desalentada:

- ¡Mira eso ya terminó, y tú te llevaste toda la leche!


A la noche siguiente Johnnie tuvo que asistir a la inauguración del chifa Tommy. El decorado de aquel restaurant no se diferenciaba en casi nada a los modestos chifas de Salinas. Las paredes estaban decoradas con cuadros que reflejaban el arte y los paisajes chinos, todos ellos llenos de negra tinta a la aguada. Una de las cosas que le llamó la atención a Pick Up era que en una pared estuvieran colgados cuatro grandes retratos: uno era del ex presidente Mao Tse Tung, el segundo era del general presidente de Vietnam del Sur: Nguyen Van Thieu y el tercero del heroe nacional vietnamita Ho Chi Min y el cuarto de Lyndon Johnson. Además se dio cuenta de que aquel restaurant tenía una gran pecera, una pecera gigante con toda clase de peces comestibles como la tilapia, la albacora. En una esquina del chifa había un altar compuesto de un gigantesco buda, sonriente, montado sobre un tigre y rodeado de decenas de varillas de incienso humeante. Aquella esquina del chifa era una verdadera humareda. También era algo curioso ver el detalle de que por todas partes había grupos de figurillas de fina porcelana china, que representaban ancianitos en diferentes posiciones de kung fu.
Luego hubo en el extenso patio una interesante exhibición de kung fu, estilo dragón y tigre. Los artistas marciales, vestidos con trajes amarillos con negro y rojo con púrpura y de seda, se movían con una agilidad impresionante y casi acrobática. Todo aquel espectáculo estaba adornado por unas conejitas que como meseras se paseaban de un lado para otro con sendas bandejas de bocaditos y copas de cristal rebosantes de whisky, champagne y vino.
La comida era sabrosa, Pick Up se despachó con ganas un arroz con verduras y un tallarín saltado con chancho en salsa de tamarindo. Mary Jo estaba ataviada con un bonito vestido negro con un gran escote en la espalda. Y Marie la amante negra de Tommy estaba ataviada con un traje azul y un pañuelo celeste envolvía su sofisticada cabeza negroide. Paul Ditto y José Leone se pasaron de copas y se retiraron pronto. El diputado Eusebio estuvo todo el tiempo sentado conversando con el chino que hacía de testaferro de aquel negocio y Tommy andaba de un lado para otro con un rostro en el que se leía que estaba pasado de yerba y alcohol. Mientras tanto el show de kung fu había dado paso al show de streap tease de Amanda y Terina. Sobre una pequeña pasarela bailaban las chicas de exquisita belleza mientras se iban despojando de las ropitas y de los trajes de baño hasta quedarse en pepa. Sus pequeños vellos púbicos y sus fabulosos senos eran la gran atracción de la noche, todos los asistentes bebían, fumaban yerba y se paseaban de un lado para otro, deleitándose con los deliciosos acordes de la música de Styx y Van Halen.
La música que se escuchaba de fondo era una melodía ininteligible para Pick Up. Sonaba como un tango, pero era un tango cuya vocalista no arrastraba las palabras en mandarín sino que más bien parecían maullidos de un gato con hambre.
Cuando se terminó todo Pick Up se sintió aliviado. Se había puesto unos zapatos nuevos que le pelaron la piel del talón de Aquiles y ya no soportaba más aquel dolor. Mary Jo hacía esfuerzos por controlar la borrachera, pero mientras iban en el taxi a su casa. Johnnie tuvo que ordenarle al chofer que se detuviera para que ella pudiera sacar la cabeza por la ventana y vomitar copiosamente. La pobre se estaba convirtiendo en una dipsómana perdida.
Una noche llegaron en cuatro taxis de lujo, el cerebro económico de la familia: Esteban Miraglia, acompañado del contador y chepo de las finanzas de la familia: Cheché, luego los capitanes Paul Ditto, José Leone, y finalmente los tenientes: Tony Luca, y Pepo Quintana. Traían cuatro maletas de viaje repletas de dólares para meterse en un cuarto del hotel, y ponerlo a contar billetes a Cheché y a su asistente el Sicodélico, contar y contar todo el maldito dinero, comer y beber, y luego, tener sexo y pasarlo en grande.
De inmediato se le acercó al cuarto recepción de Pick Up, Tommy Robin y le dijo que cocinara comida para toda esa gente y que después de la comida que les llevara chicas a los cuartos para que se arme una tremenda orgía.
Esteban Miraglia confirmaba que el dinero sea contado por los demás, y aprovechó para acercársele a Johnnie y proponerle un negocio importante. Él sabía que Johnnie estaba retirado, pero lo fue a ver, entró en su cuarto, se sirvieron unos cafés y Miraglia le dijo que había llegado a Salinas un coreano llamado Tommy Wang Wang, que quería realizar una pelea de exhibición para promocionar su academia de Tae Kwon Do y que lo quería a él para que participe como contrincante.
Johnnie dijo que estaba retirado y que su estado físico estaba consumido por la gordura, el cigarrillo y el sexo. Pero Miraglia le dijo que el coreano ya había conseguido la autorización de Al Leone y que había una importante suma de dinero en juego en todo el asunto. La pelea estaba arreglada para que sea inofensiva y para que gane Pick Up.
Johnnie se quedó en silencio un momento, mirando directamente a los ojos de Esteban y luego le dijo, que si la pelea estaba autorizada por el señor Leone, no había más remedio que realizarla. Luego Pick Up le preguntó a Miraglia, el tiempo con que disponía para entrenarse ya que su físico estaba arruinado y Miraglia le dijo que disponía de dos meses, pero que eso no era importante ya que la pelea estaba arreglada para que el coreano no lo lastime a Pick Up y para que el coreano se tire a la lona en el tercer round. Lo único que tenía que hacer Johnnie era participar, pelear sin hacerle daño al coreano, ganar y cobrar 3.000 dólares en una sola noche.
Aquella misma noche Mary Jo le dijo a su esposo que estaba preñada. Johnnie no sabía si ponerse alegre o triste. Pick Up le contó a su mujer que le habían ofrecido 3.000 dólares por ganar una pelea arreglada y ella tampoco sabía si ponerse feliz o preocupada. Ella sabía que su marido ya no estaba para ese tipo de actividades, pero ellos necesitaban el dinero con urgencia ante la próxima venida de un nuevo miembro de la familia. Pick Up le hablaba con ternura a su mujer y le solicitaba que no beba tanto, pero ella vivía con nervios de punta por el tipo de gente con que se codeaba su marido y el tipo de negocios en que estaba metido. Ella nunca le preguntaba a Pick Up sobre sus negocios, pero escuchaba los rumores de la gente, la forma extraña como la miraban, con ese miedo reverencial que se le otorga a la esposa de una persona relacionada con gente peligrosa. Todo eso le hacía temblar las manos y volvía a beber y beber hasta quedar desmayada. Ahora llevaba una vida en su vientre, un nuevo hijo de este hombre, que le había demostrado durante tanto tiempo ser más constante en el amor que una verdadera felicidad.
Cuando Pick Up salió de la oficina le encargó a la gorda Nori que prepare un gigantesco banquete de guatita para los ilustres huéspedes y la gorda, y bella negra, que tenía una linda voz para el canto, se puso a trabajar de inmediato.
La noche anterior, Johnnie tuvo que sacarla a Nori de un tremendo problema porque la chica había apuñaleado a un cliente en la pierna. El problema había surgido porque el tipo era un super dotado, que tenía una verga gigantesca y le hacía daño a la gorda, revolviéndole todas las entrañas, cuando ella le dijo que se detenga, que no podía más, él la forzó y la otra se sintió violada y lastimada y entonces ella lo apuñaleo en la pierna. Aquello ocasionó un bateroyal en el hotel con el tipo aullando de dolor como loco, el cuarto embarrado de sangre por todas partes, y las chicas histéricas gritando y pidiendo auxilio y Nori, frenética, cono los ojos desorbitados gritando y amenazando, con el cuchillo en la mano, que lo iba a seguir apuñaleando hasta liquidarlo y las demás amigas agarrándola y conteniéndola a la negra para que no cometa un asesinato.
Cuando pasó todo, la negra le dijo llorando a Pick Up que aquella violación le había traído un mal recuerdo de su infancia cuando un tío por parte de madre la violó de niña y ella sufrió amnésia a los trece años y se hacía pipí en la cama por el trauma, que el tío le dejó y que por eso reaccionó así cuando se sintió violentada por aquel monstruo super dotado con esa verga gigantesca. Luego le rogaba a Johnnie que no la botara del hotel y que la siguiera dejando trabajar allí, que ella tenía familia que mantener.
Johnnie la perdonó y le dijo que no había problema. Desde entonces la negra le arreglaba el cuarto, le hacía la limpieza y le cocinaba la comida en muestra de gratitud.
Pronto Johnnie se puso en contacto con Tommy Robin y le expresó su preocupación sobre el combate de exhibición contra el coreano y su deplorable estado físico, ¿qué es lo que la familia quería que él hiciera en dos meses?, ¿algún milagro o algo por el estilo?
Tommy le dijo que no se preocupara, que dos meses, eran dos meses y que el combate estaba arreglado. Al día siguiente se presentó en el hotel con tres sparrings survietnamitas apodados: Face dog, Cara e’ chancho y Bobo happy. Estos tres tipos lo iban ayudar a entrenar a Pick Up. Cuando Johnnie volvió de un pequeño trote por la playa en la mañana, vino verdaderamente preocupado ya que la mayor parte del recorrido lo tuvo que hacer caminando porque se ahogaba con su pésimo estado físico, pero cuando llegó al hotel, ahí estaba Robin con aquellos sparrings survietmanitas, ¿de dónde sacaba Tommy a estos tipos?, parecían cocineros de algún chifa de mala muerte, menos puñeteros de Tai box.
De inmediato comenzó el entrenamiento.
En la terraza del hotel, Robin, mandó a construir un cuadrilátero y lo equipó con todo lo necesario para que Pick Up sacara algo de estado físico para que tenga algo con qué enfrentarse y resistir los tres asaltos contra el coreano. De una Tommy le dijo a Pick Up que se olvide de trotar. Todo lo que tendría que hacer Johnnie era pelear con los sparrings una y otra vez. Ellos se turnarían a cada rato hasta completar los ocho asaltos por día. Pick Up sacaría un solo tipo de estado físico con este tipo de entrenamiento: estado físico de combate. Muchas veces, Pick Up tenía que sentarse en su esquina y hacer verdaderos esfuerzos para introducir aire a sus pulmones, ya que se ahogaba con todo el cigarillo y el sexo que había tenido antes de que empezara toda esta locura. Maldecía a cada rato que lo hayan sacado de su retiro, ¿acaso no podían ver que estaba viejo con sus teinta y tres años y acabado?
El entrenamiento simpre comenzaba con Face dog, que era una máquina de lanzar patadas y puñetes. El tipo no paraba y aunque lo hiciera con la mínima intención de hacerle daño a Pick Up, la tensión y el esfuerzo que exigía a Johnnie el tener que seguirle el ritmo a este tipo era verdaderamente escalofriante. Pick Up giraba alrededor del ring, bloqueando y bloqueando toda clase de patadas y golpes de puño y de martillo, pero Face dog no se rendía y lo perseguía a Johnnie con verdadera saña. Todo concluía hasta que Pick Up se quedaba sin piernas y se tenía que sentar en su esquina como un tullido. El descanso duraba lo suficiente como para que el rostro pálido de Johnnie recupere el color y de nuevo volvían al combate. El peso de los guantes en la eterna posición con la guardia arriba, agotaba tremendamente, los hombros de Pick Up y a éste le empezaban a temblar las extremidades superiores por el tremendo esfuerzo.
Luego seguía el turno de Bobo happy y este se especializaba en judo y proyecciones, y el pobre Pick Up se la pasaba retrocediendo y cuando ya no podía seguir rehuyendo el combate, Bobo happy empezaba a proyectarlo por el cuadrilátero, y Pick Up parecía barrer todo el piso del dojo, cayendo y volviendo a caer de un lado para otro de manera interminable, hasta cuando ya completamente exhausto, hacía señas, suplicando que parasen el combate. Luego venía el turno de Cara e’ chancho y este tipo era experto en box y patadas de Tae kwon do, y lo tenía a Johnnie completamente alerta al perseguirlo por todo el ring con sus demoledores golpes de puño y sus patadas de media vuelta y con salto, que siempre iban dirigidas a la cabeza del pobre viejo y acabado Pick Up, que ya no podía más con el peso de los guantes y con sus pobres piernas de porquería, que ya no le funcionaban como antes para escapar de los golpes de sus adversarios o para levantarlas y defenderse con sus impredecibles impactos a la cabeza y ni qué se diga de sus famosísimos golpes de puño a lo Phillipe Cantamessi. Simplemente sus golpes de puño habían perdido la fuerza y carecían de todo tipo de pegada. Sus impactos eran una mala broma para los esparrings, que no hacían el menor esfuerzo para bloquear esos golpes completamente débiles. Los primeros días de entrenamiento Pick Up terminaba con todos los músculos del cuerpo completamente adoloridos y llegaba a su habitación del hotel a bañarse y a recibir el masaje de su esposa Mary Jo. Para rematar su china le dijo que estaba otra vez embarazada, y Pick Up le rogó que deje de beber al menos mientras dure la gestación de la criatura, pero ella apenas lograba controlar su sed de alcohol y en las noches se bebía unos cuantos vasitos de whisky.
Después de que Mary Jo terminaba de dejar completamente dormido a Pick Up con sus masajes, ella se iba a su casa, arrastrando su pequeñísimo vientre abultado por la gravides y se bañaba, se quedaba desnuda con sus zapatos de taco y se sentaba a ver la televisión para reirse a carcajadas con el soh de Lucy y luego ver las noticias internacionales. Cuando terminaba todo eso se ponía a comer y a comer porque el embarazo de este segundo hijo le había abierto enormemente el apetito.
Mientras tanto en el hotel a Johnnie a veces lo iba a visitar Mayito y entraba a su habitación como si estuviera en su casa, se duchaba, y luego se acostaba junto a Pick Up y le empezaba a contar sobre el milagro de la virgencita, que le había curado la nariz partida en forma misteriosa y Pick Up le decía, que no se le pegara tan cerca porque se le paraba la picha y se excitaba tremendamente teniendo el cuerpo de ella, bañado, oloroso y desnudo junto a él, pero ella sabía que Tommy había ordenado a las chicas que nada de sexo con Johnnie porque estaba en entrenamiento, así que le decía que no se preocupara porque ella tenía las piernas bien cerradas ya que no quería incurrir en la cólera de Tommy por desobedecer alguna orden, pero que le parecía algo irresistible y tentadora la idea de estar allí, desnuda, acostada junto a aquel gladiador venido a menos y le excitaba enormemente hacerle poner tiesa la picha a su amigo. Pick Up le decía que ella era una reberbera cruel y ella le decía, acostada y provocativamente desnuda, junto a él que bueno que por lo menos ella le chupaba el pito un ratito y Pick Up sabía que si él le dejaba hacer eso, al final terminaría comiéndosela y todo el entrenamiento se iría al carajo, pero ella le juraba y le rejuraba que sólo le chuparía el pito y que confiara en ella porque tenía las piernas bien cerradas, pero Pick Up le decía que se vaya al infierno porque tal como estaba él en aquel momento, tan acostumbrado al sexo y al mismo tiempo tan contenido por el entrenamiento, si ella se lo chupaba, él terminaría acabando en su boca, y entonces ella se calmaba t se daba por enterada de tan acertado razonamiento y entonces, se levantaba y ponía música y se volvía a meter en la cama y ambos se quedaban quietos pero excitados, en silencio, pero tranquilos, escuchando Can’t fall to sep to a lullaby del grupo AMERICA o I just can’t let go del grupo AMBROSIA o The best of me del magnífico BARRY MANILOW, y al final los dos se quedaban dormidos, desnudos, completamente solos, uno en brazos del otro, mientras Milton, “la puerca mañosa”, se quedaba atendiendo a los clientes en la recepción de hotel BERLIN. De todas maneras, en las mañanas, Mayito se salía con la suya y mientras Johnnie estaba completamente dormido, ella le chupaba el pito sólo hasta ponérselo un poc duro y luego se bañaba una vez más, se vestía y se iba a su casa bien temprano por la mañana ante la vista de un preocupado y soñoliento Milton, que tenía que levantarse todavía casi a oscuras para abrirle la puerta del hotel.
Todas las mañanas Pick Up se levantaba, desayunaba cereales con leche y fruta, se bañaba y subía a la terraza a esperar que llegaran los survietnamitas. Se ponía a saltar cuerda en medio del frío de la mañana hasta que llegaban los sparrings. De inmediato subía al cuadrilátero y se calzaba los guantes. De inmediato Face dog empezaba a lanzarle patadas a media velocidad, pero de manera intermitente, todas dirigidas a la cabeza y Pick Up bloqueaba y devolvía con rápidas patadas también a la cabeza. Cuando Face dog golpeaba con los puños, Pick Up bloqueaba y devolvía los golpes de puño. Cuando Face dog atacaba a Johnnie con las rodillas Pick Up retrocedía o se cubría las costillas y se movía de un lado para otro y devolvía con patadas a la espalda del contrincante el ataque. Cuando terminaba el primer round, Pick Up se sentía a punto del desmayo, su rostro se ponía blanco como el papel y tenía dificultades para respirar. Sus pulmones estaban cargados de nicotina, aquella brea maldita lo tenía consumido. Los survietnamitas se daban cuenta del asunto y se reunían y conversaban entre ellos.
Cuando le llegaba el turno del segundo round, Bobo happy se mostraba más compasivo y cuando lo agarraba a Pick Up ya no lo proyectaba al suelo con tanta violencia sino que lo detenía en la caída para que la moral no se le cayera a su contrincante tan rápido. Luego le explicaba el movimiento que había hecho Pick Up de manera equivocada-en el desplazamiento dentro del ring-, para que el judoca lo aprovechara para cazarlo y proyectarlo. Pick Up asentía con la cabeza y cuando no entendía algo le pedía que repitiera la explicación. Entonces Bobo happy con paciencia de japonés se ponía en el lugar de Pick Up y le demostraba de manera detenida lo que había hecho para que Johnnie aprendiera este tipo de judo practicado sin kimono y que utilizaba las proyecciones enganchando los brazos y los hombros del contrincante. Casi a la mitad del segundo round, Johnnie ya daba muestras de severa fatiga y la práctica se volvía más teórica que práctica para dejar que el treintañero logré llegar hasta el final del segundo round.
Después del descanso, cuando le llegaba el turno a Cara e’ chancho, Pick Up se lanzaba contra su contrincante con toda la reserva que le quedaba de fuerza, con una determinación suicida y sus embates eran bloqueados fácilmente por el tae kwondosista Cara e’ chancho y luego empezaba a castigarlo, mientras con gritos de verdadero guerrero survietnamita, lo animaba a que no se rinda, a que se sobreponga, a que aguante hasta el final y a que trate con todas sus fuerzas de devolver golpe por golpe. Johnnie respondía con débil entusiasmo y trataba de bloquear los embates del survietnamita y cuando ya no podía alzar las piernas, utilizaba las rodillas y los codos y para conseguir esto se acercaba al survietnamita todo lo que más podía. Cuando terminaba el tercer round, Johnnie se desplomaba en su esquina, completamente exhausto. Tenía una sed espantosa y su cuerpo estaba empapado de sudor, le temblaban las piernas y los brazos. Sus músculos estaban hinchados y adoloridos por los golpes y el esfuerzo.
Luego del baño, se acostaba desnudo para que Mary Jo lo masajeara de manera interminable hasta que el viejo gladiador se quedaba dormido.
Mary Jo se iba a su casa con su pequeño vientre ligeramente abultado por la vida que llevaba adentro y Milton se quedaba en la recepción, viendo la televisión y atendiendo el negocio del hotel hasta las altas horas de la madrugada.
Mayito llegaba a visitar a Pick Up a eso de las tres de la madrugada, entraba en el cuarto como si estuviera en su casa, se desnudaba, se duchaba y se acostaba junto a Johnnie, y en esta ocasión le trajo un chisme a Johnnie. Le dijo que iba a llegar al hotel un pez gordo, calibre 38, de vacaciones, para ver el entrenamiento de Johnnie. Pick Up abrió el pequeño cajón del velador junto a su cama y le encendió a Mayito un porrito para que se arregle. Ella acostada, fumaba y fumaba y se iba relajando, al tiempo que sentía que su sexualidad iba floreciendo de manera incontrolable y aquel cuarto pobre, espartano, de gladiador, le parecía un palacio exótico, junto al Nilo, lleno de misterio, secreto, infinito como un laberinto griego y donde ella se sentía en completa libertad para decir lo que quería, andar de un lado para otro, completamente desnuda, y mirar por la ventana la noche silenciosa y marítima de Salinas.
Cuando Pick Up le preguntó la identidad del hombre, ella se encogió de hombros y dijo que no lo sabía porque en la conversación que había escuchado no se mencionó el nombre del visitante. Al parecer era algo muy secreto. Luego Mayo le dijo a Pick Up que la perrita que ella tenía había parido siete cachorros y que ella estaba contenta. Había sido una semana de nacimientos ya que la gata que tenía también había parido un montón de gatitos, aunque ella, sin querer, había matado a tres, que la gata había escondido en el horno de la cocina. Cuando ella lo encendió los gatitos murieron calcinados. Estaba grifota y Pick Up era el tipo irlandés, buena gente, que inspiraba confianza, un tipo con el que se podía conversar sin interrupciones. Pick Up era sumamente respetuoso ala hora de oír los asuntos de los demás. Todos tenían necesidad de drenar sus dificultades y problemas, todos, de una manera u otra, vivían su propia pesadilla existencial, su propio tormento. A nadie le salían las cosas como quería, siempre había alguna dificultad, algún tropiezo, alguna piedra en el camino. Si la dificultad o el impedimento no provenía del exterior lo más seguro era que viniera de alguna tara de nuestro carácter, de nuestra propia psíquis. Al final comprendía que cada ser humano tenía personalidad de hotel: con una conciencia llena de compartimentos, juntos, pero independientes, como si la cordura de las personas se asemejara a una gran pizza. Cada pedazo estaba destinado a diferentes aspectos de la vida: el trabajo, el amor, el sexo, la piedad, el dolor, el miedo, la felicidad y las especulaciones filosóficas. Aquellas especulaciones filosóficas que acompañan al hombre desde la época de las cavernas y de donde nace la superstición, los sacrificios a los dioses y la religión con su opresivo dogma, su maldito manual de comportamiento, que restringe todas las libertades del ser humano y lo vuelve un ser contradictorio, falso e ignorante. Al final uno queda confundido ya que si se analiza bien el asunto no se es ni un ángel ni un demonio, ¿entonces qué es lo que es realmente el hombre?, ¿arena?, ceniza, una masa de carne que encierra un alma, que como las fogatas de la playa que se apagan en la madrugada, abandona al hombre con su muerte, la muerte del envoltorio material. ¿Entonces era el hombre como una especie de hot dog alemán?, por fuera la piel que envuelve algo más sustancioso, adentro, y que constituye el alimento de los dioses, ¿por qué es tan importante para el diablo y para Dios el alma de los hombres?, ¿qué es lo que tiene aquello?, ¿qué recompensa había en conseguir el alma de un hombre? Todas las religiones, buenas o malas, falsas o verdaderas, se peleaban por conseguir adeptos, seguidores, devotos, fieles, en resumidas cuentas, todas querían conseguir almas, era una especie de orgía, donde cada pastor, cada líder, sacerdote, cada gurú, quería el alma de otro, y de otro y de otro, hasta el infinito, todos querían juntar almas en su iglesia como un perro junta mugre en su pelaje, como la arena de una playa.
Mayito le preguntó:
- ¿En qué piensas mi hermoso guerrero irlandés?
- En nada, en nada, sólo es el efecto de la yerba, sólo es la felicidad de tu compañía.
- ¿No te gusta estar solo, verdad?
- No. A nadie le gusta la soledad.
- ¡Bueno!, no te preocupes, yo siempre estaré contigo de tres a seis, entonces tengo que irme a mi casa, es una lástima que estés casado con esa china alcohólica, y es una lástima que estés entrenando y no podamos joder, ¿sabes?, dicen que joder amariguanado es super rico, ¿tú qué piensas?
- No lo sé, ¿dónde oíste eso?
- No sé, creo que lo leí alguna vez de un comentario de Gopi Goldberg, ¿alguna vez has jodido con una negra?
- Eso deberías preguntárselo a Tommy...
- Con ese no se puede hablar de nada, sólo se pasa de un lado a otro, trabajando de recadero para sus jefes, ¿por qué ninguno de ustedes usa el teléfono?
- Son normas de los jefes, está prohibido y deja de preguntar huevadas, que ya estoy agotado de pensar tanto. Esa yerba está demasiado fuerte y me tiene alucinado.
- ¿Quieres que te chupe el pito?
- Tú ya sabes que no podemos hacer nada.
- ¡Bueno!, nadie se va a enterar de que te chupé el pito, ¿no?
- Se enterarán cuando me encuentre en el ring y me fallen las piernas por estártelo metiendo.
- Eres un irlandés bastante disciplinado para ser irlandés, yo creía que los irlandeses eran borrachos, lenguas largas y siempre pobres, pero tú eres inteligente, tan bello que tanto los hombres como las mujeres se detienen y voltean la cabeza para mirarte, ¿crees que no me he dado cuenta?
- A veces tanta belleza resulta ser una maldición y tú deberías saber eso bien, a ti también se te pegan los hombres por ser rubia.
- ¿Y esa vieja guapa, esa Marcela que siempre te busca, dónde está, qué es de la vida de ella, hace tiempo que no la veo por aquí?
- Ella está envejeciendo, ya era vieja cuando la conocí en un supermercado y nos hicimos amantes, además es muy vergonzosa, le tiene mucho miedo al juicio de la sociedad, a que la condenen por libertina, a que la juzguen sin piedad, por eso no viene. Cuando lo hace es porque ya no aguanta más las ganas de que la joda.
- Debe ser terrible vivir así: con miedo a disfrutar del sexo...
- Es que ella pertenece a una clase social muy elevada, se mueve en otros círculos, además aunque no lo creas es una santurrona, le costó mucho esfuerzo intelectual adaptarse y aceptar nuestra relación prohibida. Sufrió mucho, mucho cuando me casé con Mary Jo, no lo podía creer, no podía aceptar que SU amante se casara con otra e hiciera una familia, eso la devastó completamente, pero luego, cuando vino a mi de nuevo y yo la amé con más fuerza que antes, entonces, parece que lo aceptó o lo comprendió todo. Ella es una mujer grande, pero como fue educada por las monjas, en realidad piensa como una chiquilla y cree que el amor es una aventura romántica en la que el caballero va al castillo de su amada y se la lleva y son felices para toda la vida.
- ¿O sea que ella está enamorada de ti y eres su único amante?
- Así es, su moral, su conciencia de urdesina y su pudor no le permitirían cambiar de hombre, ¿entiendes?, a pesar de haber estado casada cuando nos hicimos amantes, es como si la hubiera desflorado como a una niña...
- ¡Qué romántico!, ser una vieja rica y tener un amor secreto que siempre la satisface, la respeta y nunca la rechaza, en realidad eres un buen tipo, Johnnie.
- ¿Quieres fumarte otro bate?
- Bueno, pero ¿te vas a dejar chupar el pito o no?
- Fúmate ese bate y pon música. La música te quitará las ganas de joder conmigo.
A la mañana siguiente cuando Pick Up se encontraba saltando la cuerda, entraron a la terraza dos chiquillas de quince años, llamadas Ruth y Mariuxi y atrás de ellas entró Milwaukee Phil, un super duro de Chicago.
El pez gordo calibre 38 de inmediato se sentó en una esquina de la terraza y se quedó ahí en silencio, mientras Ruth y Mariuxi deambulaban por toda la terraza, observando todo, como si estuvieran visitando un curioso y divertido museo lleno de piezas misteriosas de otras culturas. Cuando llegaron los survietnamitas, Pick Up entró al cuadrilátero y se calzó los guantes y de inmediato Face dog empezó a moverse para entrar en calor y a lanzar patadas a la cabeza de Pick Up, que el irlandés bloqueaba con los brazos cruzados y devolviendo el ataque con patadas frontales, dirigidas al estómago del survietnamita. Las quinceañeras estaban fascinadas con el novedoso espectáculo. Ellas habían oído de un deporte llamado box en el que los contrincantes usaban guantes y se golpeaban hasta caer soñados en la lona, pero nunca habían visto que esos luchadores también utilizaran las patadas, los codos y las rodillas.
Milwaukee Phil observaba todo con aquella mirada lejana, tenebrosa e indescifrable. Aquel pez gordo calibre 38 había sido uno de los privilegiados, que podían entrar en Miami a ver a Al Capone, cuando el hombre ya tenía consumido el cerebro por la sífilis, que le había contagiado una puta griega hace mucho tiempo. Habría sido fácil que el hombre se curara de aquella enfermedad con un poco de penicilina, pero el hombre le tenía fobia a las agujas y nunca se dejó inyectar, hasta que después de su encierro en Alcatraz, empezó a dar muestras de que estaba majarreta y terminó sus días exiliado y completamente pobre en la Florida.
Milwaukee miraba todo sin decir una sola palabra y sus ojos se achinaban cuando detectaba que al final de cada round, Pick Up terminaba excesivamente agotado, que su cuerpo ya no era el de un jovencito, que todo él estaba completamente bañado en sudor. Los survietnamitas le daban voces de aliento de manera demencial para que Pick Up coja confianza y no se desmorone. Aquellos gritos estimuladores del valor, se parecían a los que utilizaban los paracaidistas del cuerpo de fuerzas especiales del Vietnam del Sur. Sus gritos muchas veces pasaban del inglés al vietnamita, pero Pick Up comprendía que su finalidad era apuntalar su valor, su garra, su determinación a luchar de manera feroz hasta el final. Pero su cuerpo, de pronto se negó a responder y le dio un poderoso calambre en la pantorrilla izquierda que lo tumbó de inmediato en la lona. Los survietnamitas lo cargaron en peso y lo bajaron por las escaleras, mientras Pick Up a duras penas controlaba ahogar un grito de dolor. Cuando fue depositado en el cuarto fue recibido por Mary Jo que le aplicó hielo en el músculo contraído, pero Face dog le dijo que no era un trauma con hemorragia interna sino un desgarre y que había que inyectarle Neurobión y hacer que tome pastillas de apronax. Milton se encargó de inmediato de ir a buscar los medicamentos. Las quinceañeras entraron al cuarto de Pick Up y miraban con los mismos ojos de interrogación aquel pobre cuarto de hotel.
Dos días tuvo que guardar cama Pick Up cama para recuperarse del desgarre muscular y una noche llegó a visitarlo Marcela. De inmediato Pick Up percibió que algo andaba mal, el rostro de su vieja amante presagiaba malas noticias, estaba marcado por las señales de la angustia.
Ella le dijo que le tenía dos noticias, una era mala y la otra, tal vez, era buena para él.
Johnnie estaba tenso, acostado en la cama, inmóvil, como un cuadrapléjico, en espera de algo que le parecía una sentencia de muerte. A veces miraba al techo en busca de una salida a su situación, alguna idea que lo sacara de su postración, pero nunca llegaba nada. Marcela volvió a tomar la palabra y le dijo que estaba muy enferma, era cáncer al páncreas y que venía a despedirse. Esa era la mala noticia, y Johnnie le dijo que con esa noticia no concebía que hubiera la posibilidad de una buena. Ella le dijo que sí, que había la posibilidad de una noticia buena, entonces le empezó a hablar de su hija menor, Sandra. Y le dijo que con el tiempo, ella se había convertido en su única confidente, mucho más íntima que cualquier sacerdote, que cualquier amiga del gabinete de belleza, en verdad muy cercana, muy cercana y ella sabía todo sobre el gran amor que era él y todo el soporte que Pick Up había significado para ella. Entonces Marcela la hizo pasar.
Sandra era la viva copia de su madre sólo que más joven, más fresca y radiante, con el mismo cabello castaño, precioso de su madre y sus caderas anchas. Marcela le dijo:
- Ella es Sandra y a diferencia de mis otras hijas, ella no se parece a su padre, sino que ha salido mucho más a mi. Lo que te quiero decir es que a pesar de que hemos estado tanto tiempo juntos, tal vez te parezca una idea loca, pero no tengo un hijo tuyo.
- Tú sabes que eso era imposible en nuestras circunstancias.
- Bueno, yo le he contado todo a mi hija sobre cómo te portas conmigo, de cómo me has entendido siempre y también de cómo me has amado, ella lo sabe todo.

Pick Up se quedó medio aturdido y medio con verguenza y rehuía la mirada de aquella chica, pero cuando levantó la vista y la vio, ella estaba fumando y sonreía.
Marcela continuó:

- Lo que te quiero decir es que como ya no voy a estar más en este mundo...

Johnnie la interrumpió un poco adolorido:

- ¡Santo cielo!, por favor...
- Déjame terminar, te lo suplico...como ya no voy a estar aquí y como ella siempre ha querido conocerte, te la traje, además ella...quiere tener un hijo tuyo. Que sea el hijo del amante tan adorado de su madre, sería algo muy especial para ella, además, si tu lo permites, ella quisiera ocupar mi lugar. Como ves es joven y muy parecida a mi, además no le gustan los chicos de su edad porque sólo hablan tonterías y siempre le ha gustado lo que le he conversado de ti y en cierta forma ella también te ama.

Johnnie la miró ahora de frente a Sandra y le dijo:

- Cuando conocí a tu mami en el supermercado y se le cayeron aquellos paquetes y me lancé a recogerlos, supe de inmediato que nos amaríamos por siempre, pero ella estaba casada. El tiempo ha pasado y ya no soy un muchacho de diez y siete años y ella ya no tiene cuarenta. Yo no soy un Julio César ni nada por el estilo, pero si este asunto es muy importante para ti, en memoria del recuerdo de tu madre, creo que podemos intentarlo. Marcela sabe, ya se lo he dicho otras veces, a pesar de estar casado, de tener un hijo y de estar rodeado de toda clase de libertades, siempre me siento solo, sigo permanentemente solo, tal vez tú me cures ese vacío que siento.

Sandra habló:

Yo quiero conocerte y descubrir, con información de primera, mano el motivo por el que le robaste el corazón. Y quiero que me hagas un hijo porque mi madre siempre ha sido mi única aliada contra las agresiones y las estupideces de mis hermanas. Cuando todo ha estado en contra mía, ella siempre ha estado de mi lado como un escudo fuerte, defendiéndome de los ataques de mi padre y de mis hermanas. Ella estuvo a mi lado cuando quise estudiar francés, me apoyó cuando quise estudiar literatura y piano y cuando mis hermanas me descubrieron una amante lesbiana. Nunca me rechazó porque como puedes ver y como ella te lo ha dicho somos igualitas. Las dos pertenecemos a un mundo de la alta sociedad, pero intelectualmente estrecho y nos sentimos, estamos atrapadas, en un cerco de tradiciones y convencionalismos que no nos dejan respirar. Mi madre te encontró a ti y se liberó, ahora que pronto desaparecerá, tú serás mío, porque yo no he encontrado a nadie que sea como tú.
Pick Up sonrió, no sabía si debía sentirse insultado o halagado, aquello de que sería de ella, era algo típico de la mentalidad de aquellos ricos, que creían que su voluntad, respaldada por millonarias cuentas bancarias, estaba por encima de cualquier consideración racional o respeto de la vida humana. Al final Pick Up, aceptó la pretensión de Sandra y le dijo:
- ¡Bueno!, veamos cómo nos va. Usted sabe que tengo familia e hijos y si todo sale como usted quiere...
- No me trates de usted, si voy hacer tu amante, me puedes tutear.
- Lo que me preocupa es lo que va a pasar cuando salgas embarazada, qué va a pasar con tu padre.
- Ahora con mi madre enferma, no tendrá ninguna fuerza para luchar conmigo, en la actualidad las madres solteras son una realidad muy común. Además tengo una fortuna en cuentas bancarias en el exterior no necesito la aprobación de nadie más que de ti.

Después de aquella entrevista entró a la habitación Tommy Robin y le dijo que la pelea con el coreano Wang Wang, estaba suspendida definitivamente por orden del mismo Al “RENZO” Leone, porque Milwaukee Phil le dijo que te había visto entrenar y que se dio cuenta de que estás en la mierda. El coreano Wang Wang está hecho una furia, pero ya se cuidará de quedarse frío.
La noticia lo hizo respirar con más tranquilidad y Pick Up se sintió aliviado. Todo lo que acertó a decirle a Tommy, fue:

- ¡Gracias al cielo!, yo no le quería decir nada a Esteban, pero fui claro con Ditto y Leone, ya no doy más para ese tipo de deporte...
- ¡Está bien hombre!, ahora tranquilízate y descansa para que de nuevo sigas con tu vida normal como siempre.

A la mañana siguiente Pick Up salió a caminar tranquilo por la playa con su tabla en la mano hasta llegar a Paco Illescas. Al fondo pudo distinguir la figura de dos chicas rubias, lindas que se encontraban acostadas, tomando el sol encima de sillas de madera blanca. Cuando lo vieron lo saludaron. Sandra le presentó a Johnnie a su pareja, Clara. Clara puso cara curiosidad y felicidad al ver al tipo que iba a preñar a su amante. Sandra le preguntó a Pick Up si quería subir a su departamento y tomarse unos tragos con su amiga, la bella Clara. Y Pick Up le dijo que no había problema. De inmediato Sandra ordenó a un chico que subiera las sillas y éste iba detrás de ellas hasta el quinto piso del edificio Santa Rita. Cuando llegaron, Pick Up se dio cuenta cómo vivían los ricos y los famosos, con muebles blancos de lujo, las paredes decoradas o mejor dicho tapizadas de pinturas de artistas verdaderamente buenos en su oficio, también habían cuadros de artistas chinos y piezas de bronce del imperio chino de extraordinario valor. Clara era pintora y tenía en su cuarto una tela a medio trabajar. Todo aquel cuarto olía a trementina y a los desagradables olores que despiden los materiales y pinturas con que se compone una buena obra. Sandra era una intelectual y se encontraba en pleno forcejéo con una tesis sobre Mijail Sholojov. De inmediato Clara abrió una gran botella de rompope y sirvió a todos unas grandes copas del exquisito licor. El rompope estaba sencillamente delicioso. Mientras tanto Sandra encendía la televisión y la sintonizaba en un canal donde presentaban sexo duro. Aquellas escenas eran junto con el rompope, una explosión audiovisual que provocaban verdadero furor en la mente de Johnnie y muy en su interior las imaginaba desnudas, sin sus trajes de baño, acostadas en la cama, con las piernas abiertas, enseñando sus pequeños y aniñados sexos de manera invitadora y provocativa. Al final los tres terminaron en la cama en un día sin sol, medio nublado, donde los turistas se quemaban tan solo con el reflejo del sol sobre la arena y el mar. Hubo un gran entendimiento sexual en aquel momento: Clara fumando un gran cigarrillo de yerba, tenía la misión de excitar a Pick Up, masturbándolo y lamiéndole el falo hasta el punto de hacerlo llegar al éxtasis total, y a cambio, Johnnie, vertiría su espeso semen en el interior de la fría Sandra y todo, absolutamente todo, quedaría hecho. Cuando terminaron todas las doce botellas de rompope se fueron a bailar a la discoteca EPICENTRO. Pick Up bailaba con sus dos chicas en medio de un gran tumulto de gente, que se balanceaba en medio de la penumbra. Pick Up bailaba con ganas la música de Rick Astley, canciones como: Don’t say goodbay y No more looking for love y la más chévere de todas: The love has gone. También bailaron las canciones de Kool & the gang, como:Tonight, Too hot, Ladies night y otras más. Sandra y Clara se manifestaron a su compañero como excelentes bailarinas, posiblemente entrenadas en continuas clases de aeróbicos. Sandra se movía sensual y provocativamente de un lado para el otro, con excelente ritmo y pasmosa sincronización. En la mente de Pick Up, completamente nublada por el rompope, Johnnie creía interpretar aquella danza maravillosa como un mensaje, casi ritual, un mensaje de triunfo, telepático, que le decía muy claramente: en mi vientre tengo tu semilla y con ella soy más fuerte, soy más fuerte y mejor que tú...
Clara era una estupenda compañera de baile. Se movía en completa sincronización como si fuera la sombra de Sandra. Aquellos bailes de estas chicas, una generación menor que la de Johnnie, eran atléticos, verdaderamente elásticos, sensuales, muy sensuales, como si se tratara de algún baile ritual de la seducción, algo sacado de una novela diabólica de Ann Rice. ¿En qué diablos estaba pensando?, sí, era algo como si Pick Up estuviera bailando con dos pequeñas demonios, súcubos, que con sus movimientos, demostraran tener el poder hipnótico de atrapar y secuestrar a su espectador.
Cuando el efecto del rompope se fue diluyendo y cuando el cansancio se convirtió en dolor de cabeza para Clara y en sueño para Sandra, todos decidieron irse cada cual para su casa.
A la noche siguiente apareció el diputado Eusebio con Tommy Robin y otras cuatro maletas de billetes para que sean contadas por Cheché. Iban a abrir dos chifas más el HONG YUN y el SHI WEI THIAN, donde la gente de Salinas comería con gran apetito la más exquisita comida china. Lo gracioso de todo era que el cocinero en jefe, de los dos chifas, era un survietnamita, que siempre bromeaba con sus clientes, y cuando éstos le pedían comida para llevar, el chino les preguntaba, mientras sostenía con las dos manos una gran tarrina rebosante hasta el tope de comida china para llevar:

- ¿Quieren BAAATAAANTEE?

Y los clientes respondían:

- Sí, queremos BAAAATAAANTE...

Y todos se echaban a reír.
Durante este proyecto, Pick Up estuvo muy ocupado atendiendo a los ejecutivos de la construcción que se alojaron en el hotel para redecorar e instalar los dos chifas según el exquisito gusto del diputado Eusebio. El proyecto duró varios meses, tiempo en el que Johnnie no volvió a salir a divertirse ni ver a ninguna chica. Todo ese tiempo vivía recluido en el hotel, atendiendo a los clientes y a las chicas que subían y bajaban atendiendo a sus clientes del casino LIDO. Eran días que parecían infinitos, verdaderamente largos e inacabables. Por cuatro días consecutivos Pick Up no pudo pegar un ojo por culpa de los mosquitos y cuando lograba dormir lo hacía con la televisión encendida. A veces si no eran los mosquitos, eran las chicas que lo despertaban para que les atendiera y les abriera una habitación. Era claro que ellas se pasaban todo el día durmiendo para salir a trabajar en las noches, pero él tenía que atender a todos esos ingenieros y arquitectos y lo tenía que hacer día y noche por lo que estaba al borde del colapso.
Unos días antes de la inauguración de los chifas, Al “RENZO” Leone, ofreció una fiesta por su cumpleaños e invitó al grupo del irlandés Tommy Robin y todas las chicas se reunieron en la terraza del hotel BERLIN y ahí estaban sentadas todas en una mesa, reunidas bajo un parasol multicolor: Mary Jo, Gabriela, Viviana, Claudia, Marie y esto significaba más trabajo para Johnnie. Había que atender con comida a estas chicas, RENZO había mandado a preparar sendas paellas sevillanas de mariscos para que las chicas llenaran bien las tripas y la cerveza corría hasta decir basta. Pick Up volvió a ver a sus amigos: Buchanan, que estaba más delgado, Phillipe, Rod, Russo, toda la pandilla de surfistas. Tommy Robin con su hawaiana bailaba sin parar con Marie y era la verdadera alma de la fiesta. Las chicas comentaban que era extraño que la negra Marie todavía no le haya dado un hijo a Robin y algunas se atrevían a especular que tal vez el hombre era estéril. Hacía mucho viento seco aquella noche, el viento seco de la calina desértica se mezclaba alegremente con la salada brisa marina. Rod conversaba con Johnnie sobre su bar de streap tease y le decía que le caiga unos de estos días para que una muchacha lo atienda bien con uno de sus famosos masajes. Rod también quería hablar con Pick Up sobre una posible inyección de dinero para mejorar su negocio, ampliarlo y darle más clase o sea traer más chicas y de mejor raza, también tenía un proyecto de colocar en medio del bar un cuadrilátero de boxeo patada para que los clientes disfruten regularmente de combates tipo tailandés con miembros de pandillas tales como los de la Playboy, los Guerreros, los chicos del barrio de los raros y otras más...que en ese momento no le venían a la memoria.
Buchanan les hablaba a todos de la próxima inauguración de su hermosa casa en Montañita, que tenía todo el aspecto de un templo Krsna e invitaba a todos a que vayan allá y pasen una temporada con él, Gabriela y Viviana. Finalmente Buchanan había conseguido realizar el sueño de vivir en una especie de comuna hippie junto a sus dos mujeres, las que dominaban su vida: la zanahoria Gabriela y la ahora reformada ama de casa Viviana. Había tenido que esperar casi veinte años y pasar por toda clase de dificultades para poder vivir con los amores de su vida, respetado por todo el mundo, aceptado por la sociedad y en completa paz, hare krsna...
Annie y Phillipe se encontraban en medio de ese grupo como dos pequeños burgueses que miran desde lejos la forma como evolucionaron sus amigos de la infancia. Tanto Annie como Phillipe estaban fornidos, colorados, perennemente bronceados por la buena vida, las tardes de coqteil junto a la piscina, la selecta y buena conversación junto a sus amigos y amigas del vecindario, el amor que sentían mutuamente, era como si sus cuerpos estuvieran hinchados de buenas intenciones. Tanto el uno como la otra habían cumplido su sueño de casarse y tener una gran familia como las familias tradicionales. Vivian en Salinas y Phillipe había heredado el control de las dos gigantescas fortunas, tanto la de su padre como la de su suegro que permanezca en la gloria del Señor.
Don RENZO se encontraba alegre, muy alegre, la vida le sonreía con salud y mucho, mucho dinero, y después de zamparse una gigantesca sopa marinera, se levantó y se acercó a Tommy Robin y después de abrazarlo le levantó el fornido brazo derecho y declaró en alta voz a todos los concurrentes, que Tommy era el gran hijo político y querido que nunca tuvo. Al instante, Robin sacó una pistola de la parte de atrás de su cadera, y disparó todo el cargador al aire para celebrar tal anuncio. Caulonia, la hija mormona del jefe RENZO Leone, se fijó en aquel detalle y de inmediato le clavó los ojos al fornido irlandés Tommy “AMETRALLADORA” Robin. Aquella mirada encerraba toda clase de cálculos y maquinaciones de mujer. Una declaración así, una declaración de poder de tal calibre, ¡en su cumpleaños!, no era algo poca cosa para toda aquella gente, que se encontraba presente en la fiesta: Tony Luca, Paul Ditto, Pepo Quintana, José Leone, todos se quedaron callados, reflexionando sobre aquella declaración. Incluso Pick Up se asombró de aquello, pero su corazón se alegró y tranquilizó al mismo tiempo porque si Tommy estaba seguro y gozaba de la confianza y la estima de don Renzo, él también estaba seguro y tranquilo. Y para celebrar sacó de atrás del bar un subfusil AK 47 y también vació el cargador al aire.
Su hembra la negra Marie, asustada al principio, por el ruido de las balas, no podía evitar sentirse orgullosa de su hombre, pero también triste ya que hasta ahora no le ha podido dar un hijo a Tommy.
Sandra y Johnnie se fueron al cine MAYA a ver la película INFIERNO EN LA TORRE, la película contaba con toda una serie de rutilantes estrellas de Hollywood, como Fred Staire, Paul Newman como el arquitecto, Steve MacQueen como el bombero y en el papel del ingeniero malo, Dick Chamberlain, y la trama se trataba de un gigantesco edificio, un verdadero rascacielos, cuyo sistema eléctrico colapsa y provoca el mortal incendio, ya que había sido instalado por un ingeniero corrupto- Dick Chamberlain-, que ahorraba dinero a la constructora a costa de la seguridad más elemental. Sandra se juntaba toda temblorosa en el hombro de Pick Up, llena de espanto, en las escenas de terror en las que aparecían personas asfixiadas por el humo, que se lanzaban abismo abajo por las ventanas del gigantesco edificio. Y después de la función le contó a Pick Up, que estaba atrasada en la regla, y que no le llegaba el período, y al mismo tiempo, le contaba con una mezcla de confusión y desesperanza en el rostro, que su madre estaba adelgazando rápidamente, que los médicos le habían suspendido la quimioterapia y que ahora le daban pastillas para que no sienta el dolor, y que su padre trabajaba como un loco y costeaba el carísimo tratamiento de quimioterapia y pastillas.
Al oír estas palabras, Pick Up creía escuchar en el timbre de voz de Sandra cierta deferencia hacia él, cierto calor, ya no era la voz de la mujer fría que había recibido su semilla como si se tratara de algún tipo de acuerdo contractual frío y calculado. Ahora, creía Johnnie, que podía sentir en el timbre de voz de ella cierta intimidad, cierto ¿amor?, era algo diferente su trato hacia él, como si el hecho de que pronto iba a ser la madre de un hijo suyo, la llenara de una gran ternura y preocupación por él. A lo mejor, Sandra resultaba ser mejor amante que su madre, ¿pero, podía ser eso posible?, ¿la hija lo amaría más y con mayor intensidad que la madre, que lo idolatró hasta el punto de entregarle a su propia hija antes de morir?
Pero los doctores desde el principio le dijeron que era un cáncer agresivo de páncreas y que la guerra estaba perdida, Marcela estaba muriendo rápidamente. Pick Up comprendió la ironía del destino: Sandra embarazada traería una nueva e inocente vida al mundo, un nuevo ser completamente inocente y dulce, mientras que a cambio, la naturaleza exigía el sacrificio de la vida de su dulce y adorada Marcela, que entregaba pacíficamente su vida a los dioses.

FIN

Canoa

Canoa
Canoa

lunes, 13 de diciembre de 2010

jueves, 9 de diciembre de 2010

sábado, 29 de mayo de 2010

BIENVENIDOS A CANOA
Finalmente llegó la hora de marcharse de la fiesta de Elizabeth, Roberto la trató de convencer de que se una al viaje. Ella le había dicho que sí, pero Roberto dudaba de que ella en realidad iría.
Pava Loca le había dicho a Lorena que se venga a Canoa con ellos, pero ella decía que para ir a Canoa, ella prefería un viaje más corto a Montañita. Y asunto concluido. Todos se fueron a sus casas. La fiesta había acabado. Doménica, nuevamente fue a dejar a Ballenita a los hermanos Russo, y quedaron en encontrarse a las cinco de la mañana para salir a Canoa.
Aquella noche, cuando los hermanos Russo llegaron a su casa en Ballenita, estaban excitados con la perspectiva del viaje y no tenían sueño.
Ni bien entraron en la casa, se fueron directamente al patio con la radio de pilas tronando a todo volumen una canción de Led Zeppelin, y encendieron en el centro de la duna, sobre los restos de anteriores fogatas, una gigantesco fuego, que los alumbre el máximo tiempo posible y que aleje los mosquitos. Luego cuando la fogata se extinguió, subieron a sus cuartos para acostarse y dejar fluir en la oscuridad de la noche sus pensamientos de manera ininterrumpida.
Tal vez aquella noche sería una de esas en que los dos hermanos se la pasaban toda la madrugada conversando sobre surf, chicas, fiestas, modas, playas desconocidas y sobre los misterios de la vida, como por ejemplo sobre la vida del filósofo griego Anaximandro, alumno de Tales, diestro cartógrafo que era el creador de magníficos mapas náuticos, inventor del reloj solar, y que había predicho un terremoto en Esparta, salvando la vida de sus habitantes y también hijo de Mileto.
Veinte años más joven que el maestro Tales, afirmaba que el origen de la vida no se hallaba en el agua porque de ser así, la primacía de este elemento hubiera sofocado la existencia de los demás como el fuego, la Tierra y el aire. Anaximandro afirmaba que el origen de la vida era el Super-elemento llamado ápeiron que funcionaba como una especie de árbitro y que ponía en su lugar al elemento que cruzaba sus límites con respecto a los demás.
De los muchos libros que escribió sólo quedó para la posteridad este fragmento:

El principio de los seres es el infinito...de donde viene la vida de los seres y donde se cumple también su destrucción, según la necesidad, porque todos pagan, el uno al otro, la pena y la expiación de la injusticia, según el orden del tiempo.

Pronto la luz de dedos rosa de la aurora los sorprendió en estas profundas cavilaciones y se aprestaron a bajar a la cocina para ver qué se preparaban para el desayuno.
Joey optó por poner a hervir en agua cuatro huevos. Y Danni fue al patio, habilitó una vieja parrilla y puso sobre las brazas unos pedazos de carne y empezó a asar sus grasas al carbón.
Joey también puso a calentar agua para preparar unos cafés para los dos. La madrugada era fría y empezó a garuar, despacio primero, y luego con mayor fuerza.
Los hermanos Russo comieron con fuerza y apetito, porque sabían que les esperaba un largo viaje. Luego se entregaron con energía a la solitaria labor de revisar las tablas para ver si tenían algún hueco que parchar con cinta impermeable o para colocarle una capa extra de cera antideslizante, sex wax.
Entonces en medio de la penumbra de la madrugada se escuchó el pito del Land Rover y las puertas del vehículo que se abrían y se cerraban de golpe. Pronto Doménica y Nicole estaban dentro de la casa de los hermanos Russo y en el porche, dejaron las grandes maletas con las ropas y Doménica le pidió de comer a Danni. El chico Russo, besó a su enamorada en la boca y rápidamente se dirigió a la cocina a preparar una olla de arroz con pedacitos de coliflor, frejolitos palito, que habían dejado remojabdo la noche anterior para que esté suave, y todo sazonado con albahaca y arverjitas, y luego abrió una lata de atún, también preparó una jarra de fresco solo.
Nicole cogió un periódico viejo y leyó un artículo de un tal J.G.G.:

El General Robert Lee, comandante en jefe del ejército confederado durante la guerra de secesión norteamericana, cierta vez elogió mucho a un oficial que lo había censurado. Su interlocutor, muy asombrado, dijo a Lee:
Mi general, probablemente no sabe las cosas que ese hombre ha dicho de usted.
Lo sé-replicó Lee-. Pero me preguntaron qué opinión tengo de él, no qué piensa él de mí.

Luego continuó con la lectura de otro artículo similar firmado por un tal A. P. y dijo:

El presidente norteamericano Gerald Ford, al observar un retrato suyo donde aparece con la mano izquierda en el bolsillo, comentó: “Como conservador en materia fiscal, siempre me agrada ver a un político que tenga la mano metida en su propio bolsillo”.

Mientras Danni preparaba el desayuno, Doménica se le acercó por detrás y lo abrazó con ternura. Este fue un sentimiento nuevo en la vida de Danni Russo. La única ternura que él conocía hasta entonces era la de su madre y la de su padre. Pero nunca había sentido la ternura de una mujer. Ella lo abrazó y apoyó su cabeza sobre su ancha espalda. Para Doménica todo un nuevo mundo le había abierto las puertas al conocer a Danni: el surf, los viajes, las fiestas.
Hasta entonces, para Doménica, Salinas no era más que un lugar desértico y caluroso que no tenía ningún interés, un lugar aburrido donde pasar las vacaciones mirando gente extraña y donde pasar encerrada viendo televisión.
Ahora, con Danni, conocía un lugar para ir a patinar, escuchar música, conversar con sus amigas, comer ricos hot dogs y ver la vida con nuevos ojos. ¿Era esto lo que sentía su mamá por su papá?, ¿era esto lo que los profesores de literatura en el Liceo Panamericano le hablaban cuando pronunciaban la palabra amor?
Con Danni, Doménica se sentí segura e independiente. Nunca sabía lo que iba a pasar en ese día. A diferencia de estar con sus padres donde siempre sabía lo que iba a pasar o lo que iban a hacer, con Danni todo era un misterio. El azar dominaba sus vidas. De pronto sus melancólicos pensamientos fueron interrumpidos por Joey y Nicole, que les dijeron:

¡Las carnes ya están listas!
Ok-dijo Danni-, sírvanlas pronto-.

Doménica se había levantado tan temprano para ese viaje como cuando se levantaba para ir al colegio, y no había tomado desayuno, por lo que se sentía hambrienta. Devoraba esos pedazos de carne con un hambre exquisita, ésta por ejemplo, era otra nueva sensación que descubría al conocer a Danni.
Después de las carnes asadas, vinieron los platos de arroz humeante y las chicas se servían la comida con impaciencia, lo devoraban todo hasta el último granito y luego se refrescaban al servirse sendos vasos de fresco solo.
Danni iba de la cocina al comedor con la premura y la perfección de un gran chef italiano. Sólo le faltaba la gorra de cocinero. Cuidaba de que todos estén bien servidos y luego se fue al patio para apagar bien el fuego y evitar un incendio.
El temor a un incendio en aquella casa de madera era la pesadilla constante de los hermanos Russo. Siempre estaban revisando las llaves del tanque de gas, las cenizas de las fogatas y mirando por todos lados para evitar cualquier chispa que provocara una flama mortal, que consumiera su preciosa casa de madera.
De pronto, afuera, se escuchó el claxon de la Station Wagon de Manuel Fernando que venía con Ingrid, Pava Loca y Roberto. Ellos también entraron muertos de hambre y Danni tuvo que poner aceite en la cacerola, hacer una mezcla de harina, huevos y aceite, y junto a su hermano ponerse a batir y batir hasta que la masa de los panqueques esté lista para poner a freír.
Pava Loca estaba bien sentado en la sala, leyendo en aquellos periódicos viejos y muriéndose de la risa cuando la pequeña Nicole le preguntó:

¿De qué te ríes?
Escucha esta noticia- le dijo Pava Loca-.

JOVEN GOLPEA A SU ESPOSA DE 77 AÑOS

Roma, (EFE).- Un joven de 28 años ha sido detenido en la localidad de Colobraro, en el sur de Italia, acusado de extorsionar y propinar frecuentes palizas a su esposa de 77 años, dijo la policía.
La propia anciana había denunciado a los agentes los malos tratos que sufría a manos de su violento esposo, Massimo Di Napoli, a quien habría entregado bajo amenazas más de cien millones de liras (cerca de cincuenta mil dólares), según declaró. La insólita pareja había contraído matrimonio hace dos años.


Uuyyy, ¡pero qué horror!-dijo Nicole-, ¿y eso te hace gracia?
¿Y a ti qué te pasa?, ¡claro que me produce risa!, ¿no te parece absurdo y chistoso esta locura?
A mí me parece horroroso y tremendo-dijo Nicole-, para empezar la diferencia de edad y luego las golpizas, a mí me parece un asunto de locura.
Sí, sí, pero no es para tanto.

Al rato apareció en la cocina Joey y Danni, todos sudados, con la bandeja de plástico llena de panqueques bañados en miel de caña.

Uyyy, ¡qué sabroso se ve eso!- dijo Roberto que era el más gordito y melenudo del grupo-.
Todos a comer- dijo Danni-, todos vengan a comer que ya está servido.
Miren, escuchen esto, se trata de un artículo del profesor Paul Samuelson, un economista famoso que mi papá siempre cita-dijo Nicole- y de inmediato se puso a leer:

AMOR

29 de diciembre de 1969


¿Un economista escribiendo sobre el amor? Después de eso, seguro que los fontaneros se pondrán a escribir sonetos sobre la belleza.
Me refiero, por supuesto, al amor no en el sentido griego de eros, sino más bien de ágape (que la tercera edición del Diccionario Webster define como “amor espontáneo y altruista que se expresa libremente sin cálculo de coste o ganancia para quien lo otorga o de mérito en quien lo recibe”). Pero no estoy seguro de que estos dos conceptos puedan divorciarse-ejem-del todo: puede que los problemas de Soames Forsyte en la cama tuviesen cierta relación con su arrogante sentido de la propiedad.
Si en las siete primeras ediciones de mi manual de introducción a la economía logré omitir la palabra amor en el índice, ¿por qué no puede la octava arreglárselas sola? No es que se me hayan reblandecido de pronto los sesos, de veras. Más bien se me ha despejado la cabeza con cierto retraso: para explicar los hechos científicos que tenemos que explicar, si no hubiese existido el amor habríamos tenido que inventarlo. Es evidente que contradigo lo que me enseñaron en la Universidad de Chicago como primera y única ley de la economía: “Todo tiene un precio”.


Sí, sí, ¡qué divertido!, ¿pero quién entendió lo que leyó Nicole?- dijo Manuel Fernando-.

Y todos los chicos rieron. Y después se quedaron unos instantes en silencio mientras comían los panqueques.
Nicole dijo interrumpiendo el silencio:
- ¡Acaba de pasar un ángel!
Cuando terminaron se dispusieron a coger las cosas y las tablas y meterlas en el Station Wagon de Manuel Fernando.
El viaje empezaba. Todos a bordo en el Station Wagon con rumbo a Jipijapa, Portoviejo, Tosagua, Bahía, pasar la Satation Wagon en la gabarra y de ahí de San Vicente a Canoa.

A los chicos los esperaba largas horas de viaje por una carretera fría, sinuosa y desértica. Horas y horas de viaje. Un viaje largo y perezoso, contemplando los hermosos paisajes desérticos.
En el momento en que salían de Chuyuipe se dieron cuenta que los padres de los hermanos Russo venían en sentido contrario, llegando del Guayas. Danni le dijo a Manuel Fernando que se detuviera y se bajó del vehículo para ir a hacer señales al otro, que venía en sentido contrario para que se detuviera. Danni habló con sus padres y consiguió sacarles algunos sucres, y luego volvió a embarcarse en el vehículo de Manuel Fernando.

Cuando llegaron a la playa de Bahía de Caráquez, ahí se estaba celebrando la fiesta de una chica de apellido Estrada. Todos estaban disfrazados y bebiendo canelazos dentro de una gran cabaña con techo de paja y construcción de caña y todo decorado con globitos y serpentinas.
Apenas pisaron suelo de Bahía fueron al mercado central para proveerse de tamales, bollos, empanadas de camarón, corviches, natillas, huevos fritos con bolón, cebiches de pulpo y mixtos. Todo el grupo comió con apetito después de tan largo viaje y Doménica y Nicole observaban a las chicas de Bahía de Caráquez y a sus habitantes como si fueran seres de otro planeta; una civilización más atrasada en el tiempo, como si en aquel lugar la moda se hubiera estancado en la época dorada de Bob Marley y la música jamaiquina de reggae.

Cuando terminaron de almorzar, subieron por la calle del parque del obelisco y se percataron de que a esa hora de la tarde, ya no funcionaba la gabarra o barcaza que los llevaría a San Vicente y por último a Canoa. Pero los chicos de Bahía no los querían aflojar y las chicas formaron un círculo alrededor de Ingrid, Doménica y Nicole. Todo el mundo bebía, bailaba y bailaba.
Manuel Fernando se enteró por boca de un chico de Bahía de Caráquez, que más allá de la playa de Canoa se encontraban unas cavernas llamadas LOS APOSENTOS, donde se efectuaban encuentros amorosos de todo tipo. Todo eso tenía que ocurrir en marea baja porque si a los amantes los sorprendía la marea llena quedarían atrapados de manera peligrosa. Manuel Fernando tomó nota del dato y se lo guardó para contarlo a los chicos más tarde.
Las chicas estaban cansadas por el largo viaje, así que de manera muy cortés se fueron abriendo del grupo de alocadas danzarinas, que las habían recibido como seres de otros planetas y se fueron directo a la Station Wagon a dormir en los colchones que estaban en su interior.
Roberto y Pava Loca se pusieron de acuerdo con Danni y Manuel de que no era justo que las chicas pasaran incomodidades, y se fueron despidiendo de los demás fiesteros y se fueron a ver si contrataban una lancha que los cruzara a San Vicente. Pero todo fue inútil. Tendrían que pernoctar en Bahía, así que se fueron al hotel VERA y se metieron todos en un cuarto para dos personas.
Aquel hotel de madera estaba provisto de corredores estrechos y paredes de madera pintadas de verde con blanco, que despedían un olor rancio a queroseno.
Las camas fueron ocupadas por las chicas. Por suerte las tablas de los chicos estaban forradas con fundas para dormir o sleepings bags, y el dormir no fue un problema.
En sus inicios, como surfistas, habían aprendido a dormir en carpas pequeñas para dos personas, carpas que se desarmaban con los ventarrones de las madrugadas, y que había que volver a armar medio dormidos, en medio de la noche. En definitiva estaban acostumbrados a pasar incomodidades con tal de correr olas grandes. Como las chicas estaban muertas de hambre, se sirvieron los corviches y las empanadas de camarón que habían comprado en el mercado central de Bahía y que habían guardado como reserva.
En medio de la noche, Manuel Fernando le comentó a Roberto, Pava Loca y Danni sobre el descubrimiento que había realizado sobre aquella playa del amor llamada LOS APOSENTOS, y sobre la advertencia que le habían dicho sobre la marea alta. Tarde o temprano tendrían que ir a conocer aquellas cuevas de rocas empinadas.
Ya era de madrugada y los chicos apagaron las luces y se hizo el silencio. De pronto Zeus, el que nubes reúne, desató una tempestad tropical y empezó a llover torrencialmente y de las paredes del hotel se desprendía una humedad dulce y fragante, que inundó el ambiente con olor a sándalo.
Los chicos se sentían protegidos en aquel pequeño cuarto de dos camas.
Nicole se puso a rezar el padre nuestro mentalmente. Mañana sería otro día.
El tiempo que pasaron durmiendo transcurrió raudo y casi no lo podían creer cuando llegó la madrugada y el amanecer. Todavía se sentían cansados.
Las chicas no se querían mover de sus camas, y Pava Loca estaba apurado porque todos se movieran y se vistieran de manera rápida.
Pronto estaban con destino a la gabarra, que los transportaría con Station Wagon y todo a San Vicente, y de ahí, por la playa, en marea baja, a Canoa. Pasaron por LA OLLA DE BRICEÑO, BRICEÑO y finalmente llegaron a CANOA.
El espectáculo que ofrecía el transporte de la gabarra, con sus aguas de color verde esmeralda y su viento fresco era tremendamente bello y salvaje. Muchos niños pobres se la pasaban lanzándose al agua desde los estribos de la gabarra hasta cuando esta arrancaba con destino a San Vicente.
Era un espectáculo folclórico de primera, el ver a las chicheras cargadas de gente, pollos y mercaderías deslizarse por la arena en marea baja, con rumbo a Canoa.
Cuando llegaron a Canoa lo primero que los asombró fueron el rugido del oleaje que reventaba con gigantescos tumbos de olas sobre las orillas.
Canoa asombraba con su malecón y su calle principal llena de gente y algo de comercio. Pero lo que más sorprendió a los muchachos fue el tremendo desfile que se desplazaba por la calle principal como si los locales se hubieran enterado de que llegaban ellos y lo hubieran ejecutado en su honor. En las esquinas había puestitos que vendían del fuerte canelazo.
El desfile estaba animado por cachiporreras, payasos, fuegos artificiales y la música de la banda local.
Al fondo de la avenida principal estaba el pico con sus olas de tres metros y de dos cuadras americanas de distancia.
Danni divisó una mancha de delfines, cabezas de tortugas marinas, que emergían de vez en cuando. Unos locales estaban jugando voley y los invitaron, pero la necesidad de meterse en el agua era tremenda.
Pronto, pronto, se quedaron en los pantalones de baño, cogieron las tablas y se metieron al agua.
Había que remar del putas, loco. Remar y remar a toda prisa, para evitar las barredoras que se les venían encima. En aquella playa de Canoa, dabas dos pasos dentro del agua y ya estaban mar adentro, vapuleado por fortísimas corrientes marinas. Los chicos se quedaron pasmados, cuando al llegar a la punta de Canoa se percataron que una mancha de delfines se encontraba en el punto de quiebre caracoleando sobre las olas.
El primero en llegar fue Pava Loca, que en el playero de Canoa le daba la espalda a la ola. Rápidamente se posicionó y se fue en una ola de tres metros. De inmediato puso las manos apropiadamente y doblando las rodillas se tubeó en medio de aquella mole de agua. Mientras se tubeaba, Joey iba remando y lo observaba todo hasta cuando él también llegó a la punta para esperar la llegada de las mamas rusas.
La ola de Canoa era un beach break, lo que significaba que no había un point fijo donde coger la ola, sino que era una multitud de picos que se formaban y que los surfistas tenían que remar de un lado para el otro para cazarlos e irse en una de sus olas.
Roberto, Manuel Fernando y Danni remaban despacio, como saboreando el bello momento que estaban viviendo. Cuando llegaron al punto no se apresuraban en coger olas como locos como hacían Joey y Pava Loca, que parecía que estaban en un mano a mano de alguna loca competición imaginaria.
Danni remó una ola de cuatro metros y se fue en ella, dejando una estela de agua en el aire. En la cabeza de Danni sólo había una idea: llegar hasta debajo de la ola y subir lo más aprisa posible.
Las chicas no podían creer lo que estaban viendo. Sus amigos parecían unos puntitos diminutos comparados con el tamaño de las olas que montaban.
Afuera las chicas se frotaban sus estilizados cuerpos con Coopertone, enterraban los pies en la arena, acomodaban el viejo parasol, se entretenían con la vista de la playa virgen y selvática de Canoa y comenzaron a hablar sobre las distintas formas de besar.
Después de un rato de conversación todo se interrumpió, cuando Danni salió del agua para ir directamente donde se encontraba recostada Doménica sobre una toalla. Y luego le preguntó:

-¿Quieres pasear al otro lado del cerro?
¿Qué hay por allá?-respondió inocente Doménica-.
Una playa para enamorados llamada LOS APOSENTOS, ¿quieres venir?
¡Bueno, vamos!

Danni y su enamorada pasaron un buen rato caminando por la playa abrazados hasta empezar a subir por el caminito entre la selva tupida, que los conduciría hasta las cuevas de LOS APOSENTOS.
Cuando llegaron, aprovecharon la marea baja para adentrarse entre el largo laberinto de rocas. Cuando llegaron a una pequeña duna entre la arena, Danni se acostó y le hizo señas a Doménica para que se recueste a su lado. Luego Danni le preguntó dulcemente a su morenita:

¿Hace cuánto que no me besas?
Hace una larga hora –respondió ella con una sonrisa pícara en sus labios-.
¡Déjame besarte!- le dijo Danni-.
¡Bueno!

Danni empezó por juntar sus labios a los de su enamoradita y ella se dejaba hacer tranquilamente, hasta parecía también disfrutar de aquel momento. Entonces Danni le dijo al oído:

Doménica, déjame besarte las tetitas, ¿sí?
¡Danni!- se quejó media asustada y escandalizada Doménica-.
Danni no esperó la respuesta, y suavemente le quitó el traje que cubría sus pequeños pezones. Y llevó sus labios hasta succionar aquellas mamas tiernas y suaves, mientras conseguía arrancar de Doménica suaves quejidos de secreto placer y lamentables ruegos:

No Danni, no, no me hagas daño, por favor.

Entonces Danni reaccionó y se sintió mal por haberse dejado arrastrar por la pasión. Los remordimientos católicos fueron tan grandes, que junto con el sabor amargo que los pezones de Doménica le habían dejado en la boca, se sintió preso de un fuerte malestar. Entonces, con lágrimas en los ojos le dijo:

¡Lo siento!, ¡lo siento mucho mi amor!, ¡perdóname!
¡Qué hiciste, Danni!, ¡qué hiciste!

Ambos muchachos de diez y siete años se sentían avergonzados como la primera pareja pecadora del Edén.

Mientras tanto en la punta de Canoa, Roberto estaba deleitando a las chicas con sus piruetas soul sobre las olas. Parecía que aquella ola de tres metros, tan larga como una cuadra americana, hubiera sido hecha para Roberto. Él bajaba las olas con una gracia y una determinación casi elástica. Tenía un fino sentido para seleccionar la ola que lo llevaría y para dejarse arrastrar por la espuma. Manuel Fernando se concentró en las olas de gran tamaño y de esa manera se sentía libre. Hubo un momento en que agarró una ola que parecía de cuatro metros, de lo grande y descomunal que era, y se fue en ella de lo más tranquilo, como si nada. Pava Loca y Joey se quedaron con la boca abierta, el corazón palpitante, y bien impresionados de semejante proeza.
Después de un rato Danni y Doménica regresaron de LOS APOSENTOS y venían entre preocupados y felices, porque habían abierto nuevas puertas en su vida, traían en sus labios un nuevo conocimiento sobre su sexualidad, y poseían en sus manos el gusto y el terror de un nuevo secreto entre ellos.
Ingrid de inmediato se dio cuenta que algo había pasado allá, porque en el rostro de Doménica se reflejaba algo, un misterio, había una cierta satisfacción que la preocupaba, una sensación agridulce.
El tiempo transcurrió apaciblemente y llegó la hora del crepúsculo. Los chicos empezaron a mostrar los signos del cansancio y del frío.
Cuando salieron del punto, empapados y hambrientos, las chicas los estaban esperando alrededor de una fogata que había realizado Danni con la ayuda de Doménica y todas estaban cubiertas con colchas por el frío producido por el viento de la tarde y la brisa marina.
De inmediato se fueron al hotel Palmeche y alquilaron una habitación con dos literas. Entonces Pava Loca los sorprendió con una noticia nueva y refrescante: había traído de Salinas un cassette con música de un concierto en vivo de Peter Frampton.
Los chicos esperaron que las chicas se bañen con agua dulce mientras se deleitaban con la música de Peter Frampton, su guitarra eléctrica y su sintetizador. Los chicos y las chicas después del baño se deleitaron con algunos manjares que habían comprado en la calle principal de Canoa.
Los chicos estaban muertos de cansancio y sólo querían quedarse, ahí, acostados en la cama sin hacer nada, pero las chicas estaban impacientes por salir a pasear por la avenida única de Canoa para ver qué había de nuevo. Al final tanto insistieron que Manuel Fernando, Danni y Joey accedieron a salir, menos Pava Loca y Roberto que decidieron quedarse acostados en el hotel.
La noche estaba transparente, las estrellas brillaban allá en lo alto del negro firmamento con un esplendor único y sorprendente. Manuel Fernando e Ingrid iban adelante caminando con las manos entrelazadas, Joey y Nicole los seguían de cerca y Danni y Doménica iban en la vanguardia caminando abrazados. De pronto Doménica le dijo a Danni en el oído y en voz bajita:

¡Espero que no le cuentes a tus amigos lo que me hiciste en LOS APOSENTOS!, ¿ok?
No, por supuesto que no, mi amor. Eso es un secreto entre tú y yo. Además si otras personas se enteraran, tendría que casarme contigo, ¿no?
¡No tendrías que casarte conmigo por eso!, además no fue nada, no pasó nada.
¿No pasó nada?- preguntó irónico Danni-. A mi me parece que te arranqué un pedacito de tu vida, ¿no?
¡Tonto de mi vida!- le dijo Doménica-.

De pronto, al final de la calle, llegaron a una cabaña de madera y caña de la que se escuchaba a todo volumen una canción de Bryan Adams, titulada: THE SUMMER OF 69, y resultaba que en aquella cabaña se encontraban cuatro amigos más de los hermanos Russo y se trataban de Jaime, Rod, Chechi y Gustavo.
Jaime estaba asomado en la ventana y los vio y de inmediato los llamó y los hizo pasar. Jaime tenía el brazo enyesado porque en una caída que sufrió en LA FAE, en marea baja, chocó su brazo con una filuda roca y se le partió el hueso.
Cuando Manuel Fernando, Danni y Joey entraron a la cabaña junto con las chicas no podían creer lo que estaban viendo. Sus cuatro amigos habían abierto un cartón de botellas de vino Concha & Toro y se la estaban pasando de lo lindo con la radio de pilas, el ambiente todo iluminado por las velas y el vino que corría como río desbordado por la lluvia. De pronto afuera se empezó a iluminar el firmamento y a escuchar fuertes estampidos provocados por los rayos, truenos y relámpagos y de inmediato se desató una fuertísima lluvia.
Adentro las chicas se acomodaron en el suelo de madera y Nicole las sorprendió al encontrar en un rincón de la cabaña unas cartas para que ella, y sus amigas se pongan a jugar para no aburrirse.
Los chicos empezaron a contarse historias de cuándo habían llegado y se pusieron a beber del dulcísimo vino rojo como la sangre. Todo al compás de los acordes de la música de la banda de Super Tramp, TOTO y de Bryan Adams.
Así pasaron toda la noche, bebiendo y hablando de tabla y de las olas grandes e interminables de Canoa.
Afuera la lluvia se había convertido en tempestad y el agua venía con viento. Manuel Fernando después de unos cuantos vasos de vino sintió caliente la sangre y se fue a acostar al altillo de la cabaña junto con Ingrid. Ahí se quedaron hablando sobre cómo estaría de crecida la marea mañana por la mañana, de cómo serían sus hijitos cuando los tengan, de cómo regresarían a Salinas después de tres días, de la gasolina para la Satation Wagon y del hambre. Ingrid tenía mucha hambre, así que Manuel tuvo que levantarse y bajar por la escalera para preguntarles a los chicos si tenían algo de comer y fue Chechi, quien les respondió:

Tenemos unos sánduches de atún de ahora en la tarde que sobraron y pescado seco con sal, ¿los quieres Ingrid?
¡Claro que sí!, estoy hambrienta, ¡cómo se te ocurre!

Y la enamorada de Manuel Fernando devoró los sánduches de atún con mayonesa con el placer de un náufrago. El hambre de Ingrid contagió a las otras chicas y ellas devoraron todo el pescado seco con sal que quedaba. El pescado seco era una exquisitez de la península y consistía en coger el pescado crudo, bañarlo en sal y dejarlo que se cocine al sol y de esa manera quedaba sabrosísimo al paladar de los turistas.
Después de comer los chicos se quedaron con los rostros iluminados por las velas y Danni empezó a contar la tenebrosa historia del encadenado de Santa Elena. El asunto consistía en que en Salinas en la época remota había un borrachín, que siempre se iba ebrio a la casa después de salir de su trabajo y en una ocasión lo apuñalearon y lo encadenaron en las vías del tren. Lógicamente, cuando el tren pasó, despedazó el cadáver. La tradición cuenta que desde entonces todas las noches, a las doce de la noche, los perros comienzan a ladrar desde Santa Elena hasta Salinas.
Curiosamente Manuel Fernando confirmaba aquella historia porque él era un gran trasnochador y siempre se había familiarizado con los aullidos fantasmagóricos y sin explicación de los perros a las doce de la noche salinera.
Las chicas después de oír tan tétrica historia se quedaron despiertas, con los ojos bien abiertos, mirándose las unas a las otras, hasta bien entrada la madrugada.

QUINTA PARTE

EL SEGUNDO DIA EN CANOA
Cuando terminó de llover y las chicas se hubieran aburrido de jugar y jugar cartas interminablemente, de jugar al acusado y al teléfono, los chicos decidieron regresar al hotel PALMECHE, y se despidieron de los cuatro amigos que estaban ya acurrucados en sus fundas de dormir, que también utilizaban como forros para las tablas.
Aquella noche en Canoa el clima era incomprensible. La noche lucía despejada, estrellada, y al momento del cielo se desprendía un aguacero, que ya casi parecía una tormenta eléctrica, y luego,, nuevamente volvía a escampar, pero ahora, la noche en aquel punto de la costa y fin del mundo, lucía nublada, fría y el ambiente estaba lleno de humedad.
La única calle principal estaba casi intransitable por el lodo provocado por la lluvia y cuando llegaron al hotel PALMECHE, tuvieron que sacarse los zapatos y llevarlos en la mano al cuarto.

Cuando entraron al cuarto todo estaba oscuro y tuvieron que encender la luz. Al ver que Pava Loca y Roberto estaban dormidos en sus respectivas fundas de dormir, dejaron para mañana la noticia de que habían llegado a Canoa Chechi, Jaime, Rod y Gustavo.
Esta vez Danni se acomodó en una litera junto a Doménica y Manuel Fernando se acomodó en la otra con Ingrid. Joey se metió en su funda de dormir y Nicole se fue a la cama de una de las literas.
Las noches en Canoa son silenciosas, muy silenciosas. La humedad hacía transpirar los cuerpos y Joey no podía dormir porque el vino le hacía hervir la sangre. De pronto se destapó, se levantó, cogió la radio de pilas con el cassette de Peter Frampton y se fue a la cama. Ahí la encendió para escuchar la música con volumen bajito y después de escuchar algunas canciones se quedó sumergido en el negro abismo del sueño.
Afuera los dioses observaban.
La aurora de dedos rosa pronto apareció por la ventana del hotel PALMECHE y el primero en levantarse hambriento fue Pava Loca. Con su cuerpo delgado, su larga melena a lo Marck Richards, de amplias espaldas, se dirigió al baño y se cepilló los dientes. Cuando salió, Roberto lo estaba esperando para entrar al baño pues tenía urgencia de orinar y evacuar.
Poco a poco se fueron levantando el resto de la gallada y de inmediato les empezó a rondar a todos una sola idea en la cabeza: ir a desayunar.
Las chicas se vistieron con sus trajes de baños y sus abrigos y se fueron a desayunar a un restaurant que quedaba junto a la playa. Las mesas eran de madera y sobre ellas los dueños habían colocado unos plásticos de diferentes colores que las cubrían completamente. Aquellos manteles estaban limpios, recién restregados para evitar a los turistas la molesta compañía de las moscas.
Desde donde estaban podían ver el punto de quiebre y se dieron cuenta que el mar estaba agitado, las olas estaban grandes después de la tormenta de anoche.
Los chicos bebieron rápidamente su taza de café y se comieron aprisa sus bolones de verde con tocino y se fueron directamente al mar.
Las chicas lo hicieron todo con más calma, masticaban despacio, con sus ojos se extasiaban de la hermosura del paisaje compuesto por arena amarilla, vegetación verde del cerro junto ala punta y el mar azul. Toda la atmósfera era salvaje y una borrachera de colores y olores primitivos, completamente diferentes a los de la gran ciudad con sus cloacas pestilentes, su ruido contaminante, el ajetréo y los alaridos de los choferes que siempre pitan...

Cuando los chicos llegaron a la orilla, descubrieron la figura alta y regordeta de Jaime con su brazo enyesado, y junto a él, se hallaba Rod, todo mojado y secándose con una toalla, ellos estaban impacientes por colocar la cera sobre la tabla y el cordón salvavidas en los tobillos.
Pronto se metieron en el agua sólo para descubrir que mar adentro estaban Chechi y Gustavo, remando contra la corriente.
Joey se quedó afuera un momento ayudando a las chicas a armar el parasol, haciendo compañía a Nicole y mirando el horizonte de la playa cubierto parcialmente por una neblina, rota apenas por el estruendo que producían las olas al reventar sobre el mar, olas gigantescas y feroces.
De pronto Rod y se dirigió a Joey y le dijo con tono solemne:

Oye pelado. Ven acá. Ténme este cigarrillo.

Y le puso en la mano a Joey un cigarrillo de marihuana. Y luego agregó:

Este cigarrillo es sólo para mí cuando salga de hacer tabla para ver el atardecer.
Bueno.-le contestó nervioso Joey-.

Después de un rato apareció fuera del agua la figura de Chechi y se le dirigió a Joey y le preguntó:

Rod te dejó un grifo, ¿no?
Sí, pero me dijo que no me lo fumara que era sólo para él para después de surfear y para ver la caída del sol.
No importa, no importa, dámelo que yo lo prendo, y si Rod te dice algo yo le digo que me lo fumé yo.
¡Estás loco, hermano, ese hijoputa es capaz de sacarme la chucha por ese bate!
No te preocupes pelado que yo hablo con él. Vamos, vamos, rápido enciéndelo ya, apúrate.
Además están las chicas, imagínate lo que van a pensar.
No te preocupes que yo me voy caminando por la playa y no se van a dar cuenta de nada.
Bueno, toma tu grifo, yo no sé nada de todo este asunto, yo me desentiendo de este lío que vas a formar.

Y efectivamente se fue Chechi por la playa con rumbo a las cuevas de LOS APOSENTOS, fumándose su grifo y disfrutando del paisaje, mientras las chicas se lo quedaban viendo con reprobación. Cuando Joey se acercó al grupo de las chicas éstas lo cogieron a cargo y lo interrogaron como si fuera un delincuente.

¿Y qué quería Chechi?-le dijo Ingrid a Joey-.
Nada quería que lo acompañe a conocer LOS APOSENTOS, pero le dije que allá sólo van las parejas de enamorados a toquetearse, ¿no?

Y cuando dijo esto, Doménica agachó la cabeza y se puso coloradita. Ingrid en seguida tomó nota de este asunto y se quedó pensativa mirando el horizonte marino donde se dibujaban las siluetas de los chicos cogiendo olas de manera automática y bajándolas desde una altura de vértigo. Ellos sí que sabían pasarla bien. A ellas sólo les tocaba echarse el bronceador y coger el poco sol que despuntaba aquella mañana en Canoa.
Pero justo atrás de ellas los locales habían improvisado una cancha de voley ball y a Nicole se le ocurrió la idea de echarse, con las muchachas, un partidito junto a Joey, que de inmediato dijo que sí.
Así que Doménica e Ingrid hicieron un equipo y Nicole y Joey hicieron pareja para enfrentárseles en un juego amistoso, teniendo como árbitro a Jaime con su brazo enyesado.
Mar adentro Gustavo y Danni se estaban disputando una ola gigantesca de tres metros que venía toda oscilante desde el horizonte. Cuando Danni la cogió ya estaba sobre ella Gustavo y éste le dijo:

Heeey, salte que esta ola es mía.

Y Danni se quedó pasmado viendo impotente como Gustavo se iba en una olota descomunal. Más atrás Manuel Fernando se iba en una ola que parecía de cuatro metros y en verdad os digo que este muchacho era un surfista de alto nivel.
Rod empezó a remar una ola que Pava Loca le cedió gustoso. En ese momento en Canoa había olas grandes hasta para regalar. Rod empezó a remar y remar aquella ola y finalmente la agarró hasta irse y bajar la concha que rápidamente se formó. Fue un descenso espectacular. Algunos locales de Canoa se empezaron a aglomerar en la playa para ver a estos turistas bañarse y hacer sus acrobacias sobre las olas furiosas.
Después de un rato Danni le puso el ojo a una ola grande, la remó y logró irse en ella. La ola era tan perfecta que una vez cogida la ola, de inmediato Danni logró tubearse dentro de ella.
Cuando pasaron las tandas de mama rusas a Pava Loca no le quedó más que conformarse con las olas que ya había corrido hasta que de pronto atrás en el horizonte empezaron a aparecer unas enanas blancas, que eran tubulares y rapidísimas y entonces Pava Loca decidió que era el momento y la oportunidad que estaba esperando.
Pava Loca remó con toda su fuerza una enana blanca que ni bien la cogió, el grueso labio del pico le reventó en la espalda y lo tubeó. Al mismo tiempo Pava Loca, con un equilibrio increíble, descendió por el filo de la ola salvando la peligrosa concha hueca que se había formado en esta olita rapidísima de dos metros.

Cuando Chechi terminó de fumarse el cigarrillo de marihuana de Rod, se detuvo en el camino selvático que lo conducía a través de las montañas con rumbo a los aposentos, y regresó a Canoa. Caminar por en medio del follaje grifote era toda una aventura, pero había que tener cuidado con las garrapatas que pululaban por entre esos montes. Aquellos bichos diminutos podían beberse tu sangre hasta crecer tres veces más de su tamaño normal.

Danni cansado de correr olas y deseoso de sentirse cerca de su enamorada, cerca del tierno calor de su cuerpo, cogió una ola y se fue a la orilla. Salió todo encharcado de agua salada, enterró la tabla hasta dejarla parada en la arena húmeda y caminó hasta donde estaba Doménica toda agitada y sudada mientras jugaba voley ball.
Con una sonrisa en los labios y con una mirada pícara le dijo mientras la miraba profundamente a los ojos:

¿Quieres ir de nuevo a LOS APOSENTOS?

Y ella le respondió aterrorizada, pero llena de entusiasmo:
¡Bueno!

Ingrid le dijo:

¡Doménica no te vayas que descompletas el equipo!

Pero Chechi, que estaba grifote de espectador del partido le dijo a Ingrid:

Déjalos a los tórtolos que se vayan a pasear por la playa. Yo ocuparé el lugar de Doménica. ¡A ver, a ver!, ¡juega!

Danni y Doménica se fueron abrazados por el viejo caminito en medio de la selva hacia las cuevas de LOS APOSENTOS. Sus corazones palpitaban aprisa porque ambos sentían una necesidad de tocarse, de besarse, de desnudarse y apretar sus cuerpos, de fundir sus almas.
Cuando entraron en las cuevas y estuvieron frente a la duna donde se habían tocado la vez anterior, Doménica fue la primera en acostarse sobre la arena y Danni se sentó junto a ella. Estaba sumamente nervioso. El corazón le latía poderosamente. Doménica le tocó el hombro en señal de que se relajara y Danni se acostó junto a ella y se volteó para mirarla. Entonces Doménica le dijo:

¿No quieres besarme?
Sí, tengo muchas ganas.

Entonces Danni juntó sus labios contra los de ella y luego le besó el cuello y Doménica esta vez no protestó para nada y cuando Danni llegó a sus pequeños y duros pechos, ella se quitó despacio el sujetador de baño, y Danni pudo succionar con más libertad aquellos pezoncitos morenos. Doménica se sentía aliviada porque desde la última vez que Danni la había tocado e interrumpido se había sentido angustiada, su entrepierna estaba siempre húmeda y no sabía lo que la excitaba tanto. Ahora que Danni había vuelto a depositar sus labios sobre sus chichis todo era mejor y ella sentía una tranquilidad y un placer que nunca antes había conocido.
Danni, en cambio, sentía un endurecimiento de su miembro viril, que lo molestaba tanto. Sentía como si una fuerza viva estuviera a punto de desbordarse fuera de él. De pronto decidió no detenerse en las chichis de su enamorada y con sus labios siguió bajando por el abdomen hasta llegar a su entrepierna. Y entonces fue cuando ella se asustó un poco porque nunca nadie la había tocado por ahí. Y decidió advertirle:

¡Cuidado Danni, piensa bien lo que vas a hacer!
Es que me gustas tanto- le respondió Danni-.
No ahí no, por favor- le dijo agónicamente Doménica-.

Pero Danni le fue bajando el pantalón de baño a su enamorada muy lentamente hasta dejar al descubierto su pequeña matita de vello púbico, que estaba empapada de deseo. Danni hundió muy suavemente sus labios en aquel oloroso matorral y restregó sus labios hasta que se decidió utilizar su lengua para explorar la virginidad de Doménica.
Aquellos pliegues de piel estaban saladitos y tenían un olor peculiar. Este proceder arrancaba quejidos a Doménica y unas lágrimas afloraron en los ojos de la niña. Pero Danni ajeno a este drama sólo estaba concentrado en saciar su sed de pasión. Con su lengua recorría de arriba abajo y de izquierda a derecha en aquella hendidura provocándole grandes estremecimientos a Doménica, que sentía que sus entrañas se le iban a salir por entre sus entrepiernas. De pronto se sentó y agarrando con las dos manos la cabeza de Danni le dijo:

¡Ya basta papito, nos estamos haciendo daño!

Y Danni le respondió:

Está bien, está bien. Discúlpame, pero siento que te amo mucho.
Yo sé, yo sé, pero tenemos que controlarnos.

Y de pronto Doménica se percató del miembro endurecido de Danni, que sobresalía por debajo de su pantalón de baño. Y entonces hizo algo sin pensar. Llevó su pequeña mano hasta allí y le apretó el falito endurecido y luego le dijo:

Quítate el pantalón, pronto.

Y Danni, todo tembloroso, se desabrochó el pantalón y su miembro duro como una roca brotó hacia fuera. Y Doménica se acercó y llevó sus labios hasta la cabeza del falo y se metió la pieza de carne en la boca hasta tragárselo todo. Esta vez fue Danni quien la detuvo y la abrazó bien fuerte. Luego le dijo:

¡Vámonos!
¿Hice algo malo?
No mi amor, todo está bien, pero tenemos que detenernos. Vámonos, caminemos hasta Canoa y respiremos el aire puro hasta tranquilizarnos.

Mientras tanto en la playa de Canoa, Rod salía de surfear y fue directamente adonde se encontraba Joey y le preguntó:

¿Dónde está mi bate?

Y al ver que Joey se ponía nervioso porque no aparecía Chechi, le preguntó amenazadoramente:

¿Te fumaste mi bate?

Entonces apareció Chechi y le dijo en tono amistoso a Rod y para que se calmara:

Ya tranquilo Rod, no le vas a pegar al pelado. Yo le dije que me lo diera- y Joey se apresuró a confirmar aquella noticia-.
Sí, sí, es verdad él me convenció de dárselo, fue él.

Y Chechi continuó:

Ya Rod, tranquilo, que no pasa nada, yo te doy ahora de noche de mi funda.
Sí, pero yo quería fumarme un grifo después de surfear para ver la caída del sol, ¿no?

Entonces aparecieron Ingrid y Nicole y al ver el rostro pálido de Joey les preguntaron:

¿Qué es lo que pasa, qué son todos esos gritos?
No pasa nada, no pasa nada-dijo Chechi-. Vamos a seguir jugando Voley, vamos.

Y Joey se fue a jugar Voley en el equipo de Nicole.
Últimamente se habían enfriado las cosas entre ellos. Cada cual andaba por su lado, aunque se acostaran juntos en la misma litera. Era como si Nicole le tuviera miedo y él no quisiera perturbarla para nada y pasar silencioso y desapercibido.
Al final el viaje no había resultado para Joey como él lo había pensado. Las olas eran demasiado grandes y demasiado largas. Y cada vez que cogía una ola tenía que correrla hasta la orila y eso significaba que terminaba a casi medio kilómetro de la playa donde estaban las chicas, y de ahí tenía que regresarse a pie por la playa. Simplemente era demasiado esfuerzo luchar contra la corriente y venirse remando por el mar. La corriente era de mar abierto y halaba durísimo.
Mientras Joey se encontraba en estos pensamientos aparecieron los tórtolos con cara de ser pecadores e Ingrid se la quedaba mirando a los ojos a Doménica como tratando de adivinar lo que estaban haciendo allá y Doménica con una sonrisa de picardía en los labios esquivaba aquella mirada inquisitiva que le dirigía su amiga.
Danni empezó a recoger leña y maderos secos que habían encallado en la arena, papel periódico y basura combustible para hacer una fogata. Cuando la encendió provocó una llamarada gigantesca que alumbró el cielo que empezaba a esconder al sol para dar paso a la noche.
Mar adentro el mar no paraba de generar olas gigantescas, pero los muchachos ya daban señales de agotamiento y frío. Así que, poco a poco, fueron saliendo a la playa a calentarse en la fogata de Danni.
Los chicos comentaban que no había mejor sensación que llegar a una playa que no tiene olas y que de pronto se empieza a picar y a generar olas tras olas hasta ponerse tuco y de gran tamaño.
Luego la sensación de poder de surfear todo el día, salir a comer, y volverse a meter al agua a seguir surfeando. Simplemente no había nada que se puede comparar a esa clase de felicidad.

Pava Loca se puso a contar a los chicos que en una ocasión al viajar a San Mateo se encontró con que la furia del invierno había arrastrado dos puentes entre Manta y San Mateo, y él y Roberto tuvieron que cruzar un río correntoso con el agua hasta el cuello agarrados a una poderosa soga.
Joey hablaba de que los adelantos que un surfista hace en el deporte son mágicos porque simplemente salen, aparecen, sin que uno los espere. Ni te enteras cuando te empiezan a salir las maniobras más inverosímiles e inesperadas.
Manuel Fernando hablaba de que lo que más le gustaba eran las fiestas de pueblo y los matrimonios porque se escuchaba una música ya pasada de moda en el Guayas, y la gente trataba a los turistas de una manera especial como si ellos fueran seres de otro planeta.
Rod y Chechi contaron que en una ocasión cuando regresaban de noche del pueblo a la punta de San Mateo, donde tenían la carpa armada, les salieron unos policías, que les pidieron documentos, y ellos a pesar de que les dijeron que eran surfistas, ante la necedad e insistencia de los policías, tuvieron que decirles que si querían ver papeles, tenían que subir el cerro hasta las carpas, porque ahí estaban sus papeles y en medio del camino-dijo Chechi asombrado y cabreado-, éste hijoputa de Rod salió corriendo...
- Y yo tuve que convertirme en fugitivo de la ley, y salir corriendo también hasta perdernos en el desierto. Y dormimos en medio de la nada, soportando el frío y los policías estuvieron buscándonos toda la noche y gritando. Cuando amaneció, fuimos a la carpa. Los policías ya se habían ido. El cuerpo nos dolía tremendamente por haber dormido en la arena y los matorrales del desierto, y cuando llegamos al cementerio donde estaban armadas las carpas nos dimos cuenta que había una fiesta escandalosa en el cementerio, que los locales, pescadores de San Mateo, habían organizado por el día de los difuntos. Luego Rod dijo:

¿Te acuerdas cuando en una ocasión llegamos a Montañita grifotes y lo hicimos en el momento en que caía el sol?
Sí, sí me acuerdo, estábamos trepados en el techo de la chichera y presenciamos un espectáculo incomparable.
¿Por qué los surfistas fuman marihuana?-preguntó Ingrid-.
No lo sé-contestó Rod-.
Tal vez la marihuana forma parte del estilo de vida de un deportista que continuamente experimenta grandes descargas de adrenalina-se atrevió a opinar Nicole-.
¡Vaya Danni!, ¿de dónde han sacado a esta niña prodigio?- dijo Chechi-.
No deberían fumar marihuana, así todos drogados en medio de las olas furiosas se pueden ahogar-dijo Doménica, preocupada por Danni-.
Lo que pasa es que es super divertido fumar marihuana. Te mueres de la risa. En una ocasión nos fuimos grifotes a visitar una hacienda ganadera por Canoa, y cuando nos sentamos sobre unos maderos, todos alucinados, para ver las vacas, a mí y a Chechi nos dio la impresión de que todas las vacas nos estaban mirando y que sabían que estábamos grifotes. Y fue una idea que a se nos ocurrió a mí y a Chechi al mismo tiempo- dijo Rod sin que se le pueda ocurrir una explicación más intelectual para responderles a las chicas-.
La marihuana no es inofensiva del todo. Tiene radicales libres que son muy irritantes y provocan cáncer al pulmón y a la garganta. Pero por otro lado su consumo está tan generalizado que muchos intelectuales hippies quieren legalizarla- dijo Danni-.
Además hasta ahora no hay un solo registro de una muerte por sobredosis de marihuana, ¿sabían?- dijo Jaime y se frotó su brazo enyesado-.
Bueno, será mejor terminemos esta conversación y nos vayamos a descansar y a bañarnos. Me pica todo el cuerpo por la arena-dijo Ingrid-

De esa manera concluyó el segundo día en Canoa.
Cuando Danni y sus amigos llegaron al hotel PALMECHE estaban sumamente cansados y desesperados. Las chicas estaban impacientes por meterse en la ducha y los chicos estaban hambrientos, pero agotados. Sucios pero felices. La corrida había sido sensacional. Manuel Fernando tenía hinchadas las piernas y los brazos de tanto correr olas gigantescas. Joey le contó a Danni sobre el incidente con Rod y su grifo de yerba y el escándalo que le hizo en la playa. Danni tenía la mente clavada en todo lo que estaba haciendo con Doménica y lo que más le preocupaba era que quería más, y muy en el fondo, sabía que ella también quería más. Roberto y Pava Loca se peleaban el turno de tener la radio para escuchar las canciones de Peter Frampton, pues no había más música que escuchar en todo el maldito pueblo.
Cuando las chicas terminaron de bañarse y acicalarse nuevamente, quisieron salir a pasear por el pueblo ya que desde el hotel se escuchaba el ruido que hacían los locales al celebrar una fiesta. Y esta vez todos los chicos quisieron salir a ver qué pasaba.
Ingrid no la dejaba en paz a Doménica con sus preguntas sobre qué era lo que hacían en aquella playa para los enamorados llamada LOS APOSENTOS. Nicole prefería no enterarse de nada y cada vez que se acostaba en una de las literas se sorprendía de la cantidad de arena que tenían, en una ocasión dijo:
UF, aquí hay más arena que en la playa.
Porque los chicos se acostaban después de llegar de la playa. Toda esta sensación de libertad era algo nuevo para Nicole y la mareaba un poco cuando lo Empezaba a razonar todo. El tener que vivir con aquellos chicos mayores y sus amigas le había abierto la mente un poco y le había ensanchado su horizonte. Pero extrañaba la privacidad y la meticulosa limpieza de su hogar y de su habitación.
Cuando salieron a la avenida única de Canoa fueron testigos del desfile y el ambiente de fiesta. El canelazo campeaba por sus respetos en cada esquina de aquella calle. Todo era una locura y cuando llegaron a la cabaña donde estaban alojados los otros amigos de Danni se alegraron mucho al ver que ellos sí tenían algo que comer. Jaime había conseguido un balde de queso fresco y todos estaban rebanándolo para comerlo. De pronto se escuchó una gran explosión y se fue la luz en todo el pueblo de Canoa. Para rematar se empezó a escuchar tronar el cielo y de pronto empezó a caer un tremendo aguacero. Las chicas se sentaron juntas en el altillo y entre risas nerviosas de complicidad se iban comiendo sus porciones de queso fresco. Para sus paladares hambrientos aquellas porciones de queso eran las cosas más exquisitas del mundo. Abajo Chechi y Rod empezaron a descorchar una botella de vino Concha y Toro y al juntar el rojo líquido con las porciones de queso se sentían los hombres más dichosos del mundo. Manuel Fernando encontró en una funda de dormir un cassette del grupo Rush y se puso feliz de tener otra clase de música aparte de Peter Frampton. Lo colocó en la casetera y ahora sí el ambiente estaba completamente loco con la música esquizofrénica de RED BARCHETA.
Cuando quedaron hartos de comida y bebida se empezaron a acurrucar en sus fundas de dormir y los hermanos Russo y sus amigas comprendieron que era la hora de marcharse, era increíble como todo había transcurrido tan rápido.

SEXTA PARTE
EL TERCER DIA EN CANOA
Danni y sus amigos se estaban quedando sin ropa limpia y sin dinero. Toda la noche había llovido en el pueblo y la humedad se filtraba en la pequeña habitación del hotel. La noche transcurría lentamente y Danni no podía dormir y como estaba acostado junto a Doménica le susurró al oído:

¿Estás dormida?
No puedo dormir con este calor, ¿y tú?
Tengo muchas cosas en la cabeza. No dejo de pensar en ti y en mí.
¿Te preocupa todo lo que hemos hecho?
No sé, no sé. Es una sensación extraña el sexo prematrimonial. Tengo tantas ganas de tenerte, pero luego tengo miedo y me entran muchas dudas. Lo peor de todo es el arrepentimiento. Mis padres no son una pareja ejemplar, ¿sabes? Todo el tiempo se la pasan peleando y discutiendo y parecería que ya no se aman y que se odian. No quiero que eso nos pase a nosotros.

Y Doménica se viró en la cama para abrazar a su afligido enamorado y le dijo con ternura:

No te preocupes por eso, mi amor. Nosotros somos diferentes y nada de eso nos va a pasar. Ya quédate tranquilo, nosotros vamos a ser felices como mis padres, que llevan muchos años de casados, y no necesitan nada en el mundo aparte de ellos dos. Yo soy una mujer muy fiel como mi madre.
Además me preocupa Joey. Hoy pasó un susto terrible. Rod lo amenazó con caerle a puñetes porque creía que se le había fumado su bate.
¿Qué pasa con Joey? Déjalo en paz que se haga hombre. Además hoy estuvo todo el tiempo con nosotras sin despegársele a Nicole. Y Nicole, me parece que ya está harta de Canoa y se quiere regresar a Salinas. La vida vagabunda y nómada del surf no le llama mucho la atención.
Bueno, por suerte, mañana es el último día. Surfeamos en la mañana y nos vamos. Es una maldita desgracia porque las olas están tremendamente poderosas.
Sí, pero estamos completamente chiros. Sin un sucre partido por la mitad y vamos a pasar hambre. A Ingrid no le importa, por lo que veo, ella es como la sombra de Manuel Fernando. Esa sí que es una pareja de enamorados ejemplar. Y a propósito de Ingrid, ¡no para de preguntarme y de sonsacarme lo que hemos hecho en LOS APOSENTOS!
¿Y le dijiste algo?
¡No, qué estás loco!
¡Por Dios no se te ocurra decirle nada porque todo el mundo se enteraría y se armaría un escándalo! Tendríamos que casarnos.
Nadie se va a enterar de nada, papito. Todo eso es un secreto entre tú y yo.

De pronto en medio de la oscuridad de la noche se escuchó una queja:

SSSSHHHH, por favor dejen de cuchichear, cállense y dejen dormir.

Aquella segunda noche en Canoa estuvo llena de humedad acompañada por el ruido que las gotas de agua hacían en el techo del hotel. Rayos y truenos estallaban en el negro firmamento y Danni comprendió que en el mundo existían fuerzas poderosas e inimaginables. Comprobó la existencia de Zeus el que nubes reúne.
Cuando amaneció la aurora de dedos de rosa se posicionó sobre el pueblo de Canoa con su máximo esplendor. La primera en despertarse fue Nicole que no sabía el momento en que los chicos regresaran a Salinas para quedarse metida en el baño una hora y sacarse toda la arena y el sudor pegajoso que la incordiaba.
Se moría de hambre y fue a despertar a Doménica para que se levantara rápido y la llevara a tomar desayuno como si ella fuera su madre y la culpable de todo aquel lioso viaje al fin del mundo.
Pronto las chicas se levantaron y se turnaron para meterse en el baño para lavarse los dientes, orinar y peinarse.
Pava Loca se levantó de buen humor aquella mañana y ya estaba impaciente por meterse al agua a remar y seguir cogiendo olas, el hijoputa era una máquina de surfear.
Cuando los chicos estuvieron listos empezaron a hacer la vaca para reunir todos lo sucres que les quedaban para pagar un buen desayuno. Con el importe del dinero se fueron al mismo saloncito junto al mar de mesas cubiertas de plástico para desayunar huevos duros con café puro.
Pava Loca fue el primero en llegar al punto de quiebre y de inmediato se percató de que la punta estaba repleta de pequeñas manta rayas. Sus rabos ponzoñosos eran un peligro para los deportistas y esto lo puso inquieto. Joey no sabía cómo remar entre tanta manta raya sin llegar a tocar una de las espinas venenosas que llevan en el rabo.
Las olas habían perdido poder, pero seguían siendo grandes y tubulares y Roberto sentía verdadero placer de irse en cada una de ellas y bajarlas con su estilo suave, carente de movimientos bruscos, un estilo soul, donde la elegancia de los movimientos era el lenguaje con que se transmitían las sensaciones que el observador captaba.
Cuando Danni se percató del congestionamiento de manta rayas en el agua, de inmediato le dijo a su hermano que se saliera del agua, pero éste le respondió que como hoy era el último día de surf no se lo quería perder por nada del mundo.

Afuera las chicas recibían la ayuda de Manuel Fernando para colocarles el parasol, para que les untara en las requemadas espaldas las porciones de Coopertone y para conversar un rato. Manuel Fernando se dio cuenta de inmediato que las olas habían perdido altura y a él no le gustaba correr olas sin fuerza. Había traído la radio de pilas y se deleitaba escuchando una y otra vez las canciones de Peter Frampton, Donna Summer, Kool & The Gang y sobre todo la canción RED BARCHETA del grupo RUSH.
Ingrid disfrutaba las pocas ocasiones en que su fiel y eterno enamorado se quedaba en la playa junto a ella. Y en estas raras ocasiones ella le leía interesantes artículos del Selecciones del Reader’s Digest, que tanto le gustaban a ella. Ingrid siempre llevaba unas dos o tres revistas a la playa para leer mientras cogía sol, aunque sólo podía leer cuando el tiempo estaba nublado porque el resplandor del sol le dañaba las retinas.
De pronto Manuel Fernando le dijo a Ingrid:

¿Quieres ir a conocer las cuevas de LOS APOSENTOS?
¡Bueno!- le dijo ella-.

Y Doménica se puso colorada y se sonrió. En aquellos momentos soñaba despierta con Danni y con la forma como la tocaba y se unía a ella. La pasión la atormentaba y quería que Danni de verdad hiciera algo para que ella vuelva a sentir que las entrañas se le escapaban del cuerpo. Pero por otro lado tenía miedo de que alguien los viera. Aunque era imposible que la pequeña y aburrida Nicole los siguiera y los atisbara. Pero sería vergonzoso ser sorprendidos por otros turistas que también iban a aquella playa a tocarse y besarse.
Manuel Fernando e Ingrid se deleitaron con el paisaje al subir por el estrecho sendero selvático a la pequeña loma para llegar a LOS APOSENTOS y ver desde ahí la magnificencia soleada y apabullante del mar.
Cuando llegaron se quedaron verdaderamente impresionados de la altura de aquellas cuevas y pronto se fueron adentrando por los túneles hasta llegar a unas dunas de arena donde se sentaron. Entonces Manuel Fernando le dijo a su enamorada:

-¡Bueno, aquí es donde comienza lo bueno!
¡Estás loco, qué me quieres decir!- le dijo asustada Ingrid-. Será mejor que regresemos, ¿no hay peligro de que suba la marea y nos quedemos atrapados?
Espérate un momento bomboncito, que quiero darte un besito-le dijo Manuel Fernando-.
No seas loco, alguien puede venir. Ya déjate de esas cosas que para eso tenemos el cuarto de mi casa, ¿no?

Y Manuel Fernando creyó escuchar algo, unos pasos, que no eran en realidad nada más que el ruido, el eco de las olas al golpear contra las rocas y se le quitaron todas las ganas de hacer cariñitos a su enamorada. Así que pronto se encaminaron para la salida sin dejar de admirar las formaciones rocosas, que con la fuerza del viento y del agua de mar habían formado aquellas cavernas.
Mientras tanto Roberto, Danni, Joey y Pava Loca habían llegado a la conclusión de que el surf en Canoa había llegado a su fin. Las olas eran cada vez más débiles y el agua estaba infestada de manta rayas, así que decidieron marcharse a Salinas.
Cuando salieron a la orilla se percataron que las chicas habían iniciado una fogata con papeles de periódico, maderas sueltas y basura combustible. Allí estaban sentadas alrededor de aquella fogata, tratando de protegerse del viento helado y de la brisa que venía del mar. Después de un rato llegaron Manuel Fernando e Ingrid y se unieron al grupo. El cielo estaba completamente nublado, el día era gris y amenazaba con lluvia. Nicole estaba desesperada por regresar a Salinas y Doménica se ponía nerviosa por sus silencios prolongados y por su cara de malestar. De pronto Manuel Fernando dijo:

¡Bueno ha llegado el momento de regresar a Salinas!, así que nos vamos.
YUUUpiii-dijo Nicole-.
Sí, estuvo chévere la corrida en Canoa-dijo Danni-.
Adiós, adiós, Canoa, playa salvaje e increíble-dijo Joey-.
Nunca en mi vida he corrido olas tan largas-dijo Roberto-.
¿Cuándo organizaremos otro viaje para acá?-preguntó Pava Loca-.
Cuando tengamos dinero- respondió rápido Danni-. Ya sabemos que para venir acá hay que traer dinero.
Entonces Danni le empezó a hablar a Doménica sobre el buceo y le preguntó si ella quería acompañarlo a una excursión subamarina en los restos de un gran barco de carga que se hallaba sumergido en la playa sur de Chuyuipe, y Doménica lo pensó un rato, pero estaba tan enamorada de Danni que no le podía negar nada y le contestó que sí.
Y ella le dijo que sí porque lo amaba.
Y pronto todos recogieron sus tablas, sus toallas y se dirigieron al hotel de PALMECHE para embarcar sus cosas en la Station Wagon y regresar a Salinas.


FIN
PUNTA CARNERO

Danni y Joey se levantaron temprano ese día para desayunar café con leche y verdes asados. Joey se fue a la despensa de la playa a comprar pan, y regresó con unos pancitos pequeños, con forma de pez y olor a leña, que estaban sabrosos.
Cuando Joey regresó, y entró en la casa, los hermanos se sentaron a desayunar, y Danni le leyó unas noticias curiosas que habían aparecido en el periódico:

PERRO DISPARO CONTRA CABEZA DE CAZADOR

STRAENGNAES, Suecia, (AFP).- Un perro hirió a un cazador de un disparo en la cabeza, que le produjo la pérdida de un ojo, anunció la radio sueca.
El propietario del arma, otro cazador, puso su fusil cargado en el suelo y se retiró tras unos arbustos a cumplir con un llamado de la naturaleza. El perro, buscando a su amo, llegó corriendo y pisó el arma, disparándola.
El dueño del perro ha sido acusado de intento de homicidio involuntario. Ambos hombres tienen 60 años de edad. Se ignora la edad del can.


Luego de reírse por un buen rato, desayunaron, a veces en silencio, a veces hablaban, y de lo que hablaban era de lo mismo de siempre: que cuándo llegarán los papis; si ya se habrán reconciliado; si siempre seguirán peleando por todo y nada; que ojalá mejore el carácter de la mami. Los padres de los hermanos Russo eran una pareja completamente disfuncional. Aquel matrimonio nunca estaba del todo bien, siempre los aquejaba un resentimiento, siempre había de por medio alguna disputa. El padre, Sam Russo era un hombre que no le gustaba recibir órdenes de nadie y menos de su esposa cuando ella estaba colérica. Doris, en cambio, tenía un carácter de pocas pulgas, y montaba en cólera por todo y nada. Aquel matrimonio vivía en una constante pugna de poderes.
De todo este enredo lo que único que resultaba es que los hermanos Russo habían decidido utilizar el surf para escapar de casa, conocer la libertad, hacer deporte y vivir la vida lo más independientemente que se pueda. Escapar a la playa era para los chicos enfrentar la vida de una manera diferente, fuerte, pero era el antídoto para olvidar su miserable y traumática realidad familiar.

En ese momento Joey se levantó de la mesa, cogió la radio de pilas y empezó a escuchar una canción de ELTON JOHN, titulada: Bennie and the jets.

¡Ah!-dijo Danni-. Eso era lo que faltaba aquí.
¿Cómo vas a hacer para conseguir que Doménica vaya a Canoa contigo?, tienes que decírmelo para ver si te copio la estrategia y yo le saco el permiso a Nicole. A propósito, ¿qué piensas de Nicole?
Que está esperando el momento de que te le declares, esa chiquita se muere por ti-dijo Danni-.

Y en ese momento comenzó, por coincidencia, a sonar la canción de ELTON JOHN y KIKI DI, titulada: Don’t go breaking my Heart.
Y Joey comenzó a hacer mímica y a cantar la misma canción junto a la melodía que sonaba en la radio.
Y Danni se reía a carcajadas de ver las manifestaciones del amor representadas en las locuras de su hermano menor.
Entonces le dijo:

Huuuuuu, parece que tenemos otro perro que ya está calzoneado, ¿ah?

Y Joey le contestó:

Sí estoy perro, estoy perro, estoy perro. Y lo más bacán es que estoy a punto de llevármela a Punta Carnero y a Canoa y ¿sabes qué hermano?, ELLA QUIERE IR, ella quiere ir.

De pronto afuera se empezó a escuchar el ruido de los motores de los filibusteros. Se trataba del volskwagen de Manuel Fernando acompañado sólo con Ingrid y el Land Rover del padre de Doménica con las dos chiquillas.
Los hermanos Russo salieron al porche y recibieron a la gente. Aquella mañana el sol brillaba con una fuerza inusual y calentaba la arena del desierto, las rocas y más allá en el horizonte se adivinaba el mar azul, cubierto apenas por una densa neblina, que contrastaba con el sol que iluminaba la casa de madera.
Danni les preguntó a sus amigos si querían desayunar y Manuel Fernando le contestó:

-¡Qué desayuno ni qué desayuno, vámonos a Punta Carnero, ahoritita mismo!
Y los chicos Russo se metieron en la casa para coger las cosas que necesitaban, las toallas, la ropa seca, las ceras para las tablas y por supuesto la radio de pilas, que en ese momento estaban tocando un especial de ELTON JOHN, y en ese preciso momento estaba tocando la canción titulada: Your song.

¡Qué linda música!-dijo Nicole-, ¿qué radio es esa?
No lo sé-dijo Joey-, pero siempre tocan música para los jóvenes.

En un momento estaban los chicos Russo colocando las tablas en una parrilla portátil en el techo del Land Rover de Doménica.
Enseguida Danni se le acercó a Doménica y se puso frente a frente a ella y le dijo:

He estado esperando este momento con gran ansiedad, vengo por mi beso-dijo Danni-.

Y Doménica se le sonrió, inclinó la cabeza, con la mano liberó su rostro de un largo mechón de pelo, y le acercó sus labios hasta que se fundieron con los de Danni. Y ahí se quedaron un buen rato hasta que ella le dijo:

¡OOOyeee!, ¿qué te pasa hoy?
Nada, es que estoy feliz, eso es todo. Al tenerte a ti... lo tengo todo.
¡Vivan los novios!, ¡por favor échenles arroz, échenles arroz - gritó Ingrid desde el volkswagen-.

Y Manuel Fernando mostraba en su rostro una sonrisa de oreja a oreja. Y después dijo:

Bueno, bueno, ¡viva el amor, viva el amor!, pero ya vámonos a surfear.

Y Joey miraba a Nicole como, completamente avergonzada, y roja, se tapaba el rostro con la mano como queriendo esquivar los rayos del sol.
Así que luego emprendieron el viaje por la carretera desértica con rumbo a Punta Carnero. Danni le dijo a Doménica que se le colocara junto al volkswagen de Manuel para preguntarle algo y cuando ella lo hizo, él habló:

Hey, ¿qué pasó con Roberto y Pava Loca?
Ellos ya están allá-dijo Manuel-, Roberto sacó su volkswagen y se fue a ver a Pava Loca, venían con nosotros, pero en lugar de entrar para verlos a ustedes, ellos se fueron directamente para allá.

Y prosiguieron por la carretera ardiente y sinuosa hasta llegar, y Danni les empezó a contar a todos una historia sobre monstruos marinos, pescadores desaparecidos, fantasmas y espectros. El encadenado de Santa Elena. Y las chicas no le creían nada.
Cuando llegaron, efectivamente, al fondo en el agua, se podía ver la figura fornida de Roberto y la figura atlética y estilizada de Pava Loca, que estaban sentados sobre sus tablas al nivel de un mar picado, esperando olas.
Pronto los tres jóvenes entraron al agua y empezaron a remar hasta la punta donde se encontraban Roberto y Pava Loca.
El mar azul profundo, estaba picado por el viento y era muy difícil estarse quieto, sentado sobre la tabla, todo era puro movimiento. De vez en cuando corrían ráfagas de viento que les ponía a los chicos la carne de gallina.
Roberto le preguntó a Danni.

¿Cuándo vas a ir a hablar con los padres de Doménica sobre el viaje a Canoa?
Hoy en la noche después de ver en la televisión LA TRIBU BRADY- fue la respuesta de Danni-.
¿Y qué van a hacer con Nicole?-preguntó Manuel Fernando-.
Vamos a utilizar la misma estrategia y vamos a ir en masa con Doménica, Ingrid y Joey para hablar con sus padres y pedir permiso-.
Je, je, je, je, ¡estás loco!
No me queda otra opción que frentear la situación desde el principio. Lo único que nos puede pasar es que nos digan que no y eso es todo.
¡Buena, esa es!-dijo Roberto-, mientras salpicaba de agua helada a Pava Loca, que se lo quedaba mirando desafiante.
¡Ponte pilas que allá se vienen las mama rusas!-dijo Pava Loca y empezó a remar-.

Una tanda de diez olas, de metro y medio, venían acercándose rápidamente y los muchachos empezaron a remar para colocarse en el lugar exacto en que las masas de agua los pudiera empujar para irse con ellas.
Nuevamente Joey, con su perfecto estado físico, fue el primero en montarse sobre una ola y se fue por en medio del agua y la muralla de granito que sirve de rompeola.
Luego fue Pava Loca quien cogió una ola rápida y se fue en ella sin desaprovechar la oportunidad de pegar de inmediato un roler, y sacar una estela por encima de la pared de agua.
Roberto y Danni se quedaron en busca de la ola perfecta que los lleve, y Roberto fue el primero en encontrar una ola a su medida, la remó y se fue en ella con su estilo soul, sin movimientos bruscos y más bien suaves.
Danni fue el último en irse en aquella tanda de olas y tuvo la suerte de que le tocara una ola hueca que de inmediato lo tubeó, hasta lograr salir fuera del tubo expulsado junto a una fuerte explosión de vapor que provenía dentro de la ola.

Afuera Ingrid y Nicole conversaban sobre el permiso para ir a Canoa, y Nicole le contaba a Ingrid, que ya había estado tanteando a su madre y que ésta se mostraba con buena disposición a que su hija de doce años tuviera amigos y que pasara largos ratos con ellos para así dejarla disfrutar de las vacaciones en compañía de sus amigas de té y de juegos de naipes. El padre de Nicole se la pasaba en el Yacht veleando o pescando, y de ahí se iba a jugar squash. Casi nunca pasaba en casa y cuando llegaba era para la hora de ver las noticias en televisión o para dormir.
Ingrid le deseo suerte y le aseguró que todo saldría bien si iban todos juntos a pedirle permiso a la familia esta noche.
Doménica, en cambio, estaba más preocupada porque sus padres la habían regañado la mañana después de que regresó tan tarde de Chuyuipe y se mostraron muy preocupados de que anduviera con Nicole en el Land Rover hasta tan altas horas de la noche. Tal vez a ella no le iban a dar el permiso para viajar a Canoa.
El paisaje de aquella mañana en Punta Carnero era delicioso. El sol flotaba, brillante en lo alto del cielo y entre el cielo y la arena las gaviotas volaban raudas de un lado para otro, hasta terminar posándose en alguna duna cercana, para ponerse a caminar insolentes en la orilla de la playa. Los cangrejos rojos se movían esquivos y furiosos en medio de la soledad, y cuando alguna gaviota se acercaba, corrían a sus agujeros en la arena para proceder a desaparecer luego.

Doménica le pidió Coopertone a Ingrid, pero quien tenía el bloqueador solar era Nicole y ésta se lo pasó. Entonces Doménica empezó el ritual de frotarse aquel aceite para proteger su piel morenita.
De un bolso tejido con paja y de color azul, Ingrid sacó una botella de plástico con agua, se la llevó a sus labios y empezó a beber para calmar la sed.
El parasol bajo el que las chicas estaban acostadas ofrecía poca protección contra el viento que a veces arrastraba pequeñas nubes de arena.
Las chicas sentían verdadero placer al enterrar los dedos de los pies y parte de los mismos en la arena, pues ésta se encontraba a menor temperatura que la arena de la superficie que se hallaba expuesta al sol.

Adentro los chicos se turnaban para coger aquellas olitas de metro y medio. Y una y otra vez se deslizaban sobre ellas con pequeña gracia y estilo, repitiendo los mismos movimientos, una y otra vez, hasta lograr conseguir alguna mejora más radical en su estilo.
Este deporte del surfing era muy difícil de practicar hasta alcanzar el nivel en que se podía decir que el deportista está disfrutando del surf.
De pronto, al fondo, mar adentro, una escuela de delfines hizo aparición mostrando sus aletas de punta redondeada.
Así transcurrieron las horas con aquellos chicos en el agua, pasando el tiempo sin mucho que decir y sí mucho que remar porque la corriente estaba jalando hacia las rocas y los muchachos a cada rato tenían que remar y volverse a colocar en la posición adecuada y justa, para remar en dirección de las olas y cogerlas.
Una y otra vez se repetía la misma escena: las olas venían desde el magno horizonte y los muchachos se ponían alertas para remar hacia ellas, posicionarse en el lugar exacto para cogerlas, y luego montarlas para hacer toda clase de maniobras y piruetas.
Mar adentro el silencio era absoluto. Sólo estaban los muchachos, la poesía del mar y de vez en cuando, la cabeza de alguna tortuga, que salía a la superficie para respirar.
El viento mantenía el mar picado y cuando los chicos bajaban una ola, las tablas saltaban sobre la onda de agua, debido a las grandes escamas que el viento formaba sobre la pared de agua. El mar estaba picado.
Roberto y Manuel Fernando, como expertos corredores de olas en LA FAE, una playa generalmente de mar picado, aprovechaban al máximo aquellas olas de mar picado por el viento y subían y bajaban por las paredes de agua sacando estelas con verdadero placer.
A Danni no le gustaba mucho surfear en olas de mar picado y remaba las olas de Punta Carnero con desgana. Además su cabeza estaba totalmente copada con el obsesivo pensamiento de cómo conseguir que los padres de Doménica y Nicole autorizaran que las chicas viajaran con la gallada a Canoa. Esto lo volvía un poco torpe y en algunas ocasiones no coordinaba bien la cogida de la ola y se quedaba. O se iba en la ola con mal tiempo y se caía dejándose revolcar por la espuma. Lo que no era algo de temer por el tamaño de la ola que era de metro y medio, cuando Danni estaba acostumbrado también a correr en LA FAE y Montañita donde las barredoras, y en LA FAE, especialmente, los remolinos son cosa verdaderamente seria.
Pava Loca y Joey se habían puesto de acuerdo en competir para saber quién era el que más olas cogía ya que los dos eran los que más vicio sentían por el surf. Pava Loca, viejo y experimentado hippie, que no perdonaba el menor error de su contrincante, y que se empecinaba en competir con un crío como Joey. Y Joey, un niño verdaderamente superdotado por los dioses, con un estado físico tremendo y una pasión desmedida por la tabla hawaiana, corriendo, y de la misma manera implacable, al no perdonar algún mal cálculo de Pava Loca, que le permitiera robarle la ola mejor.
Ambos bajaban las olas con una maestría y un dinamismo digno de ser retratados por una revista internacional. Pava Loca imitando el estilo del campeón Mark Richards y Joey, con un estilo apretado, igual que el de Cheyene Horan.
Así transcurrió el tiempo hasta que llegó la tarde y con ella el hambre y la hora de salir para prepararse a ver la espectacular caída del sol. Era un show portentoso donde el gran círculo de hierro candente se ponía de color naranja intenso y luego, poco a poco, se iba hundiendo hasta perderse completamente en el oscuro horizonte del mar y dejando toda la atmósfera con un reflejo de color púrpura brillante para luego ser seguido por la oscuridad.
Cuando los muchachos salieron se fueron directo a los autos y sacaron el gran bidón de agua y se sacaron la sal de los ojos y bebieron agua con la sed de los náufragos.
Cada muchacho, a medida que su permanencia en la playa se iba alargando, su cuerpo acusaba un estilizamiento, una pérdida de peso que iba consumiendo las grasas de exceso hasta dejarlos puros huesos y músculos. Sus pieles en cambio se iban oscureciendo por los efectos de los rayos del sol, que quemaban la piel sobre lo ya quemado, hasta conseguir que el tejido se oscurezca.
Danni había salido del agua y abrazaba a Doménica mientras se deleitaban observando cómo el sol descendía y descendía, todo color rojo y naranja hasta manchar el océano de rosa y púrpura.
Pava Loca, Roberto y Manuel Fernando conversaban sobre las maniobras que habían realizado y la dura batalla que le había dado el pequeño Joey. Joey y Nicole estaban ocupados en tomar agua y en sentirse contentos por estar juntos en Punta Carnero. En la radio de pilas sonaba una canción de ELTON JOHN, titulada: DANIEL.
Cuando el sol portentoso se evaporó del firmamento vino la oscuridad, y Roberto y Pava Loca se metieron en su volkswagen, Manuel e Ingrid se metieron en su volkswagen y los hermanos Russo y las chicas se metieron en el LAND ROVER.
Cuando ya se iban Manuel Fernando acercó el carro a la ventanilla del Land Rover donde iba sentado Danni y les dijo:

-¡Buena suerte, loco!

Cuando el Land Rover entró a Salinas el malecón estaba saturado de gente que caminaba por las calles, surfistas con sus tablas se paseaban de un lado para el otro y se dirigían al restaurante Super Fausto o al Saavedra’s para llenarse la barriga con un buen arroz con pescado o con un lomo a lo pobre.
Eran las siete de la noche, y aquella hora, tanto los turistas nacionales como los internacionales estaban en sus hoteles viendo televisión, bañándose o vistiéndose y preparándose para salir a pasear por el malecón o para asistir a la misa en la iglesia de Chipipe.

Cuando los chicos llegaron a la casa de Doménica, les abrió la puerta la empleada, porque la señora de la casa estaba en un té con sus amigas. Sólo estaba el padre en la cancha de squash de la casa, dándole y dándole a la pelota contra la pared.
Los chicos y las niñas entraron hasta la cancha donde se encontraba el padre y Doménica le dijo que ellos querían decirle algo.
Entonces el padre detuvo el juego un instante y prestó atención. Su rostro estaba sudoroso y en la cabeza lucía una apretada sudadera de color blanco.

¡Qué!, ¿qué es lo que pasa?
Señor-dijo Danni nervioso-, hemos venido para pedirle su permiso para llevar a Doménica a un viaje de tres días a una playa de Manabí, llamada Canoa. Allá llegaremos a un hotel de un amigo llamado Palmeche y todo estará bien, tendremos suficiente agua y comida para los tres días.
Si todo es como ustedes dicen por mí no hay ningún problema, ¿a propósito en qué se van a ir?, pero creo que deberían también consultar con la madre de Doménica, ¿no?
¿En serio me dejas ir papi?-dijo alegre Doménica-.
Sí-contestó el padre-.

Luego se dirigió a Danni y le preguntó a quemarropa:

Muchacho sabes jugar squash, ¿qué tal eres para el squash?
Bueno, señor, en el Guayas juego todos los jueves por la noche, sin falta.
Entonces, déjame invitarte a jugar unos cuantos minutos para ver de qué madera estás hecho.
¡Excelente!-respondió Danni- y de inmediato se fue a colocar unos zapatos de caucho.

Así estuvieron un rato dándole a la pelota y el viejo pronto se dio cuenta que estaba ante un rival fantástico y que iba a hacer el ridículo compitiendo con la ventaja que le llevaba el muchacho en habilidad, fuerza y juventud.

Entonces agotado y empezando a sentir ahogos, todo transpirado, decidió dar por terminado el juego y empezó a dirigirse al baño. Entonces en el camino se despidió de los chicos.
Entonces los chicos recibieron la invitación de Doménica de quedarse a comer antes de partir a la casa de Nicole para utilizar la misma estrategia y ver si lograban salirse con la suya.
Entonces los chicos se sentaron en la mesa y Doménica, imitando el estilo enérgico de la mamá, entraba y salía de la cocina y le daba instrucciones a la empleada para que sirviera sendos platos de seco de pollo, cebiches de camarones, jugos Guayas, y platos de sopa marinera.
Cuando los muchachos estuvieron satisfechos con la comilona, se levantaron y se dirigieron al Land Rover, para dirigirse a la casa de los padres de Nicole. Pero antes se acordaron de pasar por la casa de Ingrid, y ahí todavía estaba Manuel Fernando y tanto Doménica como Danni los persuadieron de que los acompañaran para hacer más fuerza a la hora de conseguir que los padres de Nicole le dieran permiso para viajar a Canoa. Entonces Ingrid y Manuel Fernando se subieron al Land Rover y juntos se fueron para allá.

Nuevamente los chicos empezaron a rodar por el malecón de Salinas y eran testigos del bullicio de los turistas, en una ocasión tuvieron que ir despacio detrás de veinte motociclistas que iban en línea por el malecón, sin dejar pasar a nadie. Otras veces eran testigos de los turistas que se ponían a pasear en sus tricars o en sus motos a toda velocidad, de las gentes vestidas con la elegancia de un desfile de modas, que se dejaban ver en los balcones de los restaurantes para servirse alguna especialidad típica compuesta por mariscos frescos, cerveza o colas. Una de las grandes fallas que tenía Salinas era que aquel balneario no disponía de un centro comercial dotado de cine. De vez en cuando la Comisión de Tránsito hacía batidas a los motociclistas y los rodeaban con sus escarbajos celestes con puertas blancas y sus Fords LTDS para luego de emboscarlos meterse en una puñetiza con los motociclistas donde no siempre salían bien parados.
Cuando llegaron a la casa de los padres de Nicole les salió a recibir la mamá y los hizo pasar adentro. Entonces los chicos le dejaron a Doménica que hable por su amiguita Nicole y le preguntó a la mamá, que si la podía dejar viajar a Manabí a una playa remota y llena de olas llamada Canoa, con todos ellos. Ingrid le prometió a la mamá de Nicole que todo estaría bien y que su hija estaría bien cuidada.
La madre no sabía qué pensar, su hija apenas tenía doce años y los chicos surfistas, ¡se la querían llevar a Manabí!, pero así era la juventud de ahora. Entonces Danni le sacó un mapa a la mamá de Nicole y le dijo:

Mire señora, salimos de Chuyuipe en Ballenita y nos vamos hasta Canoa en Manabí y tenemos que pasar por: EL MANSITO, CAPAES, COITO, Playa BRUJA, MONTAÑITA, LAS TUNAS, RIO CHICO, PUERTO CAYO, LA TINOZA, SAN MATEO, EL MURCIÉLAGO, LA BELLACA y finalmente CANOA.
¿Y van a correr olas en todas esas playas?-preguntó asombrada la mamá de Nicole-.
No, señora-dijo Ingrid-, sólo vamos a pasar por ahí, pero nuestro destino y donde vamos a pernoctar es en Canoa.
Eso queda por Bahía de Caráquez, ¿no?
Sí-dijo Manuel Fernando-, hay que pasar en una barcaza o gabarra de Bahía a San Vicente, pasar por Briceño, una serie de playitas y finalmente llegar a Canoa.
¿Y qué tiene de especial esa playa?-preguntó la mamá de Nicole toda ella llena de dudas-.
Hay olas de tres metros de alto y del largo de dos cuadras americanas-le respondió de inmediato Manuel Fernando-.
¡Uyyyy, Dios mío, por favor tengan cuidado!-dijo asustada la mamá de Nicole-.
No se preocupe, señora-dijo Danni-, nosotros hemos corrido olas en LA FAE y en Montañita y sabemos lo que hacemos cuando nos metemos al agua.

Entonces salió del cuarto de billar el padre de Nicole y vio a todos esos chiquillos de diez y siete años junto a su pequeña bebe, y le preguntó con la mirada a su esposa que qué era lo que pasaba y ella, le tomó del brazo y se lo llevó aparte y le enseñó el mapa que le habían proporcionado los chicos y le empezó a susurrar al oído.
Entonces se produjo un momento tenso entre los muchachos. Joey tenía el corazón en la boca y tenía unas ganas tremendas de cogerle la mano a Nicole, pero algo en el ánimo, una vergüenza se lo impedía. Manuel Fernando ya estaba aburrido de estar ahí y se quería largar de inmediato a rodar por el malecón para verse con sus amigos y tomarse una cerveza en lata. Ingrid y Doménica estaban cogidas de la mano, esperando ansiosas la respuesta del ceñudo y bigotón padre de Nicole. Aquel señor lucía como un oso, con todo ese vello en el pecho y portando orgulloso una gran calva que contrastaba con su espeso bigote.

Entonces el padre se volteó desesperado hacia los chicos y les preguntó:

¡Bueno, bueno!, ¿y quién es el que se va a hacer cargo específicamente de cuidar a mi bebe?-preguntó el papá de Nicole-.
Ese soy yo-dijo Joey-.
¿Tú?
En realidad somos todos los varones, señor-dijo Danni-, con nosotros vienen dos muchachos más que tienen un estado físico como de salvavidas, aunque las chicas van a permanecer en la orilla, bronceándose, y nada más.
¡Bueno, qué se le puede hacer!, así es como los hijos empiezan a abandonar el hogar-dijo apesadumbrado el papá de Nicole-.

Y ella se fue junto a su padre y se le colgó del cuello y le dijo toda modosita:

- No te preocupes, papito, que Joey y los muchachos me van a cuidar muy bien. Sólo que las chicas y los chicos surfistas quieren estar todo el tiempo juntos y conocer nuevas playas con olas cada vez más grandes y feroces. ¿Te das cuenta?, ¡eso es todo!
Y Manuel Fernando y Danni se quedaron pasmados porque desde el principio hubieran dejado hablar a Nicole ya que ella lo expresó con palabras verdaderamente inteligentes.
Cuando salieron de la casa de los padres de Nicole, Ingrid los invitó a los hermanos Russo y a sus chicas a una fiesta que daba el Liceo Panamericano, el colegio donde ella estudiaba. Así que se treparon todos en el Land Rover y se fueron de largo por el malecón hasta llegar a una casa atrás del balneario de Chipipe. En el camino se encontraron con Roberto y Pava Loca y también los treparon. Ya antes de llegar, casi a dos cuadras de distancia, se escuchaba el estruendo de la música que salía de los parlantes que habían colocado en el patio de la villa.
Toda la casa había sido acondicionada para la fiesta heavy y los muebles habían sido desalojados y colocados en el patio, las luces habían sido sustituidas por focos de colores, en las paredes se habían colocado posters de bandas de rock como The Doors, Jimmy Hendricks, The Monkeys y Rolling Stones. Sólo había una gran mesa en el comedor con toda clase de bocaditos como pequeñas salchichas junto a pozos de salsas, cachitos, bandejas con colitas seven up, bandejas con pequeños sánduches de mortadela y de atún.
La anfitriona de la fiesta era Elizabeth, una amiga de Ingrid y compañera del colegio, y fue ella que los dejó pasar a los hermanos Russo, a Roberto y Pava Loca, ya que no habían sido invitados.
Para Roberto, una vez dentro de la fiesta, el asunto principal, todo consistía en buscar una pareja de baile.
Lo primero que hizo Pava Loca fue empezar a devorar pastelillos de dulce, que estaban en la gran mesa del buffet. Eran los nervios de tener que buscar una pareja de baile lo que lo impulsaba a prácticamente devorar con manos nerviosas los panecillos dulces. Entonces vino Ingrid acompañada de Elizabeth en su rescate y le presentaron a Lorena, que estaba loca por conocer un surfista pesado de Salinas. Así que por fin Pava Loca ya tenía pareja para bailar y todo había resultado casi sencillo para él. Ella le preguntó:

¿Cuál es tu verdadero nombre?, ¿me imagino que no te has de llamar Pava Loca, verdad?
Me llamo Xavier, ¿esta fiesta de qué año es?
De quinto. Ya todos estamos creciditos, ¿es cierto que todos los surfistas son marihuaneros?
No, no es cierto. Lo que pasa es que este nuevo deporte, como lo denominó el escritor Jack London, apareció justo en la temporada de la revolución hippie y todo el asunto se mezcló, ¿ves?

Y así continuaron mientras bailaban canciones de Journey y baladas de los Bee Gees como la de Staying Alive y canciones del grupo POP, mexicano llamado MAGNETO.
Danni tuvo su segunda oportunidad de bailar un bolerazo con Doménica bajo los acordes de OPEN ALL NIGHT de los HALL & OATES. Esta vez las luces del Yacht sólo eran un mal recuerdo y en medio de la penumbra, ella se derretía por bailar tan pegaditos y bajo los acordes de aquella música tan linda. Era como si Danni tuviera un gusto exquisito para elegir las canciones a la hora de sacarla a bailar.
Danni le susurró al oído:

¿Te gusta esa canción, niña?
¡Tú me inquietas demasiado, Danni!
La primera vez que escuché esa canción me quedé enamorado de ella y pensé que algún día la iba a bailar con la chica que conquiste mi corazón y finalmente lo he logrado…
¡Calla!- le dijo ella y le puso su pequeña manita morena en la boca-.

Al final de la canción Danni no se pudo aguantar y al juntar sus labios sobre los de ella, apenas le metió la lenguita hasta sentir sus preciosos dientecitos…
Ella le repitió al oído:
- ¡Danni, tú me inquietas demasiado!

En un momento en que se cansaron de bailar Pava Loca y Roberto se salieron de la fiesta, medio borrachos y se fueron caminando de regreso al malecón y entre LA POSADA y el Yacht, se detuvieron en la casa de una amiga llamada Carolina, y se dieron cuenta que ella había convertido parte de su casa en una galería de arte. Así, todo borrachos, se quedaron admirados de ver tantos cuadros de Enrique Tabarra, guindados sobre las paredes. En ellos se mostraban prostitutas en posiciones seductoras y medias desnudas, exhibiendo sus encantos. En aquella galería de arte les brindaron más vino, salchichas frankfurt, y los chicos se fueron a la una de la madrugada, borrachos y cuando se aburrieron de los cuadros, de los vasitos de vino y de la gente perfumada y elegante se salieron y se fueron de regreso a la fiesta de Elizabeth, pero como estaban tan borrachos se perdieron y terminaron caminando perdidos por el cementerio y los pozos de sal. Al pasar por una bandada de gallinazos se pegaron un susto de muerte cuando éstos animales alzaron el vuelo. Y lo más aterrador fue el ver al loco Emilio, sentado contra una pared del cementerio de Salinas, supuestamente haciéndole guardia a sus familiares difuntos. En este punto, entre los turistas del Guayas, se había vuelto una costumbre ir hasta el cementerio a ver al loco Emilio y luego salir pitando porque las chicas se ponían histéricas de espanto.
Después de caminar borrachos y locos finalmente llegaron de nuevo a la fiesta de Elizabeth que estaba muy alegre contándole a todo el mundo que la habían seleccionado para trabajar en una famosa agencia de modelos que iba a estrenar un show en el HOTEL RAMADA.
De pronto, afuera de la casa hubo un alboroto porque Joey estaba peleando con un muchacho de catorce años. Danni y sus amigos salieron a ver la pelea y el muchacho Abel lo insultaba a gritos a Joey por haberle golpeado con los nudillos en la ceja y el pómulo.
¿Qué fue lo que pasó?-preguntó Danni a Nicole-.
Ese muchacho grandote me empezó a molestar; a quererme sacar a bailar a la fuerza, delante de Joey y como tu hermano protestó lo invitó a pelear afuera, y tu hermano, primero se le cuadró como karateca o yo no sé qué cosa y luego se le ha acercado como un rayo, rapidísimo y le a golpeado bien fuerte en el rostro.

Danni se le acercó al muchacho, Abel, y le preguntó si quería seguir peleando y el chico lo miró con espanto y luego se levantó del suelo donde estaba sentado y se fue de la fiesta.
Danni lo cogió por el cuello a su hermano y lo felicitó con unas palabras amables al oído:
¡Así que haciendo puntos de bravura delante de tu chica, eh!
El tipo comenzó, pero lastimosamente no sabía con quién se metía…

Afuera la noche se hacía eterna para los caminantes y los turistas que se paseaban por el malecón. Por todos lados había fiestas, reuniones, globitos inflados, alcohol, música y diversión. Y los dioses miraban desde lo alto del Olimpo.
UNA HISTORIA DE DOS HERMANOS, SUS AMIGOS Y SUS CHICAS

EL INDOMABLE PLAYERO DE CHUYUIPE
Aquella mañana de enero, Ballenita lucia un sol esplendoroso, pero corría por toda la casa de madera un viento helado. Pronto los hermanos Russo fueron despertados por los gritos de Manuel Fernando, que venía acompañado de su enamorada Ingrid y de dos surfistas más: Roberto y Pava Loca.
Manuel Fernando les gritaba desde el portal de la casa de madera:

¡Vengan a ver el tamaño de las olas que está escupiendo Chuyuipe!

Pronto los hermanos Russo salieron de sus camas, envueltos en sus edredones y desde una de las ventanas del balcón pudieron contemplar un espectáculo maravilloso: el océano estaba completamente rayado, y miles y miles de olas surcaban la playa para reventarse en la orilla de Chuyuipe.
Ambos cogieron sus tablas de surf y se treparon rápidamente en el volkswagen de Manuel con rumbo a la playa.
Ingrid le preguntó a Danni:

¿Van a venir Doménica y Nicole?
Seguro que sí, la traigo loca de amor-dijo Danni-.
¡Yaaaaa!, mentira que eres modesto, ¿no?


Durante el pequeño trayecto Manuel les puso en la radio la canción The Long Run de los EAGLES y luego Time pasagges de Al Stewart.
Y cuando llegaron a Chuyuipe dejaron la radio del carro encendida y a todo volumen para escucharla desde el mar y surfear con música.
El saxofón se escuchaba a todo dar.
Apenas llegaron los chicos, se dieron cuenta al subir al promontorio de Chuyuipe, decorado con pequeños departamentos para turistas, que el playero estaba escupiendo unas olas increíblemente tubulares y perfectas. Y todos de manera unánime decidieron meterse a correr olas en el playero.
Danni le dijo a Joey:

¿Te vas a meter al playero con nosotros?, esta es una ola que nunca has corrido, ¡cuidado te vas a matar!
No te preocupes, brother-le dijo Joey-.
¡Déjalo que se desahueve!-le amonestó Pava Loca-.
Sí, déjalo que viva y disfrute. Tiene una casa en Ballenita ¡y cómo es posible que nunca haya corrido el playero de Chuyuipe!

Entonces todos se pusieron a encerar la tabla. El primero en meterse fue Roberto con una tabla de balsa con un diseño igualito a las Mc Coy que usa Cheyene Horan.
Pronto todos estuvieron remando y tratando de pasar por encima de la endiablada espuma que amenazaba con arrancarles la cabeza.
Pava Loca estaba como loco de felicidad y gritaba continuamente:

OOOOOOUUUU, vamos hijoputa; hey Neptuno, ¿no tienes nada más que mandarnos?

Y el dios escuchó el desafío del mortal y de inmediato castigó a todos enviando gigantescas y tubulares olas en represalia al que así, con irrespetuosas palabras, le hablaba.

Después de un buen rato de pujar las tablas todos estuvieron en la punta donde se esperan las mamas rusas.
Y para sorpresa de todos el primero en coger una ola fue Joey, a pesar de que nunca había corrido ese playero. Joey remó una ola tuco de bola, que se venía encima y se fue en ella doblando rápidamente sus abdominales. Todos se quedaron boquiabiertos al ver la pequeña figurita de este niño de doce años montado sobre una descomunal ola de tres metros de playero. De inmediato la ola se fue cerrando progresivamente, y Joey se arrodilló hasta que la ola se cerró totalmente aprisionando al pequeño surfista dentro de la masa de agua.
Danni dijo preocupado:

- ¡VEEE ese hijoputa!, ¡se va a hacer mierda!
Déjalo que se descoque bien para que se desahueve, que no le va a pasar nada- le gritó Roberto, cagado de la risa, desde la punta-.
Danni no sabía qué hacer si ir a ver a su hermano y asegurarse de que todo estaba bien o quedarse frío y esperar que el enano vuelva al punto sano y salvo.
Y después se pusieron a remar porque atrás se venía una tanda de por lo menos seis olas de tres metros.

Joey supo de inmediato que algo no andaba bien cuando la ola se empezó a cerrar tan pronto. Así que por más que movió los talones, dobló las rodillas y se agachó bien no pudo salir del tubo hasta cuando –presintiendo lo peor-, vio como se le cerró el labio de la ola atrapándolo en el remolino interior.
De pronto todo el mundo de Joey se convulsionó completamente. Cayó aparatosamente, golpeándose la cara y patinando con el cuerpo sobre la ola de tres metros. Por suerte, antes de caer, absorbió una buena cantidad de aire porque la ola lo mandó al fondo de los mismos infiernos acuáticos, dando vueltas y más vueltas, hasta que con el brazo izquierdo tocó el fondo del lecho submarino y comprendió que no iba a bajar más. Después sintió un gran golpe en una de sus piernas.
Entonces colocó sus pies en el fondo y se impulsó hacia la superficie moviendo los brazos como los patos después de que se sumergen en un lago.
Cuando después de un rato, desesperante, logró subir a la superficie, se dio cuenta que estaba rodeado de espuma blanca y que atrás de él estaban las filudas rocas. Pero lo peor era que adelante se le venía encima otra tanda de blanca y mortal espuma. La verdadera muerte blanca.
Trató de respirar y respirar hasta normalizar el fluido de oxígeno en sus pulmones y cuando la espuma ya estaba cerca se volvió a sumergir todo lo más profundo que podía para que la muerte blanca pasara por arriba.

Entretanto Manuel Fernando había remado al fondo hasta colocarse delante de una monstruosa pared de playero de tres metros y remando dejó que la ola lo llevara hasta la cresta de blancos penachos de espuma blanca, para luego dejarse deslizar atléticamente hasta el piso de la ola.

Danni estaba al fondo tratando de ver emerger la cabeza de Joey, y no se quedó tranquilo hasta que lo vio salir y abrir la boca para respirar tal como le había enseñado.

En la playa estaba solita Ingrid asustadísima por Joey, y maldiciendo a Danni por dejarlo entrar a correr olas en un mar tan bravo.
De pronto se quedó más tranquila cuando vio que Joey empezaba a remar hacia fuera en dirección hacia la playa. Cuando salió lo fue a recibir y se quedó de una pieza cuando Joey le mostró las piernas todas lastimadas, sangrantes y rayadas por las filudas rocas.
Y ahí se quedaron sentados en la arena, cogiendo sol. Por suerte al pequeño Joey no se le había roto el cordón de la tabla.

Adentro Danni comenzó a respirar más tranquilo al ver que su hermano se había salido de las olas y que ahora estaba sentado junto a Ingrid.

Más al fondo estaba Roberto remando una ola gigantesca, hasta que se dio la media vuelta y se dejó llevar por una ola de tamaño impresionante. A duras penas se pudo parar y bajarla cuando se dio cuenta que el tubo iba demasiado rápido y se fue para adelante porque la tremenda ola se cerró completamente.
Danni comprendió que algo andaba mal. Y cuando llegó Manuel Fernando lo confirmó.

¡Qué hijoputa, hermano!, ¡estas olas se están cerrando malditamente!, así no vamos más que ha correr tumbos y más tumbos.
Será mejor que nos vayamos remando al salinero, sino vamos a perder el tiempo remando por gusto-dijo Danni-.
Esperemos a que lleguen los otros para ponernos de acuerdo- dijo Manuel-.

En la playa Ingrid le preguntó a Joey:

¿Cómo estás?, ¿te arden mucho las heridas?
Más o menos, más o menos, ¡qué hijoputa de olas, están grandísimas, pero no se las puede correr porque se cierran!
Lo más probable es que salgan y se vayan al salinero-dijo Ingrid-.
Lo dudo. Yo en el lugar de ellos en vez de pasar por la espuma maldita de la orilla me iría remando mar adentro hasta llegar al salinero.
Entonces eso es lo que han de hacer, esperemos a ver qué pasa.

Adentro Danni y Manuel esperaron hasta que llegaron Roberto y Pava Loca, y cuando llegaron, llegaron paniqueados por la espuma blanca que estaba mortal.
Entonces Manuel les dijo:

Mejor nos vamos remando al salinero, esto está imposible de correr.
Simón, brother, vamonos al salinero –acertaron a confirmar los otros-.

Y de pronto, los turistas que vivían en los departamentos de la roca de Chuyuipe, fueron testigos de cuatro lunáticos montados sobre tablas hawaianas, que pasaban remando por en medio de un mar furioso que escupía olas de tres metros, que se estrellaban sobre las rocas.

Afuera llegó el Land Rover de Doménica con Nicole, y se parquearon junto al volkswagen de Manuel Fernando y empezaron a sacar las sillas, las toallas, los bronceadores y el parasol y se fueron con todo al playero de Chuyuipe ya que no divisaban a los chicos en el salinero cuando de pronto Nicole le dijo con un grito:

¡Mira allá en la punta están!, y vienen remando para acá, al salinero.
¡Cierto, cierto!-dijo Doménica-, mejor quedémonos acá, pero qué escándalo es esa música en la radio de Manuel.

Doménica se refería a la canción Take it easy de los EAGLES.
Así que empezaron a colocar la sombrilla en la arena, colocar la toalla y a ponerse bronceador por todo el cuerpo.
Doménica tenía puesto un traje de baño amarillo de una sola pieza y Nicole tenía puesto un traje de baño naranja de dos piezas y pronto se terminaron de embadurnar todo el cuerpo de aceite protector y se acostaron sobre sus toallas y bajo el parasol aunque en aquel momento corría un viento helado y el sol se empezaba a ocultar entre las poderosas nubes grises que flotaban descomunales en el firmamento.
En ese instante aparecieron por las rocas de los departamentos las siluetas de Ingrid y el pequeño Joel, que venían caminando por la arena desde el playero.
Ingrid al verlas les gritó:

Hey, mujeres...,¡a la hora que vienen!

Doménica al ver las heridas sangrantes en la pierna de Joey se asustó y les preguntó:

¿Por qué se vienen para acá?, ¿qué ha pasado?
Joey casi se mata en las rocas y de pura suerte no se le ha partido la tabla. Parece que las olas del playero se están cerrando en tumbo y los chicos se han pasado remando al salinero.
Nicole levantó la cabeza y se cubrió los ojos con la mano para ver bien las heridas de Joey.
No es nada, no es nada. Por suerte en el botiquín de la casa hay alcohol, mertiolate y sulfa. No pasa nada.

Y mientras Ingrid desenrollaba su toalla para acostarse junto a Doménica, Joey siguió de largo con rumbo a la casa para curarse las heridas. Nicole le dijo:

Espérame que te acompaño.

Y juntos se fueron a la casa caminando por el sendero polvoriento y lleno de espinas y monte del desierto.
Cuando llegaron, Joey dejó escurriendo su tabla en el portal y luego se fueron directo a la cocina para buscar el botiquín, sacó el alcohol, apretó los dientes y se empezó a esparcir gotitas del caliente líquido sobre las ardientes heridas de las piernas y las rodillas.
Nicole le miraba y le preguntaba:

-¡Qué valiente eres!, ¿no te arde?
Sí, un poco, pero ya estoy acostumbrado. La primera vez que cogí una tabla, cuando me logré sentar sobre ella, ¿adivina lo que hice?
¿Qué?
Me clavé la punta de las quillas en los talones, ¿quieres escuchar música?, la radio está sobre el refrigerador, ¿ya desayunaste?
No, la loca de Doménica no me dejó porque estaba desesperada por venir a ver a Danni, como si se le fuera a escapar a Canoa.

De inmediato Nicole encendió la radio mientras Joey se colocaba mertiolate sobre las heridas, y de la radio se empezó a escuchar la canción Don’t Stop de los Fletwood Mac.

Don’t stop thinking about tomorrow…yesterday is gone…yesterday is gone…uuuhhhh don’t you look back…don’t you look back…

Joey le dijo a Nicloe:

Ahí, debajo de la escalera, hay unos periódicos viejos. Cógelos y distráete un rato.

Y Nicole empezó a revisar las noticias y de pronto leyó:

EN EL FESTIVAL POP

Alentada por 5.000 jóvenes que asistieron al festival de música popular en Sydney, una chica australiana baila ritmos modernos, mientras exhibe su busto, cubierto tan sólo por unos pocos collares de cuentas. Como suele suceder en estas grandes aglomeraciones de jóvenes, abundan los excesos. Radiofoto UPI


- Definitivamente allá sí que saben divertirse- dijo Joey-.
¡Joey, estás loco!-dijo Nicole-.
Bueno esto parece que ya está- dijo Joey sobre su herida-.
¿Te pusiste los polvo sulfa para que se te cicatrice rápido?-dijo Nicole-.
Sí, ya está todo listo-dijo Joey-.

Entonces Nicole dijo:

¿Por qué no preparas algo para desayunar que estoy hambrienta?
¿Qué quieres?, te sugiero unos pedazos de carne asada en gas.
¿Y cómo es eso?-preguntó Nicole-.
¿Ves esa bandeja de allá?
Sí.
Bueno ponla en la cocina, enciende la hornilla y luego rebana la carne que compramos ayer en el supermercado TODO y ponla sin nada de aceite sobre la bandeja.
¿Sin aceite?
Sin aceite-respondió Joey-.

Después de que hizo lo que le indicó Joey, se sentó junto a él y empezó a leer otra noticia que le había llamado la atención.




EL FILM M.A.S.H. GANO EL GRAN PREMIO DEL FESTIVAL DE CANNES

Cannes, Francia Una de las estrellitas que asisten al festival de films de Cannes que se realiza anualmente es Helena Colonia la misma que posa en la playa de este balneario. Radiofoto UPI


Joey se quedaba mirando con ternura la pequeña cabecita pelirroja de Nicole que movía sus pequeños labios mientras ponía ceñuda la frente. Al parecer ya empezaba a sentir algo por esta linda chiquilla de la playa.

-¡Diablos cómo extraño la televisión!-dijo Joey-.
En el Land Rover, Doménica trajo una tele de pilas, ¿quieres que la traiga para ver?, mientras tú vigilas las carnes, ¿sí?
¡Bueno!, ¡me parece excelente!

Entonces Nicole dejó a un lado los periódicos, salió de la vieja casa de los hermanos Russo y se fue por el camino arenoso y desértico a ver la tele en el carro de su amiga.

Mientras tanto Ingrid y Doménica hablaban de cosas sumamente importantes para unas chicas de diez y siete años.

¿Cómo vas a hacer para hablarle a tu papá para que te deje ir con Manuel Fernando a Canoa en Manabí?- le preguntó Doménica a Ingrid.
Lo mío con Manuel Fernando no es parecido a lo tuyo. Tú recién estás de enamorada de Danni, y yo en cambio me amarré con él desde chiquitita y nuestros padres han pasado toda la vida la temporada de playa juntos como familia. Cuando sea grande me casaré con Manuel, nos iremos a la yoni y tendremos muchos hijos. Si Manuel quiere irse a Canoa, por supuesto que tiene que irse conmigo, si no, no va.
¿Pero yo cómo voy a hacer?-dijo Doménica-, en mi casa las únicas que saben que estoy amarrada con Danni son mi hermana mayor y la empleada.
¿Y crees que tus padres no han visto el beso que le diste de despedida la noche de la fiesta en el Yacht?, ¡estás loca si crees que tu mamá no sabe ya todo el rollo con la plata que le pediste para hacer las compras en el supermercado!
¡Te juro que no sabe nada!, yo le dije que era para otra cosa.

De pronto vieron a Nicole que venía caminando por el camino desértico en dirección hacia los autos y entonces Ingrid les gritó:

¡Cuidado con estarse besando mucho tiempo, eh!

Y Nicole les hizo un gesto con la mano en señal de abandono de que no me molesten y siguió de largo hasta llegar al Land Rover, cuyas puertas no se podían cerrar con seguro, y sacó el pequeño televisor en blanco y negro para luego emprender el camino de regreso hacia la vieja casa de madera.

Mar adentro, Danni empezó a remar una ola salinera gigante de tres metros que se le venía encima.
Cuando sintió el empujón se fue de manera perfecta y atlética sobre la ola y de entrada la bajó y volvió a resortearla hasta llegar a la cresta para sacar una tremenda estela y volver a bajarla como lo hubiera hecho Mark Richards.
Para Pava Loca el salinero era la ola de su lado y cogía esas olas de tres metros de Chuyuipe como si se trataran de olitas de juguete.
Una y otra vez las remaba luego se embarcaba en ellas y de una se tubeaba o sacaba una estela para luego dar un largo recorrido hasta pegarse un cutback, o retroceso, de manera tan inclinada, que el cuerpo parecía que se iba a acostar sobre la ola.
Roberto era más soul en el surf, más lento, vacilaba las bajadas de las olas sin tantas maniobras arriesgadas ni tantos movimientos radicales.
Manuel Fernando, en cambio, un veterano de Montañita, era el que tenía un ojo para seleccionar la ola más gigante.
Todavía recordaba la primera vez que durmió en Montañita. Había llegado a la casa de madera de un amigo y el padre de éste no sabía nada, y cuando llegó, lo sacó de la casa y Manuel Fernando tuvo que dormir en la arena y hasta se mojó en la madrugada porque cuando la marea subió, lo encharcó completamente la pantaloneta. Desde entonces Manuel Fernando había llegado a la conclusión de que un citadino exige ciertas comodidades. Él sólo corría olas tremendamente grandes. Y las bajaba casi con una sonrisa en la boca. Su lema era:

MIENTRAS MAS GRANDE ES LA OLA MAS LIBRE ERES

Entretanto Nicole ya llegaba a la casita donde la estaba esperando Joey con los pedazos de carne asada, ya servida en la mesa, y acompañados de unos vasos de Fresco Solo de uva. A Nicole le caían bien los hermanos Russo ya que no se trataban de dos mochileros apestosos que se habían quedado en la época de PEACE AND LOVE.
Nicole acomodó la pequeña televisión portátil para que la vea Joey, la encendió y de pronto se empezó a ver en el televisor las imágenes de una película de Roger Moore, titulada: LA VENDETTA DEL SANTO. Nicole había tratado a Joey con la misma cortesía como su madre trataba a su padre. Y pronto se sentó en la mesa junto a su amigo para desayunar carne asada con vasitos de Fresco Solo.
De pronto con la boca llena Joey le preguntó a Nicole:

¿Qué tal es esa movida del Hula Hula?
Divertido, pero un poco agotador. Es como saltar la cuerda en el patio del colegio. Hay que estar con el círculo de plástico alrededor de la cintura, practica y practica, todo el tiempo para hacerla girar bien.
Más o menos lo mismo que el surf. Hay que correr olas todo el tiempo para vacilar bien el deporte-dijo Joey-.
Sí. A propósito, ¿tienes Coopertone?
No. Nosotros no usamos bloqueador solar, ya estamos curtidos.
¡Ah!

Pronto dejaron de comer, y Joey se fue a sentar al porche a ver el paisaje desértico que cada vez más se estaba poniendo oscuro, parecía que iba a desatarse una lluvia pronto.
Nicole volvió a revolver los periódicos y continuó leyendo noticias. Había una que le pareció disparatada y fue rapidito a leérsela a Joey.

Mira, mira, esta noticia que me encontré-le dijo-.


COMPENSACIÓN PARA LA MINI FALDA

Nueva York, Modelos avanzados que anteriormente sólo se veían en los escenarios serán parte de la nueva moda femenina en que el busto queda al descubierto de acuerdo a los diseños de Kund Germasion. Para esta semana, aquellos que están descontentos porque la moda mini está pasando, pueden encontrar compensación con el advenimiento de estos nuevos modelos. Radiofoto UPI

Imagínate qué tipo de moda sería esa acá en Ecuador-dijo Joey-.
¡Una locura!-dijo Nicole-, imagínate andar por ahí enseñando los senos-.
¿Qué te parece si nos vamos a la playa?, ya me aburrí de estar aquí encerrado-dijo Joey-.
¿El sol no le afectará a tu pierna?
No sé, pero no me importa. Si no puedo surfear por lo menos quiero ver a los muchachos cogiendo olas.
Bueno, vamos-dijo la pelirroja Nicole-.

En la playa, Doménica seguía su preocupante charla con Ingrid sobre cómo decirles a sus padres, que tenía enamorado y que él la invitaba a Canoa en Manabí.

Lo que tienes que hacer es decirle a tu mamá lo que te está pasando. Y si ella te apoya le dices a tu papá.
¿Y si mi papá me dice que no?
Entonces estás frita, no puedes ir-dijo Ingrid-.
¿Y si me escapo?
¿Aguantarás una paliza por Danni?
No creo.
Ten fe-dijo Ingrid-, esperemos a ver cómo lo organiza todo Manuel Fernando, y ya veremos adónde llegamos allá, y qué tiempo nos vamos a quedar y qué vamos a comer.
Danni dice que sólo son tres días. De verdad no quiero que Danni se vaya solo a Canoa. Me moriría de pena y me encerraría en mi cuarto a llorar.
No es para tanto. Ellos se van a correr olas. Casi es lo único que les interesa.
¿Crees que Danni se quedaría si se lo pido?
Sí, pero no le vas a hacer eso, ¿no?
Oye, a propósito, ¿ya te viste la película infierno en la torre?
No, pero me dicen que la actuación de Steve MacQuenn es estupenda y que Fred Staire se luce salvándole la vida a una muchacha.
Yo me fui a ver Terremoto con ese nuevo sistema sensorround que pusieron en el MAYA, y toda la película es sumamente emocionante.
Cuando estemos en el Guayas te invito a comer en el USO NAPOLI y de ahí nos vamos a ver Infierno en la Torre.
Las pizzas en el USO NAPOLI son aguadas, pero sabrosas.

De pronto el cielo que se había estado cerrando con nubes desde la mañana se puso negro y empezó a garuar primero lento y después, de manera gradual, cada vez más fuerte.

Uuuuy-dijo Ingrid-, vámonos a la casa de los chicos que se viene el aguacero.
¿Y ellos se van a quedar ahí adentro?
A ellos les encanta surfear con lluvia. Manuel Fernando me cuenta que en Montañita todo el tiempo corren olas bajo fuertes aguaceros.
Entonces vamos a esperarlos en la casa-dijo Doménica-.
Vamos.

Y empezaron a recoger las toallas y el parasol y se fueron primero al Land Rover a dejar las cosas y luego, bajo un verdadero aguacero, se fueron a la casa de madera de los Russo.
Ya en el camino se toparon con Joey y Nicole, y todos se regresaron, al darse cuenta que la lluvia arreciaba bien fuerte.
Cuando llegaron volvieron a prender la televisión y empezaron a ver el programa MIS ADORABLES SOBRINOS.
Nicole volvió a coger los periódicos viejos y leyó en silencio la siguiente noticia:

SE CASO CANTANTE SAMMY DAVIS, JR

Cherry Hill, NY El famoso animador Sammy Davis, jr y su nueva esposa Altavisa Gore llegan al Night Club local tras haber contraído matrimonio. Gore de 23 años es la principal bailarina de color de la revista de Davis. Radiofoto UPI.

Mar adentro, Danni fue el primero en darse cuenta que se les venía un aguacero con la corrida de olas y se puso feliz.
En ese momento Pava Loca volvía a coger otra ola y Danni pudo ver cómo su amigo se iba y se tubeaba de inmediato dentro de una gigantesca concha de agua.
Cuando Pava Loca salió del tubo se dio cuenta que millones de agujas se estrellaban en su rostro y dio gracias a Dios por la bendita lluvia helada.
Roberto se puso loco de contento porque entre los surfistas el que les caiga una lluvia en medio de la corrida de olas era algo de buena suerte. Y mientras esperaba olas, sentado sobre la tabla, le empezó a salpicar agua a Manuel Fernando y éste también empezó a salpicarle agua a Danni. Danni estaba cansado de estar sentado sobre la tabla haciendo equilibrio y remando con las manos de vez en cuando para que la corriente no lo desubicara del lugar preciso donde debería estar para coger la próxima ola.
De pronto Danni soltó la tabla y se pegó un clavado en el agua, que estaba fresca y burbujeante como si todo el mar se asemejase a un vaso de seven up con hielo.

Bueno-dijo Danni a Manuel Fernando-, comenta en qué nos vamos a ir a Canoa, tú sabes que estoy completamente chiro hasta que vengan mis padres.
Al parecer nos vamos en la Station Wagon de Pava Loca-respondió Manuel-.
¿Y dónde vamos a llegar?
Allá tenemos un amigo que quiere aprender a surfear y a cambio de unas clasecitas nos va a dar alojamiento porque sus padres son dueños de un hotel en Canoa.
¿Y si llevo a Doménica y Nicole, no habrá ningún problema?
No. Creo que no, pero eso me parece casi imposible. Si a Ingrid le quieren hacer problema, ¡imagínate el trobo!, que se va a armar con Doménica y peor con Nicole.
Pero que conste que las puedo llevar, ¿verdad?
Afirmativo, ¡y ponte pilas!, que se vienen las mamas rusas-dijo Manuel-.

En el horizonte se veían venir unas olas tremendas cuyas cúspides estaban escondidas por gruesas neblinas.
Rápidamente Danni se trepó en su tabla y empezó a remar con los demás hacia lo que parecía ser una montaña de varias toneladas de agua.
De pronto Roberto y Pava Loca se dieron la vuelta, para tratar, cada uno de coger la ola y como Pava Loca estaba más cerca de las rocas, fue el primero en gritar y en irse en la descomunal masa de agua.
Más adelante Manuel y Danni pasaban por encima de la pared de agua para descubrir que más adelante se venía otra tanda de olas. Roberto que venía justo atrás a duras penas logró pasar la tremenda pared de agua.
Al verlo los chicos dijeron:

¡Con las ultimitas, brother, he!

De pronto Manuel, que por lo general siempre iba vestido con unos shorts hechos de blue jeans, se dio la vuelta y empezó a remar la primera ola que venía de esta segunda tanda hasta largarse montado en ella.
En la siguiente ola estaban Roberto y Danni en seria competencia por tratar de cogerla, pero cuando la remó Danni, la ola era demasiado ancha y no tenía la fuerza para llevarlo, así que el que la aprovechó fue Roberto que se hallaba más atrás.
En un momento dado, Danni se quedó solo en el punto y sentía que todo su cuerpo era bañado por las gigantescas gotas de agua fría de la lluvia.
Una última ola se vino y en esta ocasión la aprovechó Danni para irse. Así que la remó, se posicionó y luego se fue en ella.

Cuando salieron los chicos se fueron directo a la casa de los hermanos Russo. Ya había caído la noche y era casi imposible seguir corriendo olas en Chuyuipe.
Así que se fueron a pie hasta la vieja casa de madera, llegaron alumbrados por unas estrellas que titilaban en la bóveda negra del cielo, dejaron las tablas para que se escurran en el porche y entraron.

Adentro estaban Ingrid, Doménica, Nicole y Joey.
Ingrid les preguntó si querían café y como ellos estaban helados, mojados y muertos de hambre todos dijeron que sí.
Ingrid y Doménica se fueron a la cocina a preparar café mientras Nicole y Joey miraban una vieja revista LIFE, que habían encontrado en el depósito de periódicos situado debajo de la escalera.
Rápidamente Danni se cambió la ropa húmeda y se puso unos confortables pantaloncillos secos de pana.
Pava Loca había traído unas botellas de cerveza en lata, que con la lluvia se habían refrescado, destapó una y empezó a beber para entrar en calor. Cuando se terminó la lata de cerveza de un solo trago se puso a estornudar y Roberto se partió de la risa.
Roberto estaba cambiando a cada rato la señal de la televisión portátil hasta que se quedó en el canal en que presentaban EL SHOW DE CAROL BURNETT. Y empezó a reírse a carcajadas incontenibles de los dramas de aquella comedia.
Mientras tanto Manuel escuchaba en la radio de pilas una canción de la banda BREAD, titulada: BABY I’M A WANT YOU.
Entonces Danni fue a la cocina donde Ingrid y Doménica estaban preparando carne asada con arroz y huevos. La tomó del brazo y le preguntó si ya le había pedido permiso a sus padres para ir a Canoa y ella le dijo.

No, tengo miedo de que me digan que no.
Pero tienes que preguntarles porque el viaje es pasado mañana. Tienes todo el día de mañana para preguntarles.
¿Y si me dicen que no?
Entonces no sé qué hacer- dijo Danni-. Si quieres puedo acompañarte a hablar con tus padres para asegurarles que vas a estar bien.
Eso sería una buena idea-dijo Doménica-.

Afuera la lluvia arreciaba y se oían los estruendos producidos por los rayos y los truenos.
Pava Loca empezó a aburrirse y salió al porche a contemplar la tormenta eléctrica. Y de pronto Ingrid empezó a servir el café a cada uno en su taza. A Pava Loca le gustaba el café casi sin azúcar. Se quedaba ahí sentado mirando el salvaje oleaje que se estrellaba contra las rocas y se quedaba pensando la manera de entrar a coger esas olas, que la negra y eterna noche se lo impedían.
Roberto se cansó de ver televisión y saludó con un estruendoso:¡BIEN!, la llegada del café que calentaría su frío cuerpo. Manuel Fernando ayudaba en la cocina a pasar platos y a servir a Ingrid y se portaba con ella con aquella dulzura que caracteriza a unos enamorados de mucho tiempo. Nicole y Joey estaban sentados, bien apretados en el mismo butacón leyendo la vieja y polvosa revista LIFE.
De pronto Manuel Fernando llamó a sentarse a la mesa del comedor a comer y todos se fueron acomodando para servirse su carne asada con arroz y huevo. Y para tomar, fresco solo, para variar.
Pava Loca con la boca llena le preguntó a Doménica y a Nicole si ya conocían la playa de Punta Carnero y ellas le respondieron que no. Entonces Pava Loca les dijo:

¿Entonces ustedes no han visto nunca la caída del sol allá?, ¿verdad?
No-respondieron las chicas-.
¿Qué te parece si mañana corremos olas en Punta Carnero y nos quedamos a ver la caída del sol, Danni?
Me parece estupendo, hace tiempo que no corro olas en esa punta-dijo Danni-.
¿De verdad nunca has visto la caída del sol en Punta Carnero?- le dijo Joey a Nicole-.
No, en serio-le respondió Nicole la de rojos cabellos-.
Entonces, está todo listo, mañana corremos en Punta Carnero.
Te va a encantar ver la caída del sol-le dijo Ingrid a Doménica-.
¿Sí?, ¿es chévere?
Sí, definitivamente es un espectáculo de primera.

Aquella noche los chicos esperaron a que la lluvia cesara y luego se prepararon para ir a una feria que había llegado a la península y que prometía ofrecer algunas novedades.
Rápidamente Danni y Joey se bañaron con agua dulce de tanque y se vistieron con sus blue jeanes, sus zapatos de goma Nike y sus camisas de vaqueros y se fueron en el Land Rover con las chicas, mientras Manuel Fernando se iba con los chicos e Ingrid a sus casas.

La noche estaba fresca después de la refrescante lluvia y las estrellas aparecían sobre un cielo negro pero clarísimo, que hacía que las estrellas brillaran más de lo normal.
Danni y su hermano estuvieron esperando a Doménica en la sala de su casa, hasta que ella estuvo lista, y luego hicieron lo mismo en la casa de Nicole, aunque el padre estaba reacio a volverla a dejar salir, pero al final cuando lo invitaron a él también, éste se negó a ir, pero consintió en dejar ir a su hija a la feria de pueblo que se había asentado en las afueras de Salinas.
Cuando el viejo Land Rover finalmente llegó, los chicos se bajaron con el corazón lleno de dicha. Compraron los boletos y se metieron. Lo primero que hicieron las chicas es comprar algodón de azúcar y luego empezaron a pasear por todo el perímetro. Por todas partes había tiendas de tiro al blanco que premiaban al ganador con ositos de peluche. Y estaban las famosas ruedas moscovitas. Y habían dos: una grande y otra chiquita. Cuando Danni le propuso a Doménica subir a la grande, ella se opuso tenazmente porque le tenía miedo a las alturas y le dijo:

¡No, eso sí que no!, allá no me vas a meter, ¡me muero!
Pero si no nos va a pasar nada y es superdivertido ver desde arriba todo el paisaje, ¡si para eso es que se sube uno a esos aparatos!
No ya te dije que no y es no, por eso es que nunca se me ocurriría ser surfista porque le tengo fobia a las alturas, ¿ok?
¡Bueno!, como tú quieras, mi amorcito-le dijo Danni-.

De pronto llegaron Manuel Fernando e Ingrid y de inmediato él la convenció de subir a la rueda moscovita más alta. De pronto Joey lo llamó a gritos a su hermano y éste fue corriendo a ver de qué se trataba el asunto, y era que el niño de doce años, había encontrado la pista de carros chocones o carros locos y ahí sí, Doménica sí quiso meterse y la pasaron de lo lindo chocando y evitando ser chocados. Mientras tanto Joey y Nicole se metieron en un juego diferente. Se trataba de una gigantesca piscina con botecitos mecánicos que giraban y giraban alrededor de la piscina. Nicole iba bien divertida y por primera vez se encontraba bien agarrada del brazo de Joel, y así estuvieron todo el rato.
Al pequeño muchacho Russo, de doce años, el corazón se le quería salir por la boca de la pura felicidad. Aquella sería la noche más feliz de su vida y no quería que terminara nunca.
En aquellos momentos Manuel Fernando se encontraba con Ingrid sentado en la rueda moscovita y en un momento se encontraban en todo lo alto hasta poder ver toda Salinas nocturna, como un gran islote preñado de luces, como gigantescas luciérnagas.
Abajo se los oía gritar a Roberto y Pava Loca. Finalmente los viejos surfistas de LA FAE habían llegado y estaban ansiosos por treparse a la rueda moscovita, pero recién estaban en la fila. En sus manos tenían unas latas de pepsi cola, pero en su interior habían colocado cerveza.
Cuando finalmente cada grupo terminó de divertirse resultó que todos se encontraron en el centro de la feria, comprando carne en palito y de común acuerdo quedaron en entrar a la casa del horror.
Al principio Doménica no quería y Nicole estaba espantada, pero ahora que ya había cogido confianza cada vez que sentía miedo, se apretaba del brazo de Joey y no había alma que la pudiera soltar, porque así se sentía más segura.
La noche llena de estrellas se presentaba infinita y despejada de nubes. Todo el cielo negro como la tinta, se mostraba rutilante de fuegos lejanos, otras galaxias, otros mundos, otros centros del universo, donde giraban las vidas de otras especies.
Danni empezó a recordar que Tales de Mileto, un ingeniero de la segunda mitad del siglo VII a.C., de padres fenicios, afirmaba que el origen de la vida se hallaba en el agua. El semen era húmedo y todo lo que tenía vida estaba relacionado con los líquidos vitales, mientras que las piedras, el desierto, la arena y los cadáveres estaban secos, convertidos en polvo y muertos. Los católicos celebraban un día de fin de feriado con la imposición de la cruz de ceniza en la frente para recordarle al ser humano, que polvo eres y en polvo te convertirás.
De pronto sus pensamientos se interrumpieron cuando se percató que ya se hallaban en la cola para comprar los tickets para entrar a la casa del horror. Cuando comenzó el recorrido, Doménica se le apretujó bien hasta hacerlo sentir ternura por ella. Y finalmente le dijo:

No se preocupe, mi negrita, que nada le va a pasar. Esos monstruos son personas del circo que están disfrazados. De esa manera se ganan la vida.
¿En serio?- le respondió ella-.

Cuando terminó el recorrido, los chicos habían pasado por toda clase de pasadizos tortuosos, en completa penumbra o iluminados con luz roja, donde a cada rato eran sorprendidos por la aparición de un hombre disfrazado con una máscara, portando algún cuchillo o hacha en la mano, y con una máscara atroz gritaba espantosamente y embarrado con sangre artificial.
Cuando salieron de la casa del horror se dieron cuenta que ya era bien entrada la noche. Y los hermanos Russo decidieron ir a dejar a las chicas. Cuando las chicas los dejaron en Ballenita cada cual se fue a su pequeño rectángulo bien acolchado que tenían por cama y se metieron debajo de las sábanas para refugiarse del frío de la noche y de la madrugada.
Danni se quedó dormido rápidamente, pero Joey no podía dormir de tanta alegría que le rebosaba en el corazón. En el momento en que llegaron a la casa de Nicole, él había estado a punto de despedirse de ella con un beso en la boca.
Aquella noche salinera era simplemente demasiado magnífica para Joey, y ya estaba ansioso por saber lo que el destino del pueblo griego le deparaba en su viaje a Canoa. Joey se imaginaba durmiendo vestido junto a Nicole como había visto siempre a sus padres, sólo que ellos dormían en pijamas.